Empresas de Trabajadores y Economía de Mercado
Enviado por angiesmithm • 16 de Noviembre de 2012 • Tesis • 26.340 Palabras (106 Páginas) • 575 Visitas
“Empresas de Trabajadores y Economía de Mercado”
Luis Razeto
PROLEGÓMENOS
La elaboración de una teoría científica del fenómeno cooperativo, que lo comprenda tal como se presenta actualmente, después de un largo y complejo proceso de desarrollo y evolución histórica, y que lo proyecte guiando su desarrollo en las nuevas condiciones existentes, responde a una necesidad práctica .
A través de una historia de dos siglos el cooperativismo ha alcanzado dimensiones mundiales, convoca y organiza multitudes de personas prácticamente en la totalidad de las naciones no obstante la diversidad de los regímenes económico-políticos, y constituye un relevante hecho económico que moviliza enormes cantidades de recursos humanos, productivos, financieros y comerciales. En su desarrollo la cooperación ha llegado a ser una realidad compleja y diversificada, que incluye organizaciones de tipo y nivel heterogéneos: está presente en los distintos sectores de la producción, el comercio, las finanzas y el consumo; adopta formas de asociación diferentes tanto a nivel de las unidades menores y de los consorcios como en las dimensiones regionales, nacionales y mundial, actúa conforme a principios y normas variables y pluralistas, ha experimentado estructuras y métodos de acción renovados.
No obstante esta expansión y diversificación el cooperativismo conserva los rasgos esenciales de un fenómeno unitario dotado de personalidad propia, en cuanto figura social que manifiesta una precisa continuidad histórica. Es esta unidad esencial lo que hace pensar que es posible la elaboración de una teoría del fenómeno cooperativo como tal.
La cooperación ha sido propuesta reiteradamente y de distintas maneras, por diferentes pensadores y reformadores sociales, como forma de organización económica alternativa y como iniciativa o proyecto de transformación global de la sociedad.
Sin embargo el cooperativismo ha manifestado límites y crisis en su crecimiento, y no ha llegado a imponerse como sujeto histórico autónomo dotado de efectiva capacidad de dirección de los cambios económicos y políticos.
Hay factores externos explicativos de esta limitación. En el plano político puede señalarse la definida opción teórica y organizativa del movimiento obrero socialista –que por décadas canalizó gran parte de las energías sociales e intelectuales orientadas hacia la construcción de una sociedad distinta- en favor de formas de lucha partidista y de masas fundadas en la afirmación de "la primacía de la política" en vistas a conquistar el poder del Estado antes de iniciar la transformación de la economía o del mercado, y en favor de un modelo colectivista y estatista de la sociedad a que se aspira. En el plano económico cabe subrayar un factor de otro origen político e intelectual pero que fue convergente en el efecto de limitar el espacio a la acción cooperativa: la tendencia que con extraordinaria fuerza se ha manifestado en las sociedades occidentales, especialmente a partir de la "gran crisis", a enfrentar los problemas del crecimiento productivo y de las desigualdades y marginación social a través de una expansión de la intervención pública en la vida económica y mediante el desarrollo del Estado asistencial, con la consiguiente reducción del espacio de respuesta posible emergente desde la base social misma.
En este difícil contexto económico y político, criticado desde un lado porque conservaría los rasgos contradictorios del capitalismo y desde el lado opuesto porque propugnaría formas socialistas de organización económica, el cooperativismo no dejó de gozar de un elevado consenso moral y de expandirse constituyéndose como sujeto real de acción económica, social y cultural; pero manteniéndose en un plano subordinado respecto a grandes tendencias tanto del mercado como de la política.
La crisis que está poniendo fin al socialismo estatista y las concepciones tradicionales del movimiento obrero y que ha puesto en cuestión la respuesta intervencionista de los poderes públicos en la economía, replantea a la atención teórica y política las formas cooperativas de acción y organización, la autogestión y otros fenómenos anexos.
En los años recientes han surgido nuevas experiencias organizativas, nuevos problemas ideológico-políticos y nuevas cuestiones teóricas, que no sólo han vuelto a dar actualidad al tema de la cooperación y la autogestión, sino que han significado una verdadera ofensiva intelectual y cultural de parte de sus sostenedores. En efecto, el creciente desempleo que ha afectado las diversas economías, especialmente en los países subdesarrollados pero no sólo en éstos; los fenómenos de marginación y exclusión que se han acentuado y adquirido un carácter estructural; el desarrollo de las denominadas "economías informales o subterráneas"; la emergencia de otras formas económicas alternativas basadas en la solidaridad y la ayuda mutua; el rol cada vez más significativo asumido por las fundaciones e instituciones no-gubernamentales que buscando el desarrollo de los sectores más pobres han canalizado grandes recursos y promovido la emergencia de nuevas organizaciones cooperativas y autogestionarias; las búsquedas de formas alternativas de hacer economía fundadas en nuevas tecnologías socialmente apropiadas; son hechos y procesos que si bien no siempre forman parte de lo que se entiende por cooperativismo y autogestión son muy próximos a éstos, y han renovado viejas discusiones teóricas y prácticas haciendo surgir numerosos interrogantes nuevos.
Por otra parte, la crisis del socialismo y de las respuestas estatistas frente a los problemas sociales ha llevado a muchos que antes canalizaban sus energías y anhelos de justicia y cambio privilegiando las vías políticas a buscar y encontrar nuevos "espacios de esperanza" en experiencias organizativas fundadas en valores y principios de cooperación y solidaridad, que despliegan su acción preferentemente en la sociedad civil y particularmente en el plano económico-social.
Enfrentados a la crisis de nuestras sociedades, son cada vez más los hombres y organizaciones que se entregan a la búsqueda de alternativas. La amplitud y profundidad de la crisis, que lleva al rompimiento de los equilibrios ecológicos, sociológicos, psicológicos y espirituales del hombre contemporáneo aproximándonos a situaciones límites, hace que lo "alternativo" (concepto ambiguo pero que normalmente se encuentra asociado a los de cooperación y autogestión) se presente no sólo como un ideal sino como una necesidad.
Como la crisis afecta esas distintas dimensiones de la vida humana se precisan alternativas que permitan superarla en cada una de ellas y en su interrelación; despiertan especial
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