El Pueblo De Los Horrores

EL PUEBLO DE LOS HORRORES

Era una niña llamada Diana que, iba con su mamá, iban a las montañas y cuando iban llegando a las montañas empezó a llover muy fuerte y vieron a un animal de color blanco y tenia ojos brillantes que se les aparecía en la carretera y no lo querían atropellar. Cuando la mamá de Diana vió al animal, frenó el carro muy rápido y el auto salió de la carretera y el auto se descompuso y la niña y la mamá ya no tenían opción y se tuvieron que ir a una población que se llamaba Espíritus de Piedra y cuando se acercaron a la población se asustaron porque era un tenebroso lugar por las personas que había en la población.

Diana vio como su mamá apagaba las luces para no quedarse sin batería.. El silencio era golpeado de forma implacable por las gruesas gotas de lluvia que se estrellaban en el techo del carro. Diana preguntó a su mamá que, qué iban a hacer y la mamá le dijo que iban a pasar la noche ahí. Elena Martin e hija tenían miedo porque vieron la población y la carretera vacía. Diana abrió la guantera y saco una lámpara, después busco un paraguas y comenzaron a caminar. Durante algunos segundos la escena pareció congelarse, el único movimiento era la lluvia que caía detrás de ellas, a tan escasa distancia que incluso las salpicaban las gotas cuando se estrellaban de manera violenta contra el suelo. De repente vieron algo blanco en la carretera, y cuando se acercaron se dieron cuenta de que era un lobo. El lobo era muy hermoso, blanco, con las patas negras y también los ojos y las orejas. Se hallaba a un lado del camino en el límite del bosque, las observaba fijamente pero en su mirada no había la agresividad de un animal dispuesto a atacar ni tampoco la expectación de la sorpresa, solo había solemnidad y algo de tristeza. Se apresuraron puesto que allí no llovía, su paso era más rápido, casi a la carrera, no dejaron de mirar en ningún momento hacia los lados donde el bosque se hacía cerrado y negro y también hacia atrás.

Llegaron a la población y vieron a un hombre. El hombre centro su mirada en ellas, sonrió bobamente, hubiera parecido alguien apacible, de no ser por la fiereza de su aspecto y aquellos ojos enrojecidos, ellas aumentaron la velocidad y al llegar al final de la calle antes de llegar a doblar la siguiente esquina, miraron de nuevo atrás, el hombre las estaba siguiendo y ellas estaban temerosas. Por fin, la mamá vio la plaza del pueblo.

Frente a la plaza se encontraba un hotelito y se dirigieron hacia allá, cuando entraron no encontraban a nadie y después de un buen rato salió una mujer tan fea como el hombre que las estaba siguiendo. La mamá le dijo que querían un cuarto para pasar la noche ya que su carro se había descompuesto. La hija vio que de la mano de la mujer escurría algo rojo y cuando la señora se da cuenta le dice que estaba pintando.

Elena y Diana subieron al cuarto número 107 y allí se sintieron un poco más seguras. Elena le dijo a Diana que tomaría unas pastillas para poder dormir y descansar. Diana se asomó por la ventana y vio que en la plaza estaban el hombre que las venía siguiendo y unos lobos y se asustó mucho y cuando le quiso decir a su mamá, ya no le hizo caso porque estaba profundamente dormida. Diana no podía dormir y bajo a la administración pero no había nadie, cuando se asomó al cuarto donde estaba la mujer que las atendió se dio cuenta de que no olía a pintura y cuando se asomó, vio que estaba un lobo despedazado, cuando quizo salir de ahí, se dio cuenta de que un lobo la observaba y corrió para el cuarto pero en el camino se encontró con más lobos que querían atacarla pero el lobo blanco que se habían encontrado en el camino atacó a los otros lobos y la salvo y le dijo que se fuera. Diana no podía creer que el lobo le hubiera hablado. El lobo

nuevamente le decía que si quería salvar su vida se fuera de ahí pero diana no quería irse sin su mamá. Diana le pregunta al lobo que por que hablaba si era un animal y el lobo le dijo…. No soy un lobo, soy un hombre y me llamo Jorge Camargo, y por no atropellarme en la carretera es que ahora están en problemas.

Diana no podía creer lo que Jorge le decía. Vete, Corre si es que quieres salvarte.

No me iré sin mi madre le dijo Diana a Jorge. Por favor ayúdame a salvar a mi madre.

Jorge le dijo… está bien, te ayudaré, espero que no sea demasiado tarde. De repente vieron que varias personas llevaban el cuerpo de una mujer y Jorge el lobo le dijo a Diana que ahí llevaban a su mamá. Diana tuvo que apretar su boca para no gritar y llorar y Jorge le dijo que a lo mejor estaban a tiempo y siguieron a los hombres hasta el teatro del pueblo. Ya dentro del teatro vieron como apareció un hombre con imagen de vampiro y muchos hombres que lo rodeaban.

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