El Impacto De La Nutrición Sobre Desórdenes Y Enfermedades Entéricas En Cerdos
Enviado por aguilar1973 • 20 de Febrero de 2015 • 1.374 Palabras (6 Páginas) • 132 Visitas
Alimentación
El Impacto de la Nutrición sobre Desórdenes y Enfermedades
Entéricas en Cerdos - Primera Parte
J.R. Pluske, D.W. Pethick y D.J. Hampson *
GENERAL
Un gran número de especies de
bacterias comensales y patogénicas
residen en el tracto gastrointestinal de
aves y cerdos. Las bacterias
patogénicas pueden ocasionar
enfermedad, morbilidad y mortalidad.
Un número elevado de diversos
géneros y especies bacterianas están
implicadas en estos procesos. Cada
uno de estos patógenos tiende a
colonizar una parte diferente del tracto gastrointestinal, lo que generalmente se
asocia a una determinada edad y tipo de animal.
Tomando como ejemplo la especie porcina, las colibacilosis postdestete
originadas por Escherichia coli (E. coli) afectan específicamente al intestino
delgado en los primeros 3-10 días tras el destete. Las principales formas de
control de enfermedades entéricas en aves y cerdos se basan en el uso de
antimicrobianos vía alimento, incluyendo antibióticos y, en cerdos, compuestos
minerales tales como ZnO y CuSO4. Estos compuestos antimicrobianos se
suministran para tratar enfermedades, como profilaxis en aquellas situaciones en
las que alguna enfermedad(es) es susceptible de ocurrir o para mejorar las tasas
de crecimiento en ausencia de enfermedad. (“promotores de crecimiento”).
El uso prolongado de antibióticos como promotores de crecimiento puede haber
ejercido una selección para la supervivencia de bacterias y cepas resistentes,
resistencia que puede ser transferida a otras bacterias. Con el tiempo, la presión
de selección constante que ejerce el uso de antibióticos como promotores de
crecimiento, inhibe el crecimiento de bacterias susceptibles y altera la
composición de la microbiota del intestino.
Desde que se descubrió que esta bacteria es difícil de tratar con antibióticos, la
medicina humana está interesada en este hecho ya que el enterococo resistente
a la vancomicina, por ejemplo, puede encontrarse en los alimentos y los genes
que codifican para la resistencia pueden ser también transferidos del animal al
hombre. Un número creciente de bacterias patógenas en cerdos muestra
resistencia a una gran variedad de antimicrobianos. Esto no sólo está
reduciendo el número de antimicrobianos disponibles en la industria para el
control de infecciones bacterianas, sino que además dicha resistencia
incrementa el riesgo para la salud humana.
Como consecuencia, el uso de determinados antibióticos en alimentos para
cerdos y aves ha sido ya prohibido en los estados miembros de la Unión
Europea, y el resto de los antibióticos promotores de crecimiento deberán ser
retirados el 1 de enero del 2006. Además, el uso de niveles farmacológicos de
ZnO y CuSO4 en dietas de cerdos está siendo cuestionado en algunos países,
especialmente en Europa, debido a la preocupación por la contaminación
ambiental que pueden producir estos minerales pesados. El empleo de estos
agentes antimicrobianos para el control de enfermedades y desórdenes
entéricos no es sostenible a largo plazo, siendo necesaria la búsqueda de otras
soluciones.
Los métodos alternativos para el control de agentes patógenos incluyen la
modificación del manejo para limitar la exposición a los patógenos y minimizar el
estrés, el uso y mejora de las vacunas disponibles, el inicio de programas de
selección de animales resistentes a enfermedades infecciosas y el incremento
de las respuestas inmunes del cerdo a través del uso de citoquinonas y otros
agentes inmunomodulatorios.
Las estrategias para la erradicación selectiva de
patógenos bacterianos en el tracto digestivo del
cerdo podría también incluir la administración de
ácidos orgánicos por vía oral y el uso de
bacteriófagos específicos o bactericinas. Otra
aproximación se centra en la limitación del
crecimiento de patógenos en el intestino
fomentando el crecimiento de otras bacterias que
compitan con las patógenas en la colonización de los nichos intestinales, es
decir la “exclusión competitiva”. Una aproximación a este método consiste en
alimentar a los cerdos con ciertas colonias de bacterias probióticas,
especialmente Lactobacillus spp. y Bifidobacterium spp., que han sido
seleccionadas por considerarse que promueven la salud intestinal y excluyen a
los patógenos.
Dichos probióticos probablemente tienen más expectativas para su uso en el
control de infecciones de cerdos jóvenes, por ejemplo tras el destete, cuando la
microbiota intestinal residente no es todavía estable. Una variante a esta
metodología es la alimentación con componentes dietéticos específicos que
actúan como sustrato para las poblaciones naturales de bacterias protectoras.
Por ejemplo, en el caso de infección por Clostridium difficile, diferentes fuentes
de fibra dietética han sido investigadas para optimizar la inhibición por microbiota
residente a través de la producción de ácidos grasos de cadena corta
específicos.
De forma similar, el suplemento a través de la dieta de prebióticos, tales como
oligosacáridos que contengan fructosa, se ha usado para incrementar
selectivamente
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