El Tilín Tilín De La Educación Artística

La necesidad inicial de fortalecer el desarrollo de competencias en estudiantes de Educación básica y secundaría, teniendo como propósito hacer seres capaces de percibir, comprender y apropiarse del mundo, de manera crítica y proyectiva, utilizando diversos conocimientos, medios y habilidades, generó, por lo menos en el papel, la implementación de estrategias pedagógicas, donde la Educación Artística llevada a las aulas, cumple un papel, según pedagogos, artistas y críticos, de enorme trascendencia.

La relación del arte con las aulas no es algo nuevo. En la década de los setenta existían las “clases vocacionales” donde no era obligatorio asistir, no había notas y nadie perdía el año, así no tuviese el talento necesario para las disciplinas que ofertaba el colegio. Terminada la jornada escolar, el teatro, la música, la danza, la pintura, la literatura, convocaban con enorme entusiasmo a buen número de educandos. El objetivo de este encuentro era una muestra en la Semana Cultural del colegio, por lo general, eran entidades pertenecientes a sectores de clase media. Los grupos conformados se preparaban durante varias semanas, en lo teórico y en lo práctico para dicho muestreo donde lucirían sus mejores galas. Muchos de estos trabajos y muestras culturales ocuparon las páginas de la prensa escrita y se anunciaron en las emisoras locales alcanzando proyección en la ciudad y en el departamento, gracias a encuentros artísticos y culturales entre colegios, llamados “Intercolegiados”.

Los resultados eran significativos donde tener calidad en todo lo que se realizara era el gran logro personal y colectivo. La mayoría de estos grupos no contaban con el apoyo económico que requerían por parte de la administración del plantel. Con ingentes esfuerzos y la colaboración de los padres de familia realizaban la producción y el montaje de las obras. En lo que respecta a su proceso formativo y académico, los integrantes de estos colectivos alcanzaban como resultado las mejores calificaciones. Había un factor determinante en la consecución de estos logros, el profesionalismo e idoneidad de quienes dirigían los respectivos colectivos, directores de teatro, de música, de danzas, pintores, personalidades donde el encuentro con la creación y el arte eran la razón misma de su práctica. Por fortuna, bien pagos por hora de clase.

Para sumar a estas experiencias, escuchamos a la docente plástica, Amparo Cebrián Beneyto, quien en su artículo: Educación Artística. Convivir con Arte, dice-“La Educación Artística en el aula de primaria favorece las prácticas compartidas y las experiencias sociabilizadoras en el mismo grupo. Debemos enfocar cada trabajo plástico de nuestros estudiantes hacia una dimensión más amplia que nos arrastre fuera del aula y trascienda, al menos, el entorno escolar. Cada actividad plástica debe ser abordada siempre desde dos vertientes:

1- INDIVIDUAL: Desarrollo conceptual, perceptual y procedimental. Consecución de objetivos propios de la materia y progreso artístico personal.

2- SOCIAL: Propiciando la proyección social de la actividad artística. Actividades artísticas interdisciplinares y exposiciones colectivas. Con la participación de certámenes artísticos de la localidad.

La profesora, Ester Trozzo, en su libro: Didáctica del Teatro I, Una Didáctica para la enseñanza del Teatro en los diez años de escolaridad obligatoria, dice-Durante mi largo y variado trabajo profesional, fui guardando testimonio de padres y alumnos, referidos a sus experiencias educativas. De ese archivo he seleccionado lo que sigue:

“Mi hija tiene 10 años y tuvo por primera vez clases de teatro en la escuela. Luego de un semestre de concurrencia, he notado que ha mejorado su capacidad de comunicación, tanto en la familia como en la escuela. Ahora es capaz de hablar de sus estados de ánimo, de sus afectos y también de sus tristeza cuando la siente. La veo más espontánea, liberada y desinhibida”.

Continúa Ester Trozzo – “Ahora que la Reforma Educativa ha incluido

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