El átomo, El Chicle, Pandora

El átomo

Todas las cosas están constituidas por partículas infinitamente pequeñas llamadas átomos, las cuales constituyen la “materia Prima” de los 103 elementos químicos que hay en la naturaleza.

Sin embargo, si tenemos en consideración que no todos los átomos son estables (fuera de los gases noves como el helio y el neón) fácilmente se entiende que todos los demás necesitan combinarse unos con otros, formando moléculas, como la del agua (H2O), que consta de 2 átomos de hidrógeno y 1 de oxígeno.

Ciertas moléculas son muy “largas” : la del ADN, presente en las células del cuerpo humano, está compuesta por millones de átomos colocados uno al lado del otro y enrollados en forma de filamento. Si desenrolláramos esta molécula, como se desenrolla una bobina de hilo, tendría varias decenas de metros. Sin embargo, estos átomos son tan pequeños que resultan invisibles.

No todas las moléculas son tan largas. Por ejemplo, el gas butano tan sólo cuenta con 4 átomos de carbón combinados con 10 átomos de hidrógeno. Más pequeña aún, la molécula de hidrógeno sólo está constituida por 2 átomos.

Molécula de ADN, compuesta de millones de átomos; en el ADN se encuentra el secreto de la herencia.

¡Algunos átomos no soportan la soledad!

No pueden dejar de ir a “pegarse” a otro átomo, sean de la misma familia o no. Por ello todas las moléculas están constituidas por varios átomos, idénticos o diferentes. El agua de los ríos, o la que tú bebes, está compuesta de moléculas. Cada una es la unión de un átomo de oxígeno con dos átomos de hidrógeno.

El Chicle

Desde siempre, el hombre mastica hojas, hierba, cortezas. . . Muchas veces para distraer el hambre o para controlar la inquietud.

Los mayas de América Central masticaban hace siglos el chicle, que es la savia endurecida de un árbol llamado zapote: éste es el verdadero antepasado del chicle moderno.

Los aborígenes de América del Norte masticaban la resina del abeto, una variedad del pino, y la dieron a conocer a los colonizadores ingleses, que comercializaban la resina a principios del siglo pasado.

Pero el chicle tuvo más aceptación como pasta para mascar: se le podía añadir fácilmente un saborizante, como anís o menta. A partir de 1900 comenzó la fabricación industrial del chicle, e inició su exitosa carrera. Después el chicle fue reemplazado por otras gomas vegetales o sintéticas.

Se ha visto que a los grandes trastornos de la sociedad corresponde un auge del consumo del chicle. Por ejemplo, en Estado Unidos se duplicó después de cada una de las guerras mundiales.

Hacer bombas de chicle es todo un arte, que requiere del conocimiento de la resistencia del material y las leyes de los gases.

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