El Reglamento de Castigos disciplinario Nº 6

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El Reglamento de Castigos disciplinario Nº 6 fue dictado el 31 de Enero de 1949 y consta de 8 capítulos y 200 artículos. Cabe señalar que para este periodo la junta militar instalada en diciembre de 1948 que derroco al presidente Rómulo Gallegos, estaba compuesta por los Tenientes Coroneles: Carlos Delgado Chalbaud, Marcos Pérez Jiménez y Luis Lovera Páez.

Su objeto principal es establecer las reglas concernientes al ámbito disciplinario del sector y la vida militar, establecer las penas, definir, clasificar y castigar las faltas a la moral y ética militar. Además de establecer los procedimientos anteriormente descritos; define en detalle, quién y a quién se castiga, donde y la duración de los mismos.

Podemos entender de lo antes expuesto que la finalidad de dicho instrumento es en su conjunto, velar, preservar y fortalecer, a través de la aplicación de castigos y sanciones, que no se quiebre la disciplina subordinación y obediencia de los componentes militares.

El Reglamento de Castigos Disciplinarios Nº 6 establece en su primer capítulo los deberes que deben cumplir los militares de mar y tierra, se observa que estos deberes estarán orientados al cumplimiento de las órdenes superiores y el apego a las leyes y reglamentos que regulan a el Ejercito y la Armada, siendo la base fundamental la obediencia, disciplina y la subordinación, todos los deberes de los militares estarán en consonancia con la disciplina la cual será su principio fundamental para la práctica de tales deberes, los cuales se cumplirán con un grado de conciencia inculcada por el superior, de tal modo que el comportamiento del militar en cuanto a disciplina será el mismo dentro y fuera de los cuarteles, cerca y lejos de la presencia de sus superiores.

Se puede decir que todo este comportamiento se traduce en el trato que deben tener los superiores con los de menor rango, también toca aspectos relacionados con el aseo personal, con su vestimenta, lo cual refleja los estándare

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s de la institución militar.

Por otra parte, los militares están en el deber de hacer llegar todas las quejas, reclamos a través de los órganos regulares, en ningún caso el militar agraviado pasara por encima de sus superiores y no podrá hacer reclamos ni murmuraciones en su contra o de la institución, ni de los estados, de las leyes, decretos y otras medidas dictadas por cualquier autoridad constituida. Así mismo el militar que se considere agraviado reservara su queja para después de concluida la comisión a que fue destinado, todo estos para resguardar la disciplina y obediencia en todo momento incluso en las situaciones donde el militar no esté muy de acuerdo, siempre estará en la obligación de obedecer siempre y cuando estas órdenes estén enmarcadas dentro de

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