El buen zapatero
Enviado por SD98 • 31 de Enero de 2013 • Informe • 574 Palabras (3 Páginas) • 266 Visitas
El buen zapatero
En una pueblito ubicado en Cuba, vivía un niño que trabajaba en una mina. Todos los días el niño iba a la mina y trabajaba. Encontraba cobre, plata, oro y otras cosas que a los demás trabajadores dejaban caer. A él no le gustaba ir a la mina, era oscura y húmeda, realmente escalofriante; aunque algunas veces se divertía mucho.
Él quería crecer para irse a otro lugar y volverse millonaria. Para que la gente no tuviera que trabajar en las minas terroríficas. Pasaron los días, y él ya estaba creciendo, pero seguía trabajando en las minas.
Siempre era lo mismo, despertar, desayunar, trabajar, cenar y dormir, y así una y otra vez. Así que un día decidió hacer un bote y aventurarse en el peligroso mar, para llegar a otras tierras y cambiar su vida.
Armó una balsa con hojas de palma, algunos pedazos de troncos caídos, cocos, cuerdas y junto su ropa para formar una gran vela. Por fin llegó el día con el clima perfecto para partir al mar.
Viajó y viajó, atravesando grandes olas, desafiando los fuertes vientos del sur y combatiendo día a día con las tormentas. Siempre pescaba para comer en el camino, no sabía a donde llegaría, tampoco sabía cuándo.
El cielo de despejó, el mar por fin estaba tranquilo, aunque el sol llegó a dar todo su esplendor y eso le parecía
molesto. Empezó a ver gaviotas y un muelle, empezó a ver tierra.
Una gran ciudad aparecía frente a sus ojos, para 1802 eso era impresionante. Él empezó a trabajar en una fábrica de ropa. Era mal pagado pero le servía para comer.
Su vida no cambió mucho, seguía trabajando mucho, pero al menos era más divertido, y no tenía que ir a un lugar horrendo.
Le gustaba la parte de ensamblar la suela en el zapato. También le gustaba estar en la estación de limpieza porque así podía ver toda la fábrica.
Un día decidió hacer su propia zapatería. Empezó con un sencillo puesto, con pocas herramientas y pocos clientes. Sólo hacia trabajos sencillos y a bajos precios.
No se rindió, siguió y siguió trabajando por dos años, hasta que por fin ya tenía un local estable y con clientes recurrentes. Los trabajos eran más elaborados y tenía toda clase de precios.
Ya era famoso en la ciudad, por su gran trabajo y dedicación. Cada vez su empresa crecía más, y contrataba más trabajadores. Mucho tiempo de su vida lo dedicó a los zapatos. Había creado estilos únicos, aunque nadie sabía como se llamaba, solo usaba el seudónimo de "El Zapatero".
Hacía zapatos para correr, para fiestas, para estar en la casa, para ir a reuniones casuales, para ir a reuniones formales, hacía zapatos para todo tipo de eventos.
Un
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