El Pseudoarte
Enviado por George141210 • 16 de Enero de 2017 • Apuntes • 789 Palabras (4 Páginas) • 253 Visitas
El Pseudoarte
¿Qué ha hecho que en los últimos años hasta las obras más simples y superficiales sean llamadas arte? ¿Se está, en todo caso, creando arte de verdad?
Es muy probable que las respuestas a estas preguntas estén en la intención que el artista, o el supuesto artista, tiene al crear su obra.
Quien se dedica en el supuesto arte a «buscar sólo esferas de belleza» crea sensaciones, no arte. Aquél que en su trabajo artístico muestra sólo una realidad idealizada y embellecida, no crea arte de verdad. Los mensajes que estos trabajos transmiten no rebasan nunca el ser un simple reflejo de las sensaciones.
Pensemos en las imágenes que solemos ver constantemente, donde se muestra una visión optimista de nuestra realidad escondiendo las verdades fuertes y profundas, aquellas que son difíciles de aceptar y comprender, dejando sólo lo más cómodo.
Vivir en esta cotidianeidad nos hace caminar sin reflexión de nuestras necesidades y posibilidades. Nos vuelve seres vacíos, viviendo una realidad manipulada; vivir dormidos estando despiertos.
Aquellas obras consideradas como arte (sin serlo) muchas veces tienen efectos agradables porque confirman experiencias ya presentes en el espectador. Utilizando pequeños estímulos, que por lo común suelen imitar el lado más suave y gentil de las verdaderas emociones, lo hacen identificarse con lo que percibe, engañándolo, creándole una dependencia casi adictiva a estos estímulos.
El creador de este pseudoarte atrapa al espectador en su anzuelo de mentiras, prometiéndole grandes placeres y sólo dándole «una pequeña probadita» de la catarsis, pero jamás llegando a ella. Deja que el espectador se alegre pero que nunca llegue al orgasmo. Al final, lo tiene en la palma de su mano, pidiéndole un poco más de estos estímulos, mientras el pseudoartista se aprovecha de esto para moldear y domesticar la mente del espectador. Aquí es donde el pseudoarte se vuelve incluso peligroso, pues nos aleja de la realidad y la moldea, haciéndonos actuar de forma imparcial y desinformada.
Ya hemos aterrizado en algo. El pseudoarte, si bien parece placentero, puede llegar a hacernos daño al atraparnos entre sus garras. Pero entonces, si estas sensaciones tan similares al placer no son el verdadero arte, ¿qué es lo que quiere el auténtico artista?
El verdadero artista pretende mostrar una representación sensible de la realidad, llevada hasta las últimas consecuencias en libertad del placer.
El pseudoarte, por el contrario. copia esta estrategia pero sin hacer que el placer llegue a su máxima capacidad.
Pero, ¿es una obra de arte bella? Si lo es, tendríamos que hablar entonces de lo que significa lo bello artístico. Y en todo caso, hablaremos de lo bello, pero de lo bello que proviene del espíritu. Porque si provienen del espíritu necesariamente es verdad. Por esto el arte es la manifestación más alta y libre del espíritu. El trabajo artístico es la verdad misma.
No somos artistas. Tenemos apenas una idea de cómo se maneja el arte. Pero sí sabemos a dónde se dirige el arte, y esto es a la catarsis. Esta sensación que llega al verdadero interior del alma, y la toca, y la transforma. Los artistas sí conocen la perfección, y nos la muestran a través de sus ojos, y sus interpretaciones. Nos abren las puertas para poder elegir sabiamente el camino haca la verdad. Y nos llevan al orgasmo. Ese es el verdadero arte. ¿Y cuál es la utilidad de saberlo? Poder identificarlo y saber qué obra merece en realidad nuestra atención y tiempo. Hallarnos demasiado cerca del dolor del mundo puede hacer que en ocasiones no escuchemos lo que se nos demanda en la comunidad y que está en nuestras posibilidades hacer. Abrirnos a esta perspectiva nos permite escuchar con una mayor claridad aquello que es nuestro deber con el mundo y con nosotros mismos; esta es la función, creo yo, del arte, pues nos hace más sensibles y responsables en nuestras acciones en la humanidad cuando relacionamos nuestras virtudes y dignidades con los demás. En tiempos tan difíciles, es necesario aventurarnos en búsqueda de nuestra verdad. Y para esto hace falta salir de lo cotidiano y adentrarnos en la verdadera belleza del arte. Es necesario el arte. Y en esta catarsis, en este momento orgásmico, tal vez encontremos lo que tanto hemos estado buscando.
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