El Impacto De La Evaluación En México
Enviado por munitepec • 21 de Abril de 2013 • 1.511 Palabras (7 Páginas) • 369 Visitas
QUE ME APORTA ESTA LECTURA: La evaluación como la concibe este autor sin duda es idónea, sin embargo los encargados de políticas educativas no lo ven así, en su discurso dicen una cosa, pero la realidad es distinta. La evaluación la ven como una rendición de cuentas, al compararnos y medirnos con otros países. La evaluación es necesaria, pero no solo para los alumnos y docentes, también para los encargados de políticas educativas de nuestro país.
RESUMEN:
¿Porqué es difícil escribir sobre los programas de Evaluación en México? simple y sencillamente porque en las instituciones de Educación Superior hay una gran diversidad de objetivos y hay diferentes etapas de las políticas de evaluación.
El sistema de educación se ha ido movilizando en cuanto a la evaluación, lo que es un efecto positivo y ha ido incrementando los programas acreditados, académicos con posgrado, el número de publicaciones por parte de los académicos, una mayor tasa de graduados. A partir del año 2000 se ha generalizado la tendencia de establece planes de desarrollo institucional y locales con una participación mayor del personal académico.
En 17 años la evaluación no había una articulación favorable, aunque en el año 2000 los resultados son considerados como indicadores en la toma de decisiones con respecto al financiamiento que se le otorga a las Universidades por medio del Programa Integral de Fortalecimiento Institucional (PIFI).
Se ha impuesto una temporalidad excesiva de evaluación, pero no queda claro cuál es el tiempo que dedica una institución para realizar la tarea sustantiva: la académica.
En la década de 1990 se impulso la generalización de acciones de evaluación para todo el sistema educativo. Se establecieron estrategias de evaluación de instituciones, de programas y actores (académicos y estudiantes) que tenía como fundamento promover la calidad de la educación superior, así lo establecería en su discurso político Salinas de Gortari en 1988.
Por lo que a principios de los noventa se empezaron a diseñar diversos programas de evaluación para ser aplicados en la educación superior, por lo que los incentivos económicos fueron vinculados a los resultados de la evaluación por lo que las instituciones de educación superior pasaron a ser promotoras y participantes activas de los ejercicios de evaluación.
La vinculación evaluación – financiamiento fue eje de trabajo de las políticas de la educación superior, lo que llego a provocar que se perdiera de vista la meta general del proyecto de modernización, ósea, el incremento de la calidad que fue concebida como un mejoramiento de una seria de indicadores como: Incremento en las tasas de retención y titulación de los estudiantes, Reducción de tiempos para la incorporación al mercado laboral de los egresados, Aumento en los grados formales de la planta académica, Establecimiento de una mejor infraestructura en bibliotecas, áreas de cómputo, etc.
En los últimos 17 años se crearon diversos programas con la finalidad de evaluar instituciones, programas y actores, estos, se instauraron para impulsar el cambio en las instituciones de educación superior, en el mejoramiento de los programas académicos (planes de estudio), en el desempeño de los académicos y en una valoración de los antecedentes académicos de los estudiantes.
La asignación de los recursos económicos vinculados a los resultados de la evaluación fue el principal incentivo para esta actividad, y fue un factor clave para inducir la aceptación institucional de los procesos de evaluación en las instituciones de educación superior, pero al mismo tiempo la relación evaluación-dinero desvirtuó el significado de la evaluación, se perdió su sentido formativo y su carácter de retroalimentación, pero a la vez la recompensa económica contribuyo a vencer la resistencia inicial ante los nuevos programas por parte de los académicos.
Los programas de evaluación no tuvieron articulación entre si, en ocasiones dos programas operaban para el mismo sector, la meta era impulsar los procesos de incremento de la calidad, pero los criterios e indicadores no necesariamente apuntaron en un mismo sentido. Y esto se sigue observando en la práctica de programas que acreditan:
Consejo de Acreditación para la Educación superior (COPAES)
Programa Integral de Fortalecimiento al Posgrado (PIFOP)
Programas de Estímulos al Desempeño Académico
Sistema Nacional de Investigaciones
Programa de Mejoramiento del Personal Académico (PROMEP)
El eje en el establecimiento de estos programas fue definir con claridad el conjunto de técnicas, indicadores y criterios que permitían su funcionamiento. La problemática conceptual y el debate entre diversas escuelas o tendencias de evaluación fueron completamente omitidos.
Este desconocimiento se refleja en los documentos y textos que se han elaborado con respecto a la evaluación, los escritos tienen la tendencia a no tener una bibliografía especializada, es un ausente significativo, por lo que los criterios de evaluación donde el argumento que se presenta
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