El Pan De Guerra

El pan de guerra

Parvana, una niña de once años que tuvo que dejar la escuela por la invasión de los talibanes y los continuos bombardeos. Ahora vivía en una pequeña habitación de un edificio en ruinas por la explosión de un misil, sin apenas poder salir a la calle. El padre de Parvana trabajaba en el mercado leyendo y escribiendo cartas y vendiendo objetos que había logrado salvar de su antigua casa. Parvana siempre acompañaba a su padre a trabajar pero con el riesgo de ser descubierta por los soldados, quienes incluso podían matarla si la veían por la calle, aunque ella sabía que si le preguntaban ella debía decir que ayudaba a su padre a caminar pues le faltaba una pierna. Un día, sin previo aviso, aparecieron varios talibanes en la casa arrestaron a su padre y propinaron una fuerte paliza a su madre y a la joven pues habían intentado frenarlos. Ambas trataron buscarlo, caminando hasta la cárcel, pero todo fue en vano, y Fatana la madre cayó en depresión. Puesto que el padre no estaba, y era quien se encargaba de conseguir dinero, comenzó a faltar comida en casa de Parvana. Una tarde, la joven venia deprisa del mercado ya que unos soldados la perseguían, cuando de repente se encontró a una antigua profesora y amiga de la familia, La señora Weera, quien la que después de haberle contado lo sucedido la acompaño a casa, se instaló hay varios días, y después de lograr que la madre volviera a un estado de ánimo aceptable, se le ocurrió la idea de convertir a Parvana en un chico para lograr conseguir comida. A la joven no le gustó la idea pero, puesto que era una situación extrema, acepto y al siguiente día empezó a trabajar. Al cabo de varia jornadas en el mercado, Parvana se encontró a una compañera de clase, que también tuvo que hacer lo mismo para ayudar a sus familiares. Debido a que el dinero que tenían era escaso, decidieron ponerse a recolectar huesos del cementerio, lo que les valió para ganar un bastante más y poder pagar todo lo necesario para sobrevivir unas semanas. Pasado un tiempo, Parvana se enteró que su hermana mayor, se iba a casar y se iría a vivir a Mazar, al norte de Afganistán, donde no había guerra y las mujeres eran más libres. Su madre y sus hermanos partieron hacia allí, teniendo que quedarse en casa Parvana con su profesora por si regresaba su padre de prisión. Mientras Parvana trabajaba en el mercado comenzó a llover y la chica se refugió en un antiguo departamento, donde encontró a una joven llorando, la llevo a casa y la chica le contó que había tenido que huir de Mazar, pues los talibanes habían invadido la ciudad. Al día siguiente el padre de Parvana apareció lleno de magulladuras, y una vez recuperado, la joven le conto la noticia de Mazar. Así que al final ambos deciden ir a Mazar a buscar a su madre y a sus hermanos ya que no sabían si seguían vivos

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