El color en los espacios arquitectonicos interiores
Enviado por Ruben Eduardo Dominguez Morales • 28 de Febrero de 2016 • Ensayo • 1.744 Palabras (7 Páginas) • 430 Visitas
El color en los espacios arquitectónicos interiores
Rubén Eduardo Domínguez Morales
El color es un elemento indispensable en la decoración que dota de carácter a una obra arquitectónica, de manera que todo creador de espacios, adquiere la responsabilidad de definir su correcto uso, pues con frecuencia se observan casos en donde las edificaciones, debido a la inadecuada aplicación de diferentes tipos de combinaciones, pierden el estilo arquitectónico con el que fueron proyectadas, de ahí nace la importancia de aprovechar el color que, hoy en día transforma por completo la arquitectura contemporánea.
Conforme avanzaron los años, los métodos del diseño arquitectónico en relación directa con el color evolucionaron, es así como el siglo XXI incorporó el método basado en el estudio de fenomenologías, es decir, un color ahora es capaz de transmitir velocidad, dualidad, fluidez, transparencia y pesadez a una edificación, a diferencia del Movimiento Moderno de principios del siglo XX que repudió lo colorido de la arquitectura neocolonial.
Después de las transformaciones logradas por la Revolución Industrial iniciada a finales del siglo XVIII, el color aún perduraba como un elemento decorativo, donde la gama de colores en conjunto con los acabados ya determinaban características típicas de la arquitectura neocolonial de finales del siglo XIX, hasta que la transición donde la mano de obra quedaría sustituida por maquinaria industrializada y mecanizada irrumpió en el campo arquitectónico, siendo en el Movimiento Moderno del siglo XX el primer afectado.
De inmediato, dentro la modernidad de principios del siglo XX, surgió el color blanco como el único y principal color, perdiendo su misión decorativa y minimizando su importancia, pues en ese entonces, las construcciones realzaron por las formas simples, su funcionalismo y la ausencia de ornamento, pasando así a un segundo plano, con la única tarea de unificar y tranquilizar un mundo donde la vivienda se convirtió en una máquina de habitar.
El movimiento moderno se inclinó por el uso de materiales industriales, como el concreto armado, el acero y el vidrio, de esta manera se aniquilaron todas las sensaciones transmitidas por los colores en la arquitectura. Desde entonces, con el tiempo se produjo un cambio que nuevamente rompió con la función dada a los colores, al grado que el color regresó a sus inicios, donde la identidad dotada por cada color está presente en toda obra arquitectónica.
La nueva transición se dió de una arquitectura totalmente blanca, a una arquitectura con colores fuertes y vibrantes. Serra (2012) dice que en décadas recientes el reintroducir el color en el diseño arquitectónico fue útil para nuevamente expresar versatilidad, ya que gracias al color, las nuevas construcciones, logran transformarse, fragmentarse y adquirir movimiento.
En cuanto a los colores, podemos apreciarlos dentro de un nuevo estilo arquitectónico llamado Colonial Contemporáneo, caracterizado por el uso de colores del neocolonial aplicado a viviendas de estilo contemporáneo, donde los resultados hacen recordar las famosas casas coloridas del arquitecto mexicano Luis Barragán, pero teniendo la nueva misión de mejorar y superar lo visto en aquella época.
Así pues, creando diversas atmósferas es como se logra percibir un color en la actualidad, pues en un mismo espacio podemos jugar y seleccionar los colores apropiados aunados a la tendencia arquitectónica correcta y así, dar solución al interior o exterior de una vivienda, siendo el interior donde se puede sugerir con mayor facilidad la combinación de colores para lograr una decoración clásica o de vanguardia.
En lo que concierne a la decoración en el hogar, se engloban múltiples aspectos, entre ellos, uno de vital importancia es la elección de un color, que depende de realizar un estudio de áreas de la vivienda, así identificaremos el color apto para cada espacio, dependiendo de la iluminación, ya sea natural o artificial, los tipos de materiales y acabados utilizados, incluso la disposición y el tipo de muebles.
Prueba de esto es, cuando se está remodelando una habitación, pues ahí solemos enfrentarnos al problema de como incorporar elementos ya existentes y de cómo armonizar las partes para conseguir un todo satisfactorio y agradable, hasta cierto punto decorar una habitación es como colorear el boceto de un dibujo en una hoja en blanco.
El aspecto psicológico no debe olvidarse, pues se ha comprobado de forma científica que la repetición significativa de un color en un espacio produce cambios de ánimo en las personas, por ejemplo:
El rojo propicia energía, vitalidad, autonomía, sexualidad, ventas, hiperactividad e insomnio. El naranja lo sensual, sensorial, el apetito. El amarillo estímulo intelectual, buenas relaciones, lo racional. El verde lo natural, armonía, tranquilidad, frescura. El azul la concentración, estudio, entorno personal, creatividad. El índigo el misterio, intuición, observación, meditación. El violeta la creatividad, armonía, lujo, equilibrio. El rosa la ternura, delicadeza, virtud, aventura, aislamiento. Los metálicos, la ambición, logros, éxitos, reconocimiento.
Carmona (2013)
Por lo que refiere a cómo aplicar un color, se requieren técnicas de representación, esto no es tarea de un simple pintor, más bien de artistas, capaces de representar diversas tonalidades que puedan transmitir volumen, profundidad y proporción armónica, es por eso que elegir un elemento decorativo que se desea convertir en centro de atención requiere organizar en torno a él un esquema cromático adecuado, teniendo en cuenta las diversas tonalidades y combinaciones que imprimirán al hogar el clima de modernidad o frescura buscado.
El círculo cromático consiste en un diagrama con las relaciones entre las familias de colores, lo que es de utilidad para sacar el mayor provecho de éstos. Esos colores parten de los tres colores primarios: el rojo, el azul y el amarillo. Todos los demás pueden obtenerse a partir de la combinación de esos tres, más el blanco o negro.
De la mezcla a partes iguales de dos de los colores primarios se obtienen tres colores secundarios: el azul y el amarillo producen verde, el amarillo y el rojo producen naranja, del rojo y azul se obtiene purpura.
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