El Surrealismo
Enviado por dani_nkc • 5 de Agosto de 2013 • 3.948 Palabras (16 Páginas) • 208 Visitas
Universidad Nacional de Córdoba
Facultad de Filosofía y Humanidades
Escuela de Letras
Cátedra de Introducción a la Literatura
2013
Trabajo práctico sobre vanguardias históricas
El surrealismo
Siderac, Fabrizio
Ulloque, Florencia
Valeriano, Ayelén
Videla Martínez, Julieta
Williams, Daniela Elen
Luego de la caída del romanticismo y el nacimiento del modernismo, con la nueva sociedad urbana de la Revolución industrial y el éxodo masivo del campo a las ciudades, se formó una nueva concepción del mundo que buscaba, en lugar del idealismo romántico del subconsciente individual como predominante, una literatura y un arte más ligados a la realidad visible y a lo colectivo. Así nació el realismo, con exponentes como Balzac, Flaubert, Dostoievsky y Tólstoi. Esta corriente estaba destinada a reflejar la realidad directamente y utilizar la descripción detallada en sus composiciones.
A partir de los descubrimientos de los físicos Einstein, Broglie y Heisenberg, y de las ideas del psicoanalista Freud sobre el subconsciente humano, se formó una nueva concepción de la realidad y del hombre. Dentro de este marco nace el surrealismo, que se oponía completamente al realismo previo, acusándolo de hostil y limitado, y retomando ideas del romanticismo como la supremacía del subconsciente como medio de búsqueda y de creación.
La corriente fue promovida y fundada principalmente por el escritor francés André Breton. Este autor, muy interesado en las teorías de Freud, se caracterizó además en su desempeño como psiquiatra: esta labor, junto con la necesidad de establecer el nuevo modo de pensar que lo caracterizaba a él y a sus adeptos, finalizó con los manifiestos surrealistas que desarrolló a partir del año 1924. Los estudios que realizó Breton lograron dar al surrealismo mayor consistencia y forma que los logrados con anterioridad, como por ejemplo los de Guillaume Apollinaire. De esta manera Breton le concedió a esta novedosa vanguardia su nombre, definición y características, entre otros aspectos: tomó las hipótesis de Freud que acertaban con la idea que comprendía él acerca de la realidad absoluta, y estableció la existencia de un paralelismo entre vigilia-consciencia y sueño-inconsciencia: a partir de la unión de estas polaridades resultaba esta realidad absoluta, o surrealidad.
Un modo también apropiado de comprender este movimiento es ver sus críticas al realismo: la actitud realista se destacaba, según los surrealistas, por no dejar ningún lugar a la imaginación en sus obras. A la hora de escribir, los autores caracterizaban en su totalidad a los personajes, y usaban e incluso abusaban de la descripción, convirtiendo sus escritos en infinitos catálogos. Tal era el caso, por ejemplo, de Dostoievski. El estilo realista para sus opositores era paupérrimo en cuanto a originalidad, y abundaba en elementos irrelevantes. El lenguaje utilizado era estereotipado, toda intervención de la libertad estaba estrechamente condicionada, y esto imponía la visión de un mundo invariable, endurecido, fosilizado, con tan poca vida como los conceptos que querrían explicarlo. El surrealismo se liberó de estas limitaciones y dejó vía libre a la imaginación y al subconsciente, resultando en obras percibidas de otra manera y con otros métodos que los usados habitualmente.
La definición que estableció Breton de la corriente en su primer manifiesto fue la siguiente:
SURREALISMO: sustantivo, masculino. Automatismo psíquico puro por cuyo medio se intenta expresar, verbalmente, por escrito, o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral.
Desde estas perspectivas ya podemos observar algunas de las características principales del surrealismo. En principio, como ya mencionamos, el sueño y el inconsciente
eran para los seguidores de esta vanguardia el único medio de creación. A estos dos se agregaban otros medios para componer, también característicos del subconsciente, como las alucinaciones, la locura y las ideas sobre lo maravilloso. A través de una escritura en forma de monólogo, de manera rápida, automática, redactaban todo pensamiento que anidara en su espíritu, por más incoherente que se presentase. Lo absurdo era central: si el método usado para volcar el subconsciente al papel era el correcto, estallaba en cada línea. Cuando se lee, las ideas y las formas que se esbozan en el curso de esta lectura son constantemente destruidas y negadas por un desvío hacia lo ilógico.
La corriente encuentra en sí un paraíso artificial para los autores, una fuente de creación infinita, una especie, podría incluso decirse, de vicio nuevo, embotador de los sentidos y creador de imágenes. Estas imágenes no eran evocadas: se le ofrecían al hombre espontáneas e imperiosas: la voluntad perdía su fuerza. La mayoría de las obras surrealistas se presentan como un despliegue casi ininterrumpido de imágenes que ofrecen el carácter común de desafiar al buen sentido. Louis Aragon describía: “El vicio llamado surrealista es el empleo desordenado y pasional del estupefaciente imagen.”. Todo era posible en el terreno de las imágenes; cada vez menos aplicada al objeto, había dejado de iluminar el mundo percibido a través de los sentidos; se volvía cada vez menos razonable y utilizable. La imagen era una creación pura del espíritu, y lo propio del espíritu era aproximar objetos y formas al azar.
El surrealismo se dirigió a revertir la concepción lógica preformada y procedió al uso absoluto de la inspiración y la intuición. Los seguidores de la corriente no se consideraban seres talentosos, sino que el escritor, el poeta, el hombre y el talento mismo eran limitaciones lógicas que impedían el avance de las ideas del subconsciente. Toda la poesía y el arte en su totalidad eran extraídas de la mente, sin mediación de la razón: todo era concebido en imágenes, y en intermitentes sucesiones de frases (llamadas incluso pensamiento hablado). La composición escrita se producía sin corrección, en una primera y última tentativa. La abstracción debía ser completa, y no había necesidad de ser literario, de seguir reglas o permitir actuar a la lógica. Toda utilización de su lenguaje debía carecer de fines prácticos, empleando expresiones desprovistas de todo carácter de evidencia intelectual o sensible, a fin de convertir en ilusorias las referencias que podrían ser buscadas en el mundo de las ideas claras y en el de las realidades conocidas. He aquí lo difícil: crear, o más bien permitir la creación involuntaria, inconsciente y puramente psíquica, impuesta en una percepción teórica interior y poética
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