El final de la historia, Sada de la dinastía in Vitro
Enviado por Mikee.rmz.axtel • 26 de Noviembre de 2013 • Trabajo • 897 Palabras (4 Páginas) • 363 Visitas
Han pasado más de 16 años desde que documentos de la agencia antidrogas estadunidense (DEA, por su sigla en inglés) revelaran que en el corazón de la red de complicidades de Raúl Salinas de Gortari aparecía el nombre del presidente del grupo regiomontano Vitro, Adrián Sada González.
Heredero de la más añeja estirpe de empresarios regiomontanos, representante de la segunda generación del Grupo Monterrey, Sada González comenzó a escribir en ese momento la historia de la estrepitosa caída de la dinastía que fundó Vitro hace 100 años.
Fue en 1996 cuando se reveló que, a cambio de favores financieros al hermano del entonces presidente de México –Carlos Salinas de Gortari–, la familia Sada se benefició de la privatización de los activos del banco Serfin (Miguel Badillo, El Financiero, 1996). Éste fue otro de los grandes errores cometidos por Adrián Sada González y en el que incurrió instigado por los hermanos Salinas y su proyecto de dejar la Banca privatizada en manos de empresarios cercanos al Partido Revolucionario Institucional.
Al confirmarse en declaraciones ministeriales y en las indagatorias de la Procuraduría General de la República la complicidad de Sada con Raúl Salinas de Gortari, los títulos del banco Serfin en el mercado de valores simplemente se desplomaron.
El 9 de julio de 1996 las acciones de Vitro y de Serfin registraron caídas de 3.8 y 7.5 por ciento iniciando en esa fecha una espiral de retrocesos que marcarían una época de grandes pérdidas, no sólo económicas sino de la reputación de una de las empresas considerada ejemplo de la internacionalización de los activos mexicanos.
En 2012, después de perder Serfin y verse obligado a dejar la presidencia del Grupo a su hermano menor Federico, Adrián Sada pactó la entrega del control de Grupo Vitro a Alfredo Harp y Roberto Hernández, beneficiaros y sobrevivientes de la privatización bancaria conducida por Carlos Salinas de Gortari.
Harp y Hernández son prácticamente los socios mayoritarios de Vitro, según registros sobre el control accionario de dicho Grupo ante la Bolsa Mexicana de Valores y la Comisión de Valores de Estados Unidos.
Alfredo Harp, representando los intereses de ambos empresarios, ostenta ya más del 9 por ciento del capital de Vitro, mientras que la participación de Sada no supera el 7 por ciento.
Harp, además, está autorizado por los accionistas de Vitro para adquirir hasta el 15 por ciento del capital del grupo industrial. El acuerdo entre Harp, Hernández y los Sada no fue miel sobre hojuelas: se trató de una compra hostil de títulos vía el mercado de capitales y, por supuesto, de una serie de estrategias judiciales en los tribunales. El convenio se presentó a la par de la embestida de acreedores que exigían a Vitro el pago
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