El desempleo y la inflación, dos males que aquejan a la sociedad

Desde el inicio de los tiempos, el hombre ha tratado de consolidar costumbres que le ayuden a suplir sus necesidades y mejorar su calidad de vida. Lo anterior lo ha hecho a través del trabajo, el cual  permite obtener ciertos beneficios como la compra de bienes y/o servicios. Hace tiempo atrás, el trabajo se evidenciaba cuando el hombre debía recolectar, cazar o pescar todo aquello que necesitaba, pero en esta situación el hombre trabajaba solo para alimentarse. A medida que la sociedad fue avanzando, el término de trabajo también lo hizo. Junto con dicha evolución se hizo una diferenciación entre las palabras trabajo y empleo. El trabajo hace referencia a un esfuerzo físico,  el cual ayuda a generar riqueza, mientras que el empleo se refiere a la tasa de población que realiza un trabajo remunerado. Del último concepto, se deriva el término desempleo que es el porcentaje de la población activa que no cuenta con un trabajo remunerado. El desempleo es una dura realidad que ataca a la mayoría de los países y que genera un impacto no solo económico sino también social.

Por otra parte, la inflación es un aumento desmesurado en los precios de bienes y servicios. Lo que ayer tenía un precio menor, mañana tiene un precio mucho más elevado. Este fenómeno afecta considerablemente la capacidad adquisitiva de la población porque el dinero no será suficiente para suplir todas sus necesidades y la calidad de vida de las personas disminuye. La inflación puede ser originada por varios factores, entre estos se encuentran: el aumento de la demanda, aumento en mano de obra o materia prima.  

El desempleo y la inflación son dos indicadores muy importantes en las ciencias de la economía que permiten cuantificar el desarrollo de un país. ¿Presentan alguna relación estos indicadores? Se dice que si hay relación y se ve explicada a través de la curva de Phillips, la cual presenta una relación inversa, aunque muchos creerían que la relación que presentan es directamente proporcional. A medida que la inflación crece, el desempleo disminuye y viceversa. Esta relación está asociada por los salarios de las fábricas a los trabajadores. ^[1]“Mientras menor sea la tasa de desempleo, habrá menos trabajadores buscando trabajo. Entonces, para lograr conseguir trabajadores, los empleadores deberán aumentar los salarios. Este aumento de salarios se traslada a un incremento de costos de producción y a una mayor demanda agregada, porque los trabajadores ganan más dinero.

La inflación y el desempleo, son fenómenos que ningún país quisiera tener, pero que casi todos tienen. En Latinoamérica, según La Organización Internacional del Trabajo, el desempleo va en incremento. Año tras año, se evidencia en los gráficos como este problema acoge a la mayoría de países en Latinoamérica.  

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En lo gráfica se observa que a partir del año 2014, se presentó un incremento en el número de personas desocupadas en Latinoamérica. El panorama es desesperanzador para la región y se estima que el desempleo en el año 2017 aumente 0,3 respecto al año 2016. “El panorama laboral de la región empeoró en el 2016: hay un aumento abrupto de la desocupación, está creciendo la informalidad y bajó la calidad del empleo” José Manuel Salazar, director Regional de la OIT para América Latina y el Caribe. Lo anterior es preocupante porque la informalidad es un mal que afecta la economía de los países debido a que los gobiernos deben aumentar la base impositiva y generar subsidios para compensar las contribuciones evadidas por los empleadores a la salud. Otro factor es que los gobiernos no pueden recaudar impuestos de la economía informal, por lo que se ven obligadas a cobrar muchos más impuestos a la economía formal.  

En el mundo, el desempleo es un problema de género, debido a que la tasa de desempleo de la población femenina es mayor que la de la población masculina. Así lo demostraron los datos arrojados por el informe Tendencias Mundiales del Empleo de las Mujeres 2012 el cual se encarga de estudiar y analizar las desigualdades de género en el área de desempleo. El informe reveló que en 2012, la diferencia entre las tasas era de 0,7. Según el Banco Mundial la tasa de desempleo de varones dada en % de la población activa masculina en 2016, nos dice que es de 5,464, mientras que la tasa de desempleo de mujeres dada en % de la población activa femenina en 2016 es de 6,179.

Desempleo, hombres(% población activa masculina)                   Desempleo, mujeres (% población activa femenina) [pic 3][pic 4]

Fuente: Banco Mundial                                                                                   Fuente: Banco Mundial

En base a las cifras anteriores, se afirma que el desempleo es una cuestión de género. La desigualdad de género afecta a la sociedad porque las mujeres se vuelven vulnerables y podrían seguir siendo consideradas como del “sexo débil”, se incrementa el machismo y el hombre puede creerse capaz de maltratar desde física hasta psicológicamente por el hecho de tener un fuente de empleo y aportar recursos monetarios para en funcionamiento del hogar. Entonces la mujer se ve discriminada doblemente, no solo por su género sino también por el nulo poder adquisitivo.

Por otra parte, en un país como Colombia, la delincuencia común es el pan de cada día. Y esta es una de las grandes consecuencias que ocasiona el desempleo porque al no haber trabajos remunerados, las personas recurren a realizar robos, estafas, secuestros. Lo anterior, como una búsqueda para conseguir dinero y suplir las necesidades que se presentan. Según el último censo delictivo de la Fiscalía, en el año 2016 se presentaron 314.511 casos de hurto. En muchas ocasiones en el afán de conseguir dinero a como dé lugar, se viola el derecho a la vida pues por un hurto son capaces de asesinar a las personas. El fenómeno de la delincuencia no solo lo presencian los estratos bajos sino también los altos, todos son víctimas sin distinción de clase. Es un problema que afecta la seguridad y bienestar de las personas, que muchas veces imposibilita el pleno desarrollo.

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