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En una estación de buen tiempo.


Enviado por   •  30 de Marzo de 2016  •  Ensayo  •  1.231 Palabras (5 Páginas)  •  195 Visitas

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                                                                                                  en una estación de buen tiempo

                                                                                (versión libre del original de Ray Bradbury)

Ya es hora, ya debe partir, dejar atrás la estación… tantos pensamientos, tantos detalles, nimios, diminutos… colores, como pequeñas hojas verdes que crecen al amparo de un sol que comienza a ser tibio, a ser luz, a ser vida… cada fragmento, cada palabra, cada hoja… un solo verde, pero en mil matices, mil pequeños y delicados matices, como si nunca antes los hubiese percatado…

y vuelve al principio…

era mediados de invierno, y sin embargo, súbitamente, dejo de serlo… un atisbo de sol, de luz… y una semana después, en la severidad del frio, llego esa primavera, cálida, tenue, impulsiva… y el frio desapareció… secretos descubiertos, recuerdos, palabras, silencios, miradas… encuentro… en la crudeza del frio, el invierno retrocedió ante esa primavera impetuosa… tan candente, tan vivida… y los sueños, los anhelos, tanto tiempo guardados en la oscuridad y el silencio del viejo arcón, florecieron…

ya de a poco, ya a raudales, la luz del sol de esa primavera lo inundo todo; y en medio de ese rutinario invierno, ocurrió la más dulce de las estaciones… empero, el lucho por no abandonar su estación, su frio constante, su rito de pensamientos alejados y adornados solo con la desnudez nocturna de los sicomoros, y el manto azul de tantas noches de estrellas y nostalgias vagas… pero fue en vano, esa primavera inusitada lo asalto sin remedio, y solo pudo dejarse ir; como resistir a una estación así?...

sensaciones… podía sentir el sol tibio, somnoliento, joven; filtrar su luz a través de los ínfimos matices de las hojas recién nacidas… era, así mismo, como si sus pájaros de verano despertaran antes de tiempo, piando aquí y allá… era también un deshielo, lento al principio, a raudales después; un deshielo tras un largo y frio invierno… sensaciones casi olvidadas, colores ausentes, matices, mil matices…

una sonrisa, solo una sonrisa, y la vida parecía bullir de repente, incontrolable… recuerdos… casi una estación, eso había sido, una estación; inusitada estación acaecida sin previo aviso; con su tiempo a destiempo de las estaciones… invierno… primavera…

hace frio, aunque la helada, cruda, cruel, ya ha pasado lo más terrible de si… y el frio es adentro, aunque afuera la estación sea estival… la estación, su estación, luce desierta; así lo siente; y no obstante el hielo que atenaza su ser, muy torpemente, desde adentro, comienza a ceder… sabe que no va a quedarse con el frio; muy adentro así lo sabe, y lo siente… sabe que guarda ese puñado de mañanas somnolientas, la tranquilidad de su pereza, esa mirada un tanto impenetrable (aunque ya no para él), la suavidad de los gestos en la intimidad, los soles a través de la cortina, la luz… y si bien esos detalles ya no habitaran conscientemente en sus pensamientos cotidianos, los guardara, bien atesorados en su memoria… serán de alguna forma sus rescoldos de primavera cuando las estaciones se tornen frías; cuando el invierno ose invadirlo… matices… eso también había sido su estación…

pero ya era hora de partir… tal vez volvería a esta estación, o tal vez no; quien podría decirlo?; no está en él la forma de saberlo, solo la capacidad para disfrutarla, para vivirla, para sentir, en un tiempo atemporal… los sentimientos no saben de tiempos, solo se dejan ser… y es mejor así, es mejor no saber… solo la más completa de las incertidumbres… porque solo somos las maquinarias de la alegría…

y por un instante recordó… esa historia de un dibujo en la arena… y entendió… a veces, si tenemos suerte, podemos encontrar un dibujo único en la arena del atardecer; casualidad?, destino?, porque?, quien lo sabe?... solo podemos disfrutarlo, olvidando el tiempo, olvidando todo… solo el dibujo y uno mismo… y la marea que sube… sube, y lo cubre, lo borra… y solo queda el recuerdo, y el sonido de la marea que lo borra, que se lo lleva mar adentro… y la extraña dulce sensación de que solo estaba ahí para uno solo, único, irrepetible…

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