El esclavo. Es indudable que todos somos diferentes

Es indudable que todos somos diferentes. Somos individuos con diferente personalidad, forma de pensar, de razonar, con ideas y sentimientos propios, pero a pesar de todo estamos aquí con un mismo fin y ese es cambiar al mundo con las decisiones y actos que hagamos a lo largo de nuestras vidas pero, ¿en realidad estamos haciendo ese cambio o, el mundo nos está cambiando a nosotros?

De este libro lo que puedo entender es que cuando nacemos, lo hacemos siendo un libro en blanco, pero ese libro no lo empezamos a redactar nosotros, no son nuestras decisiones ni pensamientos los que están plasmados ahí, sino los de nuestros padres o cualquier persona que se haya hecho cargo de nosotros desde nuestro nacimiento; como menciona el libro “el ser humano nace totalmente libre pero totalmente dependiente”. Ellos son los que desde un principio nos enseñan a comportarnos, a ver lo que está bien y lo que está mal, empiezan a crear nuestra identidad porque nosotros no estamos en una edad lo suficientemente madura para tomar ese tipo de decisiones pero conforme vamos creciendo esto debe de parar, ya que nos están criando a su semejanza y no nos dejan buscar nuestra propia identidad. En un futuro llegaremos a ser un reflejo de ellos porque todo es como un ciclo, si mi mamá me pegaba porque no quería hacer mis deberes, lo más probable es que yo en un futuro repita las mismas acciones que implemento ella conmigo pero ahora con mis propios hijos, y ellos con sus hijos, y así podría seguir por muchas generaciones mas pero, ¿Qué no deberíamos de ser capaces de romper con estos ciclos? Pues este libro me enseñó que sí.

Desde pequeños se podría decir que somos como unos títeres que estamos amarrados por hilos en pies y manos, y nuestros padres son los que manejan esos hilos y hasta cierto punto para mí eso es comprensible por la edad en la que nos encontramos, pero entrando a la adolescencia nosotros ya somos capaces de decidir qué es lo que está bien y lo que está mal, que es lo que nos gusta o desagrada, que es lo que queremos expresar y la forma de hacerlo, ya somos capaces de hacernos responsables de nosotros mismo y de nuestra libertad, pero me estoy refiriendo en el sentido de la personalidad propia de cada individuo, lo que nos hace ser un YO y nos diferencia del resto de los demás.

Si yo como persona logro aceptar las responsabilidades de mi vida, voy a darme cuenta que soy yo la que crea mi destino, y sé que cada decisión que tomo afectará a mi futuro. Tengo que tomar responsabilidades de mis actos y comprender que no todo lo que hago está bien y que tiene sus consecuencias pero que tampoco tengo que culparme y quedarme estancada o preocupada por lo que hice, si no que tengo que entender que nos somos perfectos y que todos cometemos errores y que de esos errores tengo que sacar algo positivo porque de los errores se aprende, y si puedo hacer algo para remediarlo lo hago; si no, seguir adelante porque lo que ya pasó no se puede cambiar.

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