El papel del regente en farmacia

EL ROL DEL REGENTE EN FARMACIA

El regente de farmacia debe ser una persona que ayuda a generar cambios en la cultura, especialmente en lo que concierne a la relación que establece la población con los medicamentos. Por lo tanto no puede quedarse en un dispensador o “vendedor” de medicamentos como un funcionario de un puesto de negocios. El regente en farmacia debe saber que su verdadera misión está en posibilitar mejores condiciones para generar actitudes favorables a una salud basada en el conocimiento y la responsabilidad. Esto implica un componente ético como fundamento.

Por lo tanto el regente de farmacia debe tener claro que su papel está en proporcionar espacios educativos y de capacitación al usuario o paciente sobre el uso, los cuidados, las contraindicaciones, las restricciones frente a los medicamentos. Esto hace que las personas tengan más precauciones y puedan dar un uso adecuado a los medicamentos que requieran.

Esto también implica la capacitación y actualización constante del regente en farmacia. En consecuencia su papel será más eficiente y por ende podrá orientar oportuna y adecuadamente a las personas que acuden a él. Además la comunidad necesita de una permanente orientación sobre el uso adecuado de los medicamentos. Pues hay que entender que la salud es cuestión de educación, por ello hay que trabajar juntos en pro de consolidar una cultura saludable.

Como se dijo arriba, el regente en farmacia no puede ser un simple dispensador, debe ser un agente de educación. Debe proponer nuevos métodos, mecanismos para el control, el mejoramiento del servicio. Debe asumir que su conocimiento le ayudará a brindar un servicio de calidad y también influirá en que las personas no acudan siempre a la automedicación. Su labor no debe confundirse como un médico al cual consultan detrás de una vitrina y quien tiene la solución en las manos. Es un orientador sobre la mejor manera actuar en la utilización de los medicamentos.

Estos retos, a los cuales debe responder un regente en farmacia, requieren conocimiento por parte del regente, una actitud responsable, disposición para desempeñar una labor de ser promotor de actitudes saludables en la población en cuanto al uso de los medicamentos. También se requiere que el regente cumpla con los estándares, los protocolos y demás disposiciones que exige la normatividad. Es necesario además que el regente no sea una isla dentro del sistema de salud, debe trabajar articulado con los demás agentes de salud de tal manera que puedan juntos brindar un buen servicio y sobretodo lograr cambios significativos en las costumbres y actitudes de la población frente a la salud que en últimas es responsabilidad de todos y todas.

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