El país que tenemos ¿Es el país que queremos?

La Trinidad, 27/10/2015

Contenido: Ensayo. Química 5to año

César Malavé

El país que tenemos ¿Es el país que queremos?

Si fueras y le preguntaras a cada persona del planeta ¿Qué es lo que más deseas en este mundo? La mayoría, por no decir todos, te responderían: ser feliz. Y es que es así, más allá del dinero, la fama, la religiosidad, las relaciones y de los placeres más sutiles existe una obsesión nata y biológica de ser felices, de experimentar esas sensaciones positivas que nos llenan y que las buscamos sin importar que, cada quien encuentra o busca la felicidad donde más le parezca, ya sea un objeto, una persona o incluso en una sustancia. ¿La felicidad? La felicidad no es más que estar en paz con uno mismo y con los demás, es lo contrario al miedo, es la seguridad, es un sentimiento completamente distinto al de la incertidumbre, de eso se trata la felicidad. Y, si,  está claro que la felicidad de uno depende de nosotros mismos, pero resulta imposible negar que tu situación, el contexto y tu realidad no puedan influir en ella. Por eso cada persona trabaja día tras día para auto superarse en algún aspecto, para refinar, para ser mejor, para encontrar la comodidad que queremos, para acoger a nuestra felicidad y para cambiar su realidad a como le gustaría que fuera, pero ¿te lo has preguntado?  Si cada persona pone de su parte para ser más feliz y hace lo imposible para lograrlo, ¿Por qué cuando lo vemos en un plano extendido, nosotros, como país, parece o da la sensación de cada día estar peor?  ¿Qué es lo que lleva a personas a salir de Venezuela? A buscar la felicidad y la paz en otras tierras… ¿Qué es lo que está impidiendo que hagamos de Venezuela el país que queremos todos? El país donde encontremos paz y certidumbre ¿Qué?  Preguntémonos si Venezuela es realmente donde queremos vivir, donde está aquello que nos llena realmente.

Muchos argumentarán que el problema de Venezuela es el gobierno, que es la situación económica, otro bando te dirá que el sabotaje e intervencionismo extranjero, pero, en mi opinión, no es así, todo lo que es grande está necesariamente compuesto de cosas pequeñas, así funciona todo, entonces si el problema es Venezuela de alguna manera u otra cada individuo tiene algo, en mayor o menor medida de culpa, y más allá de culpar a cada persona en particular creo que lo importante sería señalar el verdadero culpable: el seno familiar, y, para ser aún más específicos y exponer el problema real de una buena vez: La educación.

La educación puede construir imperios enteros y puede derribar los mismos, y no es una sorpresa, ya que cuando hablamos de educación uno se refiere a la formación intelectual de un individuo, que, a fin de cuentas, esto no te hace mejor o peor persona, pero te hace más persona…

Si la educación falla, automáticamente se abre espacio a quizás una de las cosas más terribles del mundo, la ignorancia, y cuando uno ignora uno se vuelve imprudente, manipulable y conformista, si la educación falla las personas que si fueron educadas adquieren mayor ventaja, si la educación falla, tu familia, tu comunidad, tu cuidad y tu país no solo se estacan, si no que retroceden cada día, y, no hay que darle muchas vueltas, ese es el principal problema de Venezuela, la falta de educación es la madre de muchos de los problemas nacionales, como por ejemplo la inseguridad y polarización social.

En Venezuela, la mayoría de los niños transcurren su niñez sin nunca haber estudiado, algunos si tienen acceso a la educación pero esta termina siendo una educación indigna e ineficiente, son muy pocos los que han sido privilegiados y que desde pequeños cuentan con una educación completa.

La educación básica, la educación media, la educación primaria y segundaria e incluso la formación profesional son puntos bases de cualquier sociedad, de cualquier individuo y esto es por simple hecho de que la educación es la armadura y el escudo con que sales al mundo, con el que sales a convertirte en mejor persona, sin esto uno simplemente se siente desprotegido, vulnerable y opacado, por eso es tan común darse cuenta que los delincuentes y marginales del hoy son personas con poca fortuna que no fueron educadas durante su infancia, entonces el día de mañana, los delincuentes, serán, lastimosamente, quienes no son educados al sol de hoy. Actualmente se calculan en Venezuela cuatro millones de niños privados de educación, ¿cuatro millones de potenciales delincuentes?  ¿Cuatro millones de posibles indigentes? Es rudo, claro, pero es que nuestro país, Venezuela, no les garantiza y no les da las armas con que luchar dignamente, mientras se despilfarran toneladas de dinero en otros proyectos o si simplemente se queda en manos de algunos cuantos, se está dejando de invertir en lo más importante.

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