El universitario y el justo medio

EL UNIVERSITARIO Y EL JUSTO MEDIO

Ing. Víctor Gutierrez Divizia

vgutierrez@mail.urp.edu.pe

“Aprender sin pensar es esfuerzo perdido:

Pensar sin aprender, peligroso”.

Confucio.

De pronto de la lectura del primer capítulo: De la ética a la Responsabilidad Social Corporativa del libro; “Responsabilidad Social Corporativa: teoría y práctica” (Navarro García, Fernando, 2008: 27), tropecé con la idea clásica “in medio virtus”, traducido al castellano como “el justo medio” de la ética aristotélica y que tomando una representación gráfica de la virtud como “justo medio” se encuentra en la parte superior o cumbre de dos vicios opuestos, uno por exceso y otro por defecto, así aparece por ejemplo la “valentía” (entendida como virtud; arriba de la cumbre imaginaria); mientras que en sus faldas y a ambos extremos inferiores se podría encontrar la “temeridad/imprudencia” y la “cobardía”, ambas marcadas como “vicios”.

El carácter “a diferencia del temperamento, puede ser adquirido, cultivado a través de la ética. Es nuestra “segunda naturaleza”. La ética, por tanto, nos orienta para forjar o construir un carácter”. (Navarro García, Fernando, 2008: 38).

Continúa diciendo, Navarro García, si la ética nos orienta para construir un carácter, es importante saber a dónde queremos ir; conocer el Fin que deseamos perseguir. Sin fines identificados es imposible determinar los modos de actuar. Sin modos de actuar claros, sin Valores, resulta imposible crear Hábitos.

Sobre ésta base de pensamientos expuestos y tratando de aproximarme a los fines de formación universitaria he sintetizado lo que a mi juicio constituyen prácticas básicas del justo medio esperado de los universitarios en su duro y trascendente proceso de formación profesional.

1. Entre ser afanoso y haragán, es bueno ser estudioso y responsable. Que tu voluntad mueva tus acciones con responsabilidad y libremente.

2. Entre preguntón y respondón, es importante ser curioso; saber preguntar es lo correcto pero también escuchar con suma atención.

3. Entre bufón y ceremonioso, es saludable ser ingenioso, creativo y emprendedor. La competitividad así te lo exige.

4. Entre obsequioso y apático, más vale ser respetuoso y disciplinado de las normas y buenas costumbres. El respeto es un aliado de la decencia.

5. Entre bullicioso y silencioso, es agradable ser calmo y reflexivo, manteniendo la confianza en tu proyecto de vida.

6. Entre adulador y criticón, cuanto ayuda ser amigable y entusiasta, involucrado con tu entorno y tu universidad.

7. Entre jactancioso y humilde sobresale ser veraz y digno con una sólida

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