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El Poder Educativo De Un Proyecto


Enviado por   •  19 de Agosto de 2014  •  1.332 Palabras (6 Páginas)  •  438 Visitas

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EL PODER EDUCATIVO DE UN PROYECTO PEDAGOGICO COMUNICACIONAL

Nuestro objetivo es siempre crear contextos de justicia educativa porque creemos que así podremos construir la justicia social. Es decir, garantizarles a todos los jóvenes su derecho a la educación. Esto es a ingresar, permanecer y egresar preparados para ejercer la ciudadanía, para el trabajo y para los estudios superiores como se enuncia en la Ley Nacional de Educación 26.206. Para nosotros esto es educación de calidad, una escuela de calidad es una escuela inclusiva, la que genera condiciones de aprendizajes para todos y para todas. En esa vinculación, en esa articulación con lo curricular el rol de los docentes es fundamental (cuando hablamos de docentes incluimos a los talleristas y coordinadores obviamente). ¿Pero en qué sentido es fundamental? Todo lo que sucede en la escuela es una experiencia educativa donde además se producen sentidos, es decir se comunica algo, pero no todo se relaciona con los contenidos curriculares. El desafío es poder generar experiencias, proyectos educativos y comunicacionales que estén atravesados por contenidos curriculares. Para ello vamos a pensar en qué contenidos son los que la escuela aborda y desde qué perspectiva los seleccionaremos para poder incluirlos en proyectos educativo comunicacionales. Nosotros vamos a proponer hacerlo desde el concepto de “Justicia curricular” es decir que los contenidos ya no sean los hegemónicos, los que desde afuera se meten en la escuela y que responden a otros intereses ajenos e incluso de otras culturas, esos de los que somos sólo consumidores porque son saberes producidos en otros ámbitos, sino que sean aquellos contenidos que parten de los intereses y necesidades de la comunidad, de los jóvenes y que a partir de su cultura sean el punto de partida para producir saberes propios y comunicarlos, socializarlos. Producir saberes y comunicarlos es construir conocimiento. Ahí está la clave: ya no pensamos a la escuela como el lugar donde se transmiten conocimientos que han sido producidos en otro lugar y que responden a intereses de los sectores dominantes sino que la escuela que queremos es aquella que produce conocimiento y lo hace circular. Ese conocimiento es una construcción colectiva cuyos cimientos son nuestros intereses, nuestras necesidades y nuestras culturas. Esto no significa que vamos a dejar afuera los saberes que históricamente la escuela transmitió y cuya función es también garantizar. Se trata de ampliar los horizontes sabiendo desde dónde partimos sin fijarnos límites. Todos tenemos derecho a acceder a todo el conocimiento disponible.

Comprender los lenguajes de la tecnología y de la comunicación para apropiarse del conocimiento implica saber interpretar y evaluar la realidad para construir opiniones autónomas.

Siguiendo a Simón Rodríguez podemos concluir en que lo que nos está pasando en el aula es que a si lo que la escuela propone no tiene relación con la vida, con el afuera de la escuela, si lo que pasa en la escuela solo tiene sentido dentro de sus muros entonces no despierta interés y por eso no se entiende y tampoco dan ganas de hacerlo.

Siguiendo la línea de los pedagogos latinoamericanos Paulo Freire decía “Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han hecho.” Para agregar: “El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas” Nosotros estamos convencidos que la escuela bancaria, esa que deposita conocimientos en la cabeza de los jóvenes para que luego repitan como loros lo que no entienden ni les interesa no tiene sentido y trabajamos junto por una educación emancipadora que reivindique los saberes que los jóvenes tienen, la cultura de la comunidad de la que forma parte y sea herramienta de transformación de la realidad. Para ello es fundamental que la palabra circule, que las instituciones se democraticen y que todas las voces se escuchen. Los jóvenes ya no son destinatarios de la educación sino protagonistas de su proceso formativo y sus voces tienen que ser oídas.

Seguramente todos coincidimos en que en pleno siglo XXI las tecnologías son herramientas pedagógicas de las que la escuela no puede prescindir. Sin embargo cuando hablamos de TIC muchas veces pensamos en los medios digitales y no siempre

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