El uso de la boina en el ejército
Enviado por 4274278161 • 9 de Febrero de 2014 • Ensayo • 421 Palabras (2 Páginas) • 210 Visitas
Durante la Segunda Guerra Mundial, el primer ejército que utilizó la boina fue el alemán, pero únicamente en el cuerpo acorazado sustituyendo la calurosa caperuza de cuero de los tanquistas por una boina. Pero fue el ejército inglés que combatía en el norte de África el que dio a la boina el definitivo uso marcial a esta prenda. Aquellos soldados, que ante el caluroso clima habían comenzado por cortar las perneras de sus uniformes para tener calzones cortos, desecharon el sombrero de alas anchas modelo sudafricano-australiano, que, aunque protegía muy bien del sol, debido a sus anchas alas proyectaba demasiada sombra sobre los hombros del soldado, facilitando la puntería de los tiradores alemanes, por lo que lo cambiaron por boinas. Bernard Law Montgomery, muy aficionado a ser fotografiado, también adoptó inmediatamente la boina (ante la desesperación del protocolario Churchill), puesto que acentuaba sus rasgos aguileños: con su extensamente difundida imagen tocado con boina pretendía simbolizar que ahora extendía sus alas sobre el zorro alemán Rommel un ave de presa británica en el desierto africano.
El ejército estadounidense conoció la boina cuando invadió Italia en 1943. Sus soldados, que cambiaban boinas por tabaco para llevarlas a casa como souvenir, acabaron poniéndoselas, al comprobar su comodidad. Pero su uso prontamente fue prohibido por el mando debido a la epidemia de piojos que se desarrolló en las cabezas de los soldados.
Al finalizar la guerra en Europa, la penuria hizo renacer el uso de la boina, especialmente en las mujeres, que tras largos años de no poder cubrirse más que con un mísero pañuelo, encontraron en la boina una prenda altamente favorecedora para sus demacrados rostros.
Pocos años después, con el renacer de la economía europea, la boina perdió nuevamente campo a favor del sombrero americano, que con tanto entusiasmo fue aceptado a ambos lados del Atlántico. Quedan como testimonio las películas de hasta los años sesenta, en las que se ve a los galanes de Hollywood comiendo en los mejores restaurantes con el sombrero calado en la nuca, acompañando a las más distinguidas señoras.
Pero la boina encuentra definitivamente acomodo en los ejércitos. Es como si los altos mandos militares hubieran reencontrado la lógica de Zumalacárregui: es la prenda más práctica y cómoda para el soldado en campaña. Es tan aceptada esta prenda, que incluso es incorporada al uniforme de etiqueta de alguno de los ejércitos con más alto presupuesto militar. No es, por lo tanto, sólo su módico precio ni su cómodo uso lo que es apreciado por los militares, sino la elegancia de la prenda.
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