El Hombre Nace Perverso?

"¿El hombre es bueno por naturaleza y el entorno lo pervierte?"

Para poder contestar la cuestión, es necesario poder comprender que una persona pervertida, y solo por mencionar algunos sinónimos, se asocia de inmediato tanto en el computador como en la cabeza de cualquier persona como un individuo que sumerge en su vida la maldad, los vicios, la desmoralización, la depravación, todo aquello relacionado con los antivalores, todo lo negativo que el hombre podría adoptar.

Desde un punto religioso la biblia indica que desde que Eva persuadió en Adán sobre el fruto prohibido la maldad fue adoptada por el hombre, pero esa misma historia tampoco niega su existencia antes de este hecho, es decir el entorno que se generó con humor de duda en Eva, provoco hacer lo prohibido, caer en la perversión, concluyendo así que fue el contexto quien propicio que el pecado fuera una opción.

Probablemente todas las personas consideradas como desmoralizadas no necesariamente conservan cada una de las vilezas (algunas ya mencionadas) existentes, pero si entonces un individuo que mantenga cuando menos una de éstas, es considerada como pervertido, podemos decir que vivimos en una sociedad que está casi en su totalidad llena de ellos.

Rousseau (1821) menciona en su obra « Emilio o de la educación » que la idea de "naturaleza" se fundamenta en que todo lo que proviene de ella es bondadoso, así como el propio individuo: el hombre es bueno por naturaleza, es la sociedad quien lo pervierte.

El hombre nace puro, sin prejuicios, pero también mantiene todas las posibilidades de capturar cualquier conducta considerada como macabra por la propia humanidad. Si se adopta como idea que la educación empieza desde el momento que la madre induce al bebe a alimentarse del ceno, entonces también parte de ahí la oportunidad de copiar conductas negativas, pero no es ahí cuando ya se puede considerar que ese ser se ha pervertido, si no cuando está en su decisión y bajo su claro conocimiento lo que implica seguir estas actitudes.

Lo cierto es que cada vez se ven con más normalidad estas condiciones funestas, que parece que es así como todos nos tendríamos que comportar, olvidando que lo más común, o fácil, no significa que sea lo correcto, perdiendo la esperanza en la humanidad sin recordar la capacidad enorme que tiene el ser de recuperarse no solo física sino emocionalmente también. Todos los niños son susceptibles de perversión pero tambien todos los perversos son curables si sufren Françoise Dolto (2006).

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