El Principito
Enviado por jlgdelc • 28 de Octubre de 2013 • 417 Palabras (2 Páginas) • 196 Visitas
En el cuento de “El Principito” nos podemos dar cuenta de cómo es que cada quien ve la vida de diferente manera. El autor empieza comentando sobre su infancia, que como él menciona, todos hemos pasado por esa edad y de alguna manera en algún momento nos sentimos incomprendidos por parte de los adultos. Estos sentimientos van pasando en medida en que vamos creciendo y pensando de acorde a nuestra edad.
A lo largo del cuento el autor se encuentra con el principito, que es un niño que viene de otro planeta distinto a la tierra. El principito es muy inocente y pide que le haga un cordero, para no entrar en controversias en piloto le hace una caja para que el principito pueda decidir cómo es que quiere el cordero. En esta parte me puedo dar cuenta que aunque nos esforcemos por hacer sentir bien a las demás personas o por querer que estén bien, nunca las vamos a poder tener contentos. Es muy difícil poder complacer a las demás personas por más esfuerzo que se le ponga. Lo mejor es hacer como hizo el autor, darles la opción de que ellos decidan cómo es que quieren los resultados.
En los planetas donde va pasando el principito se da cuenta de muchas de las realidades que vivimos hoy en día y lo que me llama la tención es que el cuento fue escrito en 1943 y siguen existiendo muchos de los factores y problemas sociales, que a pesar del tiempo nadie ha podido solucionar.
Con lo que me quedo de este libro es que en cada uno de los planetas existe una persona con algunos de los problemas que nota el principito y que cada quien está encerrado en su planeta que no se da cuenta de los demás, el que vive pensando en que es la única autoridad que existe y su totalitarismo lleva a las personas a creer que todo es cierto, que debe existir una sola persona que pueda mandar a todos los demás, aunque un niño se dé cuenta, los adultos no pueden hacer nada para poder cambiar las cosas.
Cada quien piensa a su manera y es parte de nuestro mundo aceptar que todos somos diferentes y que todos tenemos diferentes maneras de pensar sin importar nuestra edad, nuestro status social, nuestra educación. No tenemos que ser un aviador ni mucho menos un principito para expresar nuestros pensamientos sin que nadie los entienda como en el caso del autor.
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