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El Ornamento Como Problema Y La Crítica Del Simbolismo Inadmitido.


Enviado por   •  21 de Septiembre de 2014  •  2.482 Palabras (10 Páginas)  •  364 Visitas

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A través de la historia, el hombre ha generado diferentes técnicas para la elaboración de objetos para el benéfico propio y de la historia; una de las técnicas principales que se desarrollo y evoluciono fue la Ornamentación, la cual trajo consigo innovaciones en la creación de obras de arte, esculturas y obras arquitectónicas, que en la actualidad hacen parte de los innumerables patrimonios arquitectónicos y artísticos de la humanidad.

Según el arquitecto Adolf Loos en su ensayo “Ornamento y delito”, hace una dura crítica a la decoración de los objetos cotidianos en la arquitectura, afirma que en el futuro el hombre no será capaz de liberarse de este estilo, el mismo que considera una carga para la sociedad.

Como si fuera poco todo objeto creado por el hombre miles de años atrás sin ornamento fue despreciado y destruido. Por consiguiente los objetos ornamentados aunque no tuvieran valor fueron cuidadosamente conservados.

Las experiencias arquitectónicas del siglo XIX dieron una arquitectura funcional, la sucesión del ornamento promulgo una nueva forma de hacer arquitectura; el art nouveau, el catalán y el escocés enriquecieron la cotidianidad de los objetos, el mundo del arte produjo mucho y una nueva dimensión más o menos unitaria y simbólica

Según los teóricos que se pronunciaron acerca del ornamento de manera muy desigual, todos trataron el tema pero no la vocación hacia esos puntos de vista, tal vez es necesario primero pasar a revisar cual fue la manera directa en que el ornamento influencio en la arquitectura. Los académicos y burócratas mantenían criterios diferentes; T.G. Jackson aludía que el hombre era incapaz de ingeniarse una visión más homogénea hacia el ornamento, o Geoffrey Scott, que consideraba que el ornamento carece de importancia, si el control básico de la forma es suficientemente seguro, y en el curso de esta búsqueda los arquitectos ingleses despreciaban el estilo del catálogo, pero en cambio, usan los ornamentos de su propia invención y explotan las cualidades decorativas inherentes a los materiales y la producción natural de aquellos objetos.

“Una de las posibles causas la creación por parte de Loos del “El Ensayo del Ornamento” la establece Reyner Banham , en una crítica o ataque a la Secesión vienesa, tras una discusión, alrededor de 1890, motivada al parecer por el hecho de que Hoffman no le confió la decoración y el amueblamiento de la sede del concejo de la Sucesión. Esta afirmación es dudosa debido a que, Loos, en esa fecha, no era más que un estudiante en formación a cargo de G. Semper. “Ornamento y delito” se complementaria, en 1924, con “Ornamento y educación”.

Según Adolf Loos, desde el primer momento, se asocia con un nuevo estilo histórico de cada época. Cada nuevo estilo es sinónimo de un nuevo ornamento, Loos identifica su tiempo por ser incapaz de realizar un ornamento nuevo y esa incapacidad debe originar y desarrollar el nuevo hombre moderno. Si no existe un ornamento nuevo, no debe utilizarse ninguno, “dentro de poco las calles de las ciudades brillarán como muros blancos”.

A primera vista el arte dominante es la decoración favorecida por el Estado que se plasma en los ropajes de la sociedad elitista y en el mobiliario, lo que supone, para Loos, un gran retroceso a toda forma de arte debido a que no aumenta la alegría de revivir y por consiguiente, aquí cabe hacer una pequeña digresión sobre la eliminación del ornamento y consecuencia de la evolución de la Humanidad, por lo que, su aplicación es un paso más evolutivo.

El ornamento contemporáneo, es decir, aquel ornamento realizado por arquitectos y artistas de la época se debe a su utilización por, aquellos hombres que no son modernos y viven encerrados con los gustos del pasado, éstos retrasan la evolución cultural de los pueblos y de la humanidad.

El ornamento no es un producto natural de nuestra civilización, es algo con futuro o pasado, el ordenamiento se convierte en algo efímero y pasajero, similar a la moda, que pierde su sentido cuando pasa de una época a otra y por tanto pierde su valor significativo al cabo de los años.

Aquí también he de referirme al aspecto de Adolf Loos en su ensayo y el carácter socio-económico del ornamento. El autor considera que una realización productiva del ornamento encarece al objeto pero en cambio se vende a un menor precio en comparación a otros productos, de igual manera la materia prima, el objeto no ornamentado supone la reducción de horas de trabajo, mayor producción y en consecuencia el aumento de sueldo, en cambio el objeto ornamentado declina a una fuerza de trabajo menos remunerada.

Cabe añadir que otro factor social importante, la conveniencia del ornamento. Para el ornamentista, el consumidor es aquel que opta por un mobiliario ornamentado, debido a que su valor estético es de gran importancia y a su vez es pasajero y colectivo, esto produce un desfase entre el valor estético y el valor físico del objeto que es el consumidor el que lo sufre. Por ello, Adolf Loos establece que la forma del objeto debe ser tolerable e ineludible y el tiempo que dure físicamente, si éste durase el mismo tiempo en lo estético como en lo físico, el consumidor optaría por pagar un precio que posibilitara que el trabajador ganara más dinero y tuviera que trabajar menos. Cuanto mejor material y mejor acabado, se necesitara más trabajo productivo que repercute negativamente en el objeto, ya que no alcanzaría un valor antiestético no productivo.

Sin embargo, así como Loos manifiesta en su ensayo “el ornamento” que el ornamento no se fundamenta en la necesidad del hombre; ¿Necesita el hombre moderno el ornamento? El arquitecto considera que el hombre moderno aborrece el ornamento debido a que todos los objetos contemporáneos carecen de éste, maquinas, vestidos, etc. Por consiguiente no es necesario. Con esto es posible explicar hasta el momento el porqué de la carencia y falta de ornamento que va constituyendo un nuevo poder de atracción adquisitivo, dejando por un lado a los objetos ornamentados procedentes de una parte de la sociedad a la que se le considera no civilizada y poco homogénea. La forma u ornamento de éste, es el resultado de un trabajo inconsciente y prematuro de los hombres de todo ese sector de la civilización porque el sujeto como tal, era incapaz de crear una forma o de imaginar algo, todo lo demás, es llevado al campo del arte, “el arte es la obstinación del genio”, hasta aquí lo refería el autor en su ensayo el ornamento.

En este argumento Loos supuso la plasmación teórica de un concepto que se encontraba en la intelectualidad vienesa y el simbolismo que nadie había formulado. Y que fue precisamente una manera de enunciarlo

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