En casos normales el niño de 3 años ya tiene un carácter, hábitos, ocupaciones favoritas, una forma de pensar y numerosas personalidades afectivas que son canalizadas en las relaciones sociales con quien lo rodea y a menudo, en la mas feliz de las eve
Enviado por Adrian_Coral1 • 16 de Febrero de 2017 • Apuntes • 554 Palabras (3 Páginas) • 316 Visitas
Adrián Jesús Coral Escalante
CAPITULO III: EL COMPLEJO DE EDIPO
En casos normales el niño de 3 años ya tiene un carácter, hábitos, ocupaciones favoritas, una forma de pensar y numerosas personalidades afectivas que son canalizadas en las relaciones sociales con quien lo rodea y a menudo, en la mas feliz de las eventualidades.
Cuando la pulsión libidinal demanda; sobre todo cuando esta en estado fisiológico de excitación. Esto quiere decir que es un niño normal, de buena salud, la masturbación no será publica ni frecuente, y que, aunque así sea, el adulto deberá despreocuparse de ella completamente.
Se le llama “Castradoras” cuando se prohíbe la masturbación y esto puede conllevar al niño a ser un inestable, un colérico, indisciplinado y rebelde.
LUCHA CONTRA LA ANGUSTIA DE CASTRACION:
Según los expertos la angustia de castración obedece a tres factores:
1-El descubrimiento de la diferencia fálica según los sexos
2-El poder mágico atribuido a los adultos
3-Una inferioridad general y verdadera ante el adulto
El único que es inmodificable es el primero, los otros 2 pueden ser reducidos.
El segundo factor, el poder maléfico y mágico del adulto puede ser sometido al filtro de la razón y disociado.
En cuanto al tercer factor, la inferioridad real del niño, este tratara de remediarla sea negándola de una manera conscientemente categórica, lo que subjetivamente la aumenta por la comprobación de la diferencia entre lo que es y lo que se quiere que fuera, sea superándola mediante adquisiciones culturales apreciables.
La ventaja del tercer factor es que confiere mas medios de seducción para conquistar la ayuda y protección del objeto edipico.
EL NIÑO
A los 6 años durante su complejo de Edipo, el niño es realmente inferior a su padre en fuerza y en medios de conquista; debe, pues admitirlo y abandonar, no diferir, la lucha por el objeto de amor maternal, es decir, sublimar su complejo de Edipo. Los niños que no solucionan su complejo de Edipo no llegan a juzgar a su padre tal como es, con defectos y cualidades, amándolo, sin despertar la angustia del superyó castrador.
Es evidente que el niño al momento de entrar en el periodo de latencia, no puede tener una actitud totalmente objetiva, pero puede haber abandonado todo sentimiento de inferioridad infundado y toda agresividad para sus padres.
Aceptar su verdadera inferioridad, en lo que tiene de irremediable, luchando por superar toda la inferioridad que le sea, a su edad, posible vencer, vivir para los otros y, para si mismo, preparar el futuro, es la única actitud compatible con la llegada de un tipo de amor genético-oblativo de la sexualidad, tanto en el hombre como en la mujer.
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