El Rey Y Su Hijo
Enviado por yeo04fer08 • 7 de Junio de 2013 • 723 Palabras (3 Páginas) • 367 Visitas
LECTURA: El rey y el hijo
En un palacio del antiguo reino, vivía un rey, este rey era perverso, maltrataba a todos los que lo rodeaban, incluso a su esposa e hijos, por que este rey malo fue bendecido por Dios ya que le concedió la gracia de tener dos hijos, una niña, la Princesa Diana y un niño, el Príncipe Felipe, pero ellos fueron muy desdichados al lado de su rey padre por que este nunca les dio amor.
Un día la esposa Reina, cansada del maltrato del Rey, se le acerco decidida a marcharse del palacio:
- Reina: Esposo mío, vengo a anunciarte que dejo el palacio.
- ReY: ¿Cómo que dejas el palacio?
- Reina: Si me marcho con mis hijos a vivir aunque sea con los esclavos pero contigo no viviré nunca más.
- Rey: (Riéndose de la esposa en un tono burlón), vete donde debes estar, con los inmundos sirvientes, que te tratan como si fueras una de ellos. No me haces falta ni tu ni los niños molestosos. Vete de una buena vez, recuerda que soy muy rico y no necesito de nadie, porque con mi dinero puedo tener lo que quiera y comprar lo que se me antoje.
- Reina: Hay muchas cosa que no se pueden comprar con dinero y son más difíciles de alcanzar.
- Rey: Para mí, nada es imposible, así que vete de una buena vez. No me hagas enojar y te mande sacar del palacio con mis guardias.
La mujer tomo a sus dos niños y con lagrimas en los ojos por la crueldad del Rey, tomo a sus hijos y se marcho a una humilde casita del bosque donde Vivian algunos esclavos. Donde fueron muy felices sin tener nada de dinero, debían cultivar lo que se comerían y criar ovejas para consumir leche y carne, nunca más supieron del Rey, y este jamás volvió a ver a sus hijos.
Un día, el Rey enfermó gravemente, y hallándose enfermo, dijo:
- Rey: ¡Daré la mitad de mi reino a quien me cure!
- Soldado: señor, me encargaré de hacer saber en todo el reino, estaré día y noche pendiente con mis compañeros para anunciarles cualquier cosa que sepamos.
- Rey: Claro que deben anunciarme enseguida, diles que mi fortuna es inmensa.
Entonces todos los sabios celebraron una junta para buscar una manera de curar al rey, más no encontraron medio alguno, pues todo lo que pensaron que podría salvarlo, fallaba, probaron todo tipo de conjuros y nada parecía funcionar.
Uno de ellos, sin embargo, declaró que era posible curar al Rey.
Si sobre la tierra se encuentra un hombre feliz, dijo, quítesele la camisa y que se la ponga el Rey, con lo que éste se curará.
El Rey hizo buscar en su reino a un hombre feliz. Los enviados del soberano se esparcieron en todo e! reino, más no pudieron descubrir a un hombre feliz. No encontraron a un hombre contento con su suerte.
El uno era rico, peor estaba enfermo; el otro gozaba de salud pero era pobre: aquél
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