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El Moustruo


Enviado por   •  1 de Octubre de 2014  •  1.853 Palabras (8 Páginas)  •  637 Visitas

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DEL SUPUESTO A LA VERDAD

ENSAYO CRÍTICO DE LA PELICULA EL MONSTRUO

“Los hombres se acostumbran a enmascarar sus sentimientos, y a fuerza de ocultarlos a los demás, llegan finalmente a ocultárselos a sí mismos”

Cesar Becaria

El fenómeno criminal, como todo aquello que realiza el hombre, ha venido cambiando en la medida en que el mundo ha venido evolucionando. Desde antaño la explicación que se le ha dado a este fenómeno no deja de inquietarnos pues en concreto el crimen es algo inevitable, hace parte integrante de la sociedad, e incluso como lo señala el sociólogo Durkheim, es algo “normal”, no obstante el crimen, cualesquiera que este sea, siempre despierta temor, llena de zozobra y causa pánico y desconfianza en la sociedad sin olvidar que también genera repudio. Así comienza precisamente el film dirigido por Roberto Benigni, con el homicidio de una mujer más, las autoridades no han dado con el responsable, la sociedad, como es natural, se ve consternada, busca culpables, imagina escenarios, crea mitos y hasta propone culpables. Es interesante ver cómo de una manera picaresca se desarrolla la trama de una novela policiaca que en el trasfondo del guión está cargada de elementos jurídicos en materia de derecho penal y criminología.

El homicidio siempre ha sido un acto repudiable, lo fue desde antiguo y lo sigue siendo aun, aunque la manera como se comete quizá ha variado en el tiempo, las técnicas, los instrumentos, los móviles, las motivaciones han cambiado, sin embargo no cambia para nada el concepto que le damos a quien atente contra la vida de una persona: para todos aquel sujeto siempre será un “monstruo”. Así se titula esta película cuyo desarrollo se da en medio de la comedia que contrasta con la angustia y preocupación que despiertan los acontecimientos criminales. El objetivo: descubrir al asesino y descuartizador de mujeres. El único indicio: su aberrante apetito sexual; el sospechoso: un torpe y despistado bufón.

Como en todo acto criminal uno de los elementos difíciles de lograr es poder capturar al sujeto responsable del hecho, pero hoy en día la ciencia penal se vale de otros elementos que le permiten llegar a la causa concreta y por ende al culpable de los hechos, bien lo dijo Foucault: “la operación penal entera se ha llenado de elementos y de personajes extrajurídicos y en ello no hay nada de extraordinario porque es propio del derecho absorber poco a poco elementos que le son ajenos”

Pero en el afán de obtener resultados prontos la policía lleva a cometer errores y a crear conjeturas poco fundadas; así actúa el detective designado en este caso cuyo nombre llama la atención: Frustalupi, un policía obstinado y terco que quiere, a toda costa, capturar al culpable, lo único que saben además de su aberración, es que el sujeto tiene ya previsto a la víctima, la ha elegido con anterioridad y la consecuencia, la violación y el homicidio, es totalmente contrario a derecho; lo anterior evoca los requisitos que la escuela clásica del derecho penal consideraba suficientes para declarar la imputabilidad en la comisión de un delito a un individuo: prever, elegir y actuar, los cuales era evidente concurrían de manera plena en cada acto. Primer elemento que supone de inicio un avance en la investigación, la policía se enfrenta a un sujeto astuto, que sabe lo que hace, donde lo hace, cómo y con quién lo hace.

No obstante el anterior argumento no permite detectar tan fácilmente al sujeto responsable, es necesario un acto descuidado del criminal que inmediatamente lo relacione y lo delate. Aquí aparece Loris, el protagonista de la película, un bufón más de la sociedad, mentiroso, vividor y oportunista, pero astuto y hábil a la hora de reaccionar, la vida no le ha sonreído, vive en una pensión que no puede pagar, asediado por las deudas y con un pie en la calle, un hombre que hace todo lo posible por sobrevivir aunque ello implique robar o engañar, conductas reprochables desde cualquier punto de vista pero en el fondo es un buen hombre, es noble y al igual que un niño no actúa mal porque quiere, no planea algo malo porque lo desee, las circunstancias y el momento lo llevan a actuar de manera equivocada, es un sujeto que nadie comprende porque su torpeza esconde su verdadero ser, aunque también vale decir que es un hombre pícaro, malicioso y hasta descarado, estas debilidades lo llevarán por un instante a actuar mal. Su equivocación lo llevó a la pasión y la pasión lo trastornó por un momento. Estos eventos lo pusieron en la mira de las autoridades, lo declaran sospechoso y el posible asesino de las mujeres.

La policía en su investigación reunía una serie de indicios que relacionaban a Loris con el perfil del criminal que perseguían pero en su mayoría estos elementos no eran objetivos, se guiaban por actos externos poco confiables y dudosos. En otro tiempo bajo el pensamiento de la escuela positivista se le hubiera capturado de inmediato pues bastaba una sola prueba exterior que, a juicio de los expertos, daba para arrestarlo y condenarlo. Cesar Lombroso lo hubiera clasificado en aquellos delincuentes cuyos rasgos, comportamientos y tendencias lo hacían condenable. El examen que se hacía del presunto delincuente no era objetivo ni veraz pues los aspectos exteriores no son suficientes para revelar las pretensiones y pensamientos internos. Lo anterior explica quizá la obsesión a que se llegó con Loris; el psiquiatra en criminología junto

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