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El hombre que calculaba.


Enviado por   •  2 de Marzo de 2016  •  Ensayo  •  695 Palabras (3 Páginas)  •  161 Visitas

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NOMBRE: Sebastián Martínez Pérez

CODIGO: 40091105

MATERIA: Algebra

SEMESTRE: Primero

BEREMIZ SAMIR, UN CALCULISTA DEMASIADO HUMILDE.

Beremiz Samir era un hombre oriundo de Irán  que vivió  entre el 1200 y el 1300[1], se caracterizaba principalmente por sus grandes dotes  con las matemáticas, tanto así que  fue reconocido como el hombre que calculaba,  también se le distinguía por ser una persona alegre y muy servicial, aunque   debido a sus creencias religiosas,  era excesivamente humilde.

Para empezar, la humildad está definida como “una cualidad o característica humana que es atribuida a toda persona que se considere un ser pequeño e insignificante frente a lo trascendente de su existencia o a Dios según si se habla en términos teológicos. Una persona humilde generalmente ha de ser modesta y vivir sin mayores pretensiones: alguien que no piensa que él o ella es mejor o más importante que otros.”[2], en muchos casos esta condición humana  es vista positivamente, pero llevada a los extremos  podría parecer una humillación, humillación en la cual el buen Beremiz Samir podía verse a veces.

Gracias a sus talentos con la ciencia de los números, el calculador  obtuvo gran reconocimiento, pero fue “a partir del célebre día que Beremiz y su amigo de Bagdad estuvieron por primera vez en el diván del califa, que  sus vidas sufrieron profundas modificaciones. La fama de Beremiz consiguió un realce excepcional.”[3],y un así el calculista seguía siendo  un hombre modesto y sencillo, y mostraba gran desinterés por las pertenencias materiales y las riquezas que sus notables habilidades podrían traerle, tanta era su dejadez  que “ rehusaba sistemáticamente el dinero que le ofrecían   por sus valiosos servicios, y cuando un rico jeque a quien  enseñaba insistía en pagarle una consulta, Beremiz recibía la bolsa llena de dinero, agradecía la limosna y la mandaba a distribuir entre los pobres del barrio”[4]. Las justificaciones de  Beremiz  a su tan alta modestia eran que no  había cantidad suficiente de dinares de oro  que se compararan al estar bien con ala[5]  y con quienes nos aprecian.

La humildad de  Beremiz, no solo era sobre lo material, sino también con respecto  a los títulos dignos de orgullo  que se le puedan ser atribuidos a un ser humanos, este desdén hasta por los títulos por parte del calculador  se demostró cuando después de haber resuelto un intrincado problema  acerca de una venta de manzanas, el cual había sido  imposible de resolver hasta por los mas excelsos algebristas desde hace siglos, se le fue otorgado el titulo de derviche[6], pero él lo refuto argumentando: “me veo forzado a confesar que no merezco el honroso titulo  de derviche. Ya que está loco aquel  que se considera sabio cuando mide la extensión de su  ignorancia”[7]. Aquí ya se demuestra  hasta los puntos de humillación  que la enorme humildad puede traernos.

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