El triunfo de un sueño
Enviado por mariorym • 15 de Junio de 2015 • Tesis • 3.927 Palabras (16 Páginas) • 201 Visitas
• Christopher Lee
• taquilla
• Jurassic World
• Terminator: Génesis
• Mad Max: Furia en la carretera
El triunfo de un sueño
‘El triunfo de un sueño’ (‘August Rush’) nos habla de Evan, que vive en un orfanato y se niega a ser entregado en adopción porque confía en que sus padres se comunican con él a través de la música. Para buscarlos, escapa hacia Nueva York, donde se involucra con un grupo de jóvenes músicos callejeros, bajo la tutela de Brujo, su peligroso y misterioso benefactor, que le pone el nombre de August Rush. El nuevo prodigio musical de 12 años aprende a tocar sólo con ver a los demás hacerlo y Brujo planea aprovecharse de este talento. Pero su madre, una joven y sobreprotegida chelista, Lyla, descubre que su hijo no había muerto en una accidente, como ella creía, y decide buscarlo. El padre, un cantante de pop irlandés, Louis, abandona a su prometida para encontrarlos a ambos.
Con este argumento creo que comprenderéis, sin haber viso la película, la conclusión que extraje al verla: o se realiza de forma mágica y especial o puede ser inaguantablemente ñoño. Está muy claro: los ingredientes para hacer una fábula onírica están ahí, pero muy pocas personas serían capaces de conferirle a la película el tono de cuento que nos permitiese entrar en ella como en un relato de hadas y dejarnos llevar por la fantasía. Esas personas quizá serían Tim Burton o Jean-Pierre Jeunet y a lo mejor se os ocurre alguno más. Sin embargo y por desgracia, Kirsten Sheridan no se cuenta entre ellas.
Para empezar por lo bueno, hay que admitir que ‘El triunfo de un sueño’ (‘August Rush’) tiene un montaje muy convincente y gracias a esta labor se encuentran los mejores momentos del film: aquellos en los que el protagonista escucha los sonidos de la ciudad de Nueva York y se imagina que oye música. Eso sí, a cualquiera que viva en una gran urbe se le hará difícil creer que el ruido del tráfico y los gritos de la gente por la calle son música para los oídos de nadie. Pero precisamente en eso tendría que consistir la magia. Hay que reconocer que tiene valor situar una historia en forma de fábula en una de las metrópolis más bulliciosas y antioníricas que se puedan encontrar, además de ubicarla en el tiempo presente. Y en realidad, esta decisión tan atrevida debería haber servido para restarle ñoñería al conjunto. Pero no basta.
…………………………..
Cuenta la historia de un carismático joven guitarrista de rock y una sobreprotegida violonchelista clásica, quienes comparten un encuentro romántico una mágica noche de verano en Nueva York. Debido a circunstancias desafortunadas la joven pareja es separada tras este breve encuentro, dejando como única estela a un niño, Evan, quien por un engaño de su abuelo, es dado por muerto por su madre cuando ella sufre un accidente. Ahora Evan, de 11 años, se encuentra solo en el mundo ganándose la vida como músico callejero con el seudónimo de "August Rush" y bajo la tutela del misterioso Wizard, quien pretende explotarlo para obtener dinero con su arte. Pero Evan posee un talento musical excepcional e intentará hacer uso de él para poder reencontrarse con sus padres. August Rush, es casi como un cuento de hadas hecho realidad. En esta película la banda sonora cobra una singular importancia, destacando su curiosa fusión entre lo clásico y el rock (conviene recordar que el protagonista es hijo de un guitarrista y una violonchelista, de ahí el uso que se hace, entre otros, de estos instrumentos musicales). August Rush cuenta con artistas de la talla de John Legend, Chris Botti, Paula Cole y hasta el actor Jonathan Rhys Meyers interpreta varias canciones.
……………………………
August Rush es el retrato "alucinado" de un chaval que crece como huérfano en una institución, pero cuyo "sexto sentido" le mantiene en conexión musical con sus padres, intuyendo que están vivos. El filme arranca ya con un planteamiento algo tosco que desde el inicio hace peligrar nuestra potencial comunión con su verosimilitud. Chico conoce chica: él es el solista de una banda de pop y ella, violonchelista. Se conocen azarosamente en una azotea, se acuestan y no se vuelven a ver. Pero la música se impondrá en el filme para auspiciar el milagro. Justo en el arranque hemos visto al niño de cara angelical dirigiendo una recargada melodía en un campo de trigo... y tras escapar del orfanato, comenzará su fase de Lazarillo de Tormes con un aprovechado mentor "dickensiano" al que interpreta no con demasiada credibilidad Robin Williams. El chaval protagonista es Freddie Highmore, el Charlie de Charlie y la fábrica de chocolate, que resulta ser un niño prodigio de la música.
La realizadora Kirsten Sheridan (hija del conocido realizador Jim) no logra una perspectiva adecuada para proponer un relato creíble, que parece más un cuento de hadas que un drama familiar realista. Uno de los problemas clave es que sazona el conjunto con dosis extremas de cursilería y un montaje que se empeña constantemente en cruzar las trayectorias de padre, madre e hijo tampoco ayuda nada. Todos sabemos desde el inicio que el niño logrará reunir a sus padres, Louis y Lyla, pero seguramente nadie haya podido intuir su azucarada y exagerada dimensión. La banda sonora se hace pesada, incluso redundando con las notas del "Moondance" de Van Morrison.
…………………………………..
‘El triunfo de un sueño’ (‘August Rush’) nos habla de Evan, que vive en un orfanato y se niega a ser entregado en adopción porque confía en que sus padres se comunican con él a través de la música. Para buscarlos, escapa hacia Nueva York, donde se involucra con un grupo de jóvenes músicos callejeros, bajo la tutela de Brujo, su peligroso y misterioso benefactor, que le pone el nombre de August Rush. El nuevo prodigio musical de 12 años aprende a tocar sólo con ver a los demás hacerlo y Brujo planea aprovecharse de este talento. Pero su madre, una joven y sobreprotegida chelista, Lyla, descubre que su hijo no había muerto en una accidente, como ella creía, y decide buscarlo. El padre, un cantante de pop irlandés, Louis, abandona a su prometida para encontrarlos a ambos.
Con este argumento creo que comprenderéis, sin haber viso la película, la conclusión que extraje al verla: o se realiza de forma mágica y especial o puede ser inaguantablemente ñoño. Está muy claro: los ingredientes para hacer una fábula onírica están ahí, pero muy pocas personas serían capaces de conferirle a la película el tono de cuento que nos permitiese entrar en ella como en un relato de hadas y dejarnos llevar por la fantasía. Esas personas quizá serían Tim Burton o Jean-Pierre Jeunet y a
...