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El Patriarcado Se Hace Funky


Enviado por   •  3 de Agosto de 2013  •  413 Palabras (2 Páginas)  •  1.173 Visitas

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Capitulo 5

El patriarcado se hace funky

En este capitulo nos habla de las cuestiones raciales, de género y de orientación sexual seguían estando relacionadas con temas más concretos y

urgentes, como la igualdad salarial y de derechos para los cónyuges

y la violencia política, desde las feministas que exigían más representaciones de autoras en las listas de lecturas, pasando por los homosexuales que querían estar mejor representados en la televisión y los astros del rap que se

jactaban de representar a los guetos.

Estos temas siempre figuraban en los programas políticos de los

movimientos de los derechos humanos y del feminismo, y más tarde en

la lucha contra el sida. Desde el comienzo se aceptó que lo que perjudica

a las mujeres.

Nos habla que para lograr progresos verdaderos, se consideraba necesario

descolonizar la imaginación de ambos géneros, la generación que creció bajo el influjo de los medios, el deseo de transformar la sociedad por medio de la cultura pop era una segunda naturaleza.

El problema era quelas fijaciones comenzaron a transformarnos a nosotros.

Con el tiempo, la política de la identidad se confundió hasta tal punto con la política personal que llegó a eclipsar el resto del mundo.

El eslogan lo personal es político reemplazó a lo económico como factor político, y por fin incluso a la política a secas.

Aparecieron cazadores de lo cool especializados en la comunidad homosexual, que

eran investigadores de mercado que recorrían los bares gays con cámaras

ocultas.

The Gap llenaba sus anuncios con arco iris racialmente

mixtos y modelos delgados y de aspecto infantil.

Diesel compensó la frustración que le producía ese ideal inalcanzable de belleza con carteles irónicos que mostraban una mujer a la que le servían una

mesa con cerdos para la cena. The Body Shop evitó la reacción que

provocaron los anuncios anteriores negándose a hacer publicidad, y

en lugar de ello llenó sus escaparates con cintas rojas y letreros que

condenaban la violencia contra las mujeres.

Hace poco la respuesta era sencilla obligar al mundo a hablar nuestro idioma y a absorber nuestra cultura.

Levitt trazaba una rígida distinción entre las empresas multinacionales débiles, que cambian según el país donde operan, y las grandes corporaciones globales, que por definición son siempre las mismas, se hallen donde se hallen.

Las jóvenes que crecieron leyendo El Mito de la Belleza y que consideraban los trastornos alimentarios y la poca estima de sí mismas como los subproductos más perniciosos de la industria de la moda tendían a olvidar a aquellas mujeres que salieron a la calle el 8 de marzo, y quizá ni siquiera conocían su existencia.

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