En Familia Y Equipo

La mayoría de los padres siempre querrá que su hijo sea el más sobresaliente que los demás niños de su edad y su entorno. Para ello, todo depende absoluta y exclusivamente de cómo los padres estimulan a sus hijos desde la concepción, la etapa prenatal, el nacimiento y hasta después del nacimiento.

La estimulación prenatal es una de las fases más importantes para el futuro del ser humano, ya que consiste en aprovechar todas las posibilidades reales de comunicación que existen entre el futuro hijo y los padres desde el seno materno, creándose un vínculo afectivo entre el hijo antes de nacer y consiguiendo que él llegue al mundo con la máxima capacidad neuronal.

Después del alumbramiento, el desarrollo afectivo del bebé está en plena evolución por lo cual necesita de caricias, masajes y palabras para estimularlo, no importa si no entiende el significado de las palabras, hay que hablarle, porque capta la intención.

A medida que el niño vaya creciendo es necesario la repetición sistemática y secuencial de estímulos o ejercicios, y de actividades con base científica, ya que refuerzan las áreas neuronales, potenciando adecuadamente el desarrollo motriz, cognitivo, social y emocional del niño, también se ampliará su desarrollo individual, sus capacidades, su predisposición y su ritmo.

Cada niño es único y diferente, y los padres lo deben tener en cuenta a la hora de estimularle. El niño deberá vivir libremente esta experiencia y no como una obligación. Jamás se deberá forzar al niño a que haga alguna actividad para la que él no esté preparado ni suficientemente estimulado. El niño debe sentirse libre y motivado para mantener siempre una buena autoestima durante todo el proceso de aprendizaje, desarrollando así una buena inteligencia emocional, la cual le permitirá enfrentar diversos problemas reales en un futuro.

Por esta razón, los padres deben respetar su desarrollo individual, evitando comparaciones y presiones sobre su hijo. Los padres también aprenderán y crecerán en su tarea de padres durante la estimulación de su hijo.

Es muy importante para el niño que los padres promuevan los hábitos de competencia en ellos, para que así puedan desarrollar habilidades y destrezas, solucionando conflictos y problemas cotidianos, superándose a sí mismos y alcanzando niveles de excelencia, garantizando el desarrollo personal y social, que siempre va unida a la solidaridad.

Otro punto que también los padres y la escuela deben promover es el trabajo en equipo.

Desde la época primitiva, los hombres han logrado sobrevivir gracias al trabajo en equipo, cada uno especializado en diferentes áreas o tareas, pero todo para un mismo fin, que era el de sobrevivir. De la misma manera, en la actualidad, las personas necesitamos unos de otros para poder lograr metas propuestas y objetivos comunes mediante una serie de estrategias, procedimientos y

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