La Boina Roja
Enviado por iiazithaw • 29 de Mayo de 2013 • 641 Palabras (3 Páginas) • 641 Visitas
La boina roja
En aquella corte alarga, fría y luminosa se escuchaba la voz de aquel gordo y calvo juez:
J.- Mire doctor Paul su silesio no corresponde en nada a la buena voluntad que hemos tenido en su caso. “debe usted comprender que la justicia requiere hechos concretos”.
Paul Ecker clava sus ojos verdes en el vacio siente calor, transpira, las pausas de un gran ventilador, mientras en su mente se encuentran palabras de aquellos recuerdos.
P.- Allá en la islita no hacia tanto calor era agradable sentarse en los peñascos a la orilla de mar, hundir los ojos en la vasta movilidad oceánica, y sentir la caricia del viento ¡que recuerdos caray!
El juez interrumpiéndolo dice:
J.- Hemos tenido, doctor, no solo en cuenta el merecido prestigio como biólogo sino las múltiples demandas de clemencia ¡Vea que arsenal de cartas!... Esta de Francia nos hace recordar que hace dos años tuvo el honor de prescindir el congreso mundial de Ictiología en la Sorbonne. ¿Recuerda? Menos mal que sonríe.
El juez sin saber el motivo de su sonrisa escucha:
P.- ¡La sorbonne¡ si allá la conocí tenia el aspecto de una inocente colegiala pero ¡que embrujadora!, lo que más me sedujo fue aquella boina roja levemente levantada sobre una sien. Mientras ella me decía:
L.- Solo quiero su autógrafo. Me llamo Linda Olsen y estudio en la Sorbona.
Paul Ecker se estremece sin saber definir si es por el aire o por otras mil cosas que desea olvidar. Pues por culpa de John Hamilton quien envió al doctor a estudiar los peces de archipiélago se la vuelve a encontrar en Pensilvania.
L.- ¡No me recuerda ya soy Linda Olsen la de la boina roja! Me entere de su gran viaje que hará a panamá tiene usted que llevarme ¡se lo suplico!
El juez respira incomodo haciendo mil esfuerzos por conservar la calma declara:
J.- Necesitamos saber el paradero de miss Olsen. Cuando lo hallaron a usted sobre la playa, parecía enajenado y llevaba l boina roja sobre su cabeza.
P.-¿Cómo iba a asesinarla?¿suicidio? ni pensarlo ¿Cómo decirlos sin despertar la duda de que fuesen producto del desvarió, causado por el naufragio.
J.-Por eso decidimos celebrar esta audiencia preliminar muy en privado. Usted debe ayudarnos .¿por qué motivo insiste en su rotundo silencio? Yo no podría eximirlo de rendir declaración de los hechos... la ley lo exige mi querido doctor.
Paul Ecker se contempla a sí mismo en la base militar de saboga. El comandante lo recibió cordial se mostro festivo con miss Olsen.
M.-“Se va a usted a aburrir en ese islote”
Le dijo sorprendida, y le pregunto a su vez:
L.-“¿ESQUE NO VAMOS A RESISNDIR AQUÍ?”
Y el yendo hacia la puesta contesto:
M.- no señores vengan conmigo al porche “¿ven esa ínsula con varios farallones? Es allí donde está el laboratorio. La ósea yeya.
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