El Instituto Allende. Génesis De Una Institución Artísitica Y Cultural

INSTITUTO ALLENDE

La familia De La Canal construyó este enorme complejo en el S. XVII como lugar de retiro y hacienda. Cuenta con patios, una capilla en la que se pueden ver frescos coloniales, y una moderna galería de arte y restaurante. En 1951 se convirtió en un instituto de arte que ofrece cursos de platería, cerámica y español (castellano).

Mucho le debe San Miguel a ésta casa de cultura y enseñanza. Construido en el siglo XVIII, por encargo de Don Manuel de La Canal, inicialmente como casa solariega, el edificio sufrió notables altibajos a lo largo de casi dos siglos. Hacia 1930, el diplomático y artista peruano Felipe Cossío, alentado por los grandes intelectuales Alfonso Reyes y José Vasconcelos y apoyado fuertemente por un equipo de socios que integraba a su antiguo publirrelacionista, el norteamericano Stirling Dickinson, al ex gobernador de Guanajuato, Enrique Fernández Martínez y a Nell Harris, esposa de éste, fundó la Escuela Universitaria de Bellas Artes (1938) y el destino del pueblo cambiaría para siempre.

La afluencia de estudiantes trajo a San Miguel alivio económico: Comercios, hoteles y restaurantes comenzaron a prosperar. En 1950, cuatro años después de la creación del Instituto Nacional de Bellas Artes, se formó la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior, con lo cual el Instituto Allende formó parte de una importante red educativa que a la fecha incluyen al Maryland Art Institute , Chicago Art Institute, University of Minnesota, Ontario College of Art, Rhode Island School of Design, entre otras.

A partir de la década de los cincuentas, una cantidad cada vez mayor de veteranos de guerra norteamericanos empezaron a mudarse a San Miguel, como una opción pacífica y tranquila donde pasar sus últimos años. La ventaja que ofrecía el Instituto era dar validez a estudios en Norteamérica, además de ser reconocida internacionalmente para las personas que aquí se preparaban.

Hoy en día, además de la continuidad de más de 60 años en educación, el Instituto Allende alberga galerías, cafés, oficinas y es uno de los sitios más solicitados para bodas y eventos de categoría. Adornado de murales y cúpulas bellamente decoradas (algunas presumiblemente realizadas por el pintor Martínez Poca-sangre, el mismo artista que decoró el Santuario de Atotonilco), los patios interiores ofrecen una agradable sombra y un ambiente tranquilo para los visitantes, que no dejarán de asombrarse ante la arquitectura de tan hermoso lugar.

Edificio que data del primer tercio del siglo XVIII. Cuenta con el portón más grande de la ciudad y su patio es de tipo sevillano. Hoy día el inmueble está dividido en dos secciones, una utilizada como una escuela y otra como centro de eventos sociales y zona comercial con galerías de arte, restaurantes y cafetería.

Propiedad de la familia de la Canal que data del siglo XVII y era utilizado como casa de descanso, sus patios, arcos y la impresionante capilla privada de la familia que contiene algunos frescos virreinales, además de la impresionante vista de la parroquia desde el patio de la Pérgola, en 1951 por iniciativa de Don Enrique Fernández ex Gobernador del Estado de Guanajuato, Stirling Dickinson, Felipe Cossío del Pomar, es abierto como centro de artes y escuela de español, este lugar fue uno de los principales promotores a nivel internacional de nuestra ciudad.

Don Domingo Gómez de la Canal, fundador en México de la familia de la Canal, llegó al Virreinato de la Nueva España procedente de la corte de Madrid en los últimos años del siglo XVII.

Su primogénito don Manuel Tomás de la Canal nació en la ciudad de México el 3 de enero de 1701. Joven aún, decidió radicarse en esta villa de San Miguel el Grande.

Dueño de una gran fortuna, casó con doña María de Hervas y Flores, del Real de Minas de Santa Fe de Guanajuato, quien también poseía considerables riquezas.

Ambos fundaron el Mayorazgo de la casa de la Canal y establecieron que sería requisito Sine qua non* que el heredero del Mayorazgo debería ostentar, siguiendo al onomástico respectivo, el de María Loreto en homenaje a la devoción que tenían por la Santísima Virgen de Loreto cuya imagen labrada en cantera era colocada en su correspondiente hornacina, en todas las fincas que construían o adquirían.

En el convento jesuítico de Tepotzotlán, Estado de México, el mismo don Manuel Tomás ordenó la construcción de las capillas de San José y de Loreto, anexas a la nave principal del templo. En la última existe un cuadro ejecutado por el pintor José de Ibarra en 1738 en el que se puede observar al Conde con su singular prestancia y la relación de la donación. Costeó también el retablo de San José en la Santa Iglesia Catedral de México y favoreció con su dinero a los santuarios de Guadalupe y de los Remedios en la misma capital.

Más de doscientos mil de los pesos de aquel entonces, gastó don Manuel Tomás en adornar y hermosear la villa de San Miguel el Grande, elevando templos y casas, construyendo caminos y ejercitando abundantemente la caridad. Centenares de familias le debieron el sustento y el auge industrial a que llegó la villa, se debió en gran parte a que la familia de la Canal favoreció con sus avíos a los tejedores de zarapes y rebozos, pues les habilitaba la lana de una trasquila para la época de la subsiguiente y les fiaba grandes cantidades de algodón y demás materias primas sin el menor interés.

Don Manuel Tomás empezó la construcción de esta casa que hoy es el Instituto Allende en 1734, así como la de la capilla de Loreto anexa al templo del Oratorio de San Felipe Neri de esta ciudad, cuyo camarín y sacristía son verdaderas joyas de las que se enorgullece esta población.

En el testimonio del Mayorazgo figura en primer lugar este edificio, el cual esta descrito de la siguiente manera: “Una casa nueva en que vivimos y su huerta anexa con sus tierras de pan llevar, una corambrería (curtiduría) y enfrente una villa con un tanque de calicanto para el cultivo de doscientas cepas de vid. “

La corambrería o curtiduría estuvo en lo que ahora es el frontón y era una industria muy importante para los señores de la Canal que poseían grandes cantidades de ganado en sus vastas haciendas de Rincón de Canal, cercana a esta villa; Cuéramaro y San Joaquín de la Trancas en este estado de Guanajuato, y el importante agostadero de Santa Cruz de Bayón en el Estado de Zacatecas.

A mediados del siglo XVIII, el siglo de oro de la Colonia, don Manuel Tomás terminó la edificación del suntuoso palacio que le sirvió de morada principal (contra esquina de la Posada de San Francisco), quedando entonces esta casa como finca de campo a donde venía la familia a

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