El texto

En la siguiente exposición se abordara el estudio de la palabra texto  haciendo un análisis en diferentes aspectos lingüísticos a medida que aumenta el nivel de complejidad. En principio para aclarar el concepto se buscara una definición para después ahondar en su estructura.

En 1982 Bernárdez define al texto como la unidad lingüística fundamental, producto de la actividad verbal humana que se caracteriza por su cierre semántico, comunicativo y por su coherencia formada a partir de la intensión comunicativa del hablante de crear un texto íntegro, y también, a partir de su estructuración.  

En el texto coinciden la función comunicativa y conceptual del lenguaje. Y presenta una organización gramatical: fonemas, morfemas, palabras, frases, oraciones, texto que constituye su tejido. A la vez cumple propósitos comunicativos en un contexto determinado.

En el análisis de la estructura del texto, se plantean dos criterios. Por un lado en el año 1997 Baugrande y Dressler proponen una serie de rasgos o requisitos  que un texto debe cumplir llamados normas de textualidad (cohesión, coherencia, intencionalidad y aceptabilidad, informatividad, situacionalidad e intertextualidad). Por otro lado en el mismo año Cassany establece otro criterio, el habla de tres propiedades textuales (reglas que debe cumplir cualquier manifestación verbal para ser considerada un texto) adecuación, coherencia y cohesión.

En la clasificación de textos existe una gran variedad de modelos tipológicos propuestos entre los que se destacan dos en particular, debido a que delimitan las fronteras entre género y tipo además de ser los más operativos y didácticos.

El modelo propuesto por Werlich en 1975, se basa en las estructuras cognitivas. A partir de la combinación de la dimensión cognitiva (modo de abordar la realidad) con la dimensión lingüística modo de representar la realidad) reconoce la existencia de cinco tipos textuales,  descripción,  narración, exposición, argumentación e instrucción. Además Werlich fue el primero en señalar que las bases textuales se organizan en secuencias, puesto que no son homogéneas. Esta idea la recoge y la elabora Adam en su propuesta de clasificación de secuencias textuales prototípicas.

Adam profundizo en el carácter heterogéneo de la mayoría de los textos. El concibe al texto como un conjunto de secuencias de varios tipos que se articulan entre si y se van alternando. Mediante su clasificación propone cinco secuencias prototípicas , secuencia descriptiva, secuencia narrativa, secuencia expositiva, secuencia argumentativa  y secuencia dialogal.

Al analizar otro aspecto, el  texto necesita de elementos auxiliares para su comprensión. Este conjunto de elementos recibe el nombre de paratexto, sin ellos el texto no sería texto sino una masa indiscriminada de palabras casi imposible de entender. El paratexto está compuesto por datos algunos de los cuales son: títulos, la distancia, tipo de letra, subrayado, disposición en párrafos, interlineado, sangría, márgenes, notas o anotaciones, referencias bibliográficas. Los  elementos que componen el para texto dependen del carácter espacial y autónomo de la escritura (bibliografia, dedicatoria, epígrafe, glosario, etc.). La función que cumplen estos es de reforzar el texto ante la ausencia de un contexto.  Los elementos para textuales se dividen en icónicos (comprenden la gráfica por medio de figura e ilustraciones) y verbales.

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