“El sistema laboral en México”

 “El sistema laboral en México”

El argumento principal del autor, una vez recorrida toda la historia del sistema laboral, se centra en el sistema corporativo mexicano que desde su perspectiva ha prevalecido y prevalece ejerciendo a favor del Estado intereses personales y de las empresas y no, como debiera, para el estudio y defensa así como para el mejoramiento de las condiciones de trabajo de los trabajadores.

Coincido: el corporativismo mexicano aseguró por mucho tiempo “el orden” para la clase política a través el acatamiento necesario de empresarios y trabajadores, el control de la clase trabajadora para subordinarse a cualquier proyecto de desarrollo económico a través del contrato colectivo y los pactos y reglamentos impuestos a organizaciones (sobre todo obreras y campesinas) pero ante todo a nivel ideológico y normativo ya que la clase trabajadora sigue sintiéndose desprotegida ante lo que se le imponga y, a pesar de cualquier reforma laboral que hubo y pueda haber, no tiene la seguridad de contar con un trabajo digno en condiciones y salario y al término de la relación laboral de tenga un trato justo en la compensación recibida y el trato durante el proceso.

Respecto a las iniciativas de reforma de 2002 a 2006 no procedieron como afirma de Buen y aunque las posteriores realizadas por partidos políticos en 2010 (PRD-UNT), 2011 (PRI) tampoco la Reforma Laboral del Ejecutivo en 2012 si fue aprobada.

Ahora bien, la reforma laboral contrario a lo que es necesaria precisamente como consecuencia de la globalización y de la necesidad de los trabajadores de contar con derechos justos y que estos sean cumplidos y para que las empresas eviten contingencias laborales futuras que afecten su buen nombre e imagen.

Un punto clave está en la necesidad de una reforma ad hoc a las nuevas condiciones de empleo en un mundo en donde sólo la mitad de la población tiene empleo asalariado y remunerado, una cuarta parte de ellos tiene una relación de empleo estable de estos ya que el 60% que carece de algún tipo de  contrato de trabajo que avale sus derechos y delimite sus obligaciones.

Si bien es cierto que en un primer momento la creación de sociedades jurídicamente independientes ayudo a ahorros de reparto de utilidades y de relación indirecta con los trabajadores con la consecuente desvinculación de compromisos laborales para con ellos, las nuevas condiciones de trabajo como teletrabajo, trabajo a tiempo parcial y otras formas atípicas de empleo así como la desigualdad salarial entre trabajadores permanentes contra no permanentes (contratos por tiempo determinado), bajo otro régimen laboral (asimilados, honorarios, etc.) y terciarizados o por outsourcing la falta de regulaciones y normas pone en peligro no sólo al trabajador cuyos derechos son disminuidos por ejemplo porque no hay quien audite que la empresa que lo contrata hace valer sus derechos y obligaciones como patrón (capacitación, acceso a la seguridad social, salario remunerado, etc.) sino al mismo empresario que generalmente cuida más aspectos fiscales que laborales.

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