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Enfermedades De Transmision Sexual


Enviado por   •  11 de Abril de 2013  •  4.773 Palabras (20 Páginas)  •  331 Visitas

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Enfermedades de transmisión sexual

Clamidia:

Qué es la clamidia?

La clamidia es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) común, causada por una bacteria. La clamidia puede infectar tanto a hombres como a mujeres y puede causar daños graves y permanentes a los órganos genitales de la mujer.

¿Qué tan común es la clamidia?

La clamidia es la infección de transmisión sexual bacteriana reportada con mayor frecuencia en los Estados Unidos. En el 2011, los CDC recibieron notificación de 1, 412,791 casos de infección por clamidia de los 50 estados y el Distrito de Columbia, pero se calcula que cada año ocurren 2.8 millones de infecciones de este tipo. Una gran cantidad de casos no se reporta porque la mayoría de las personas con clamidia no tiene síntomas y no se hace pruebas de detección. La clamidia se da con más frecuencia en la gente joven. Se calcula que 1 de cada 15 mujeres sexualmente activas de 14 a 19 años tiene clamidia.

¿Cómo se contrae la clamidia?

Las personas contraen la clamidia al tener relaciones sexuales con alguien infectado. "Tener relaciones sexuales" quiere decir tener contacto anal, vaginal u oral. La clamidia se puede transmitir aun cuando el hombre no eyacule. Las personas que han tenido clamidia y han sido tratadas pueden infectarse de nuevo si tienen relaciones sexuales con una persona infectada.

La clamidia también se puede transmitir de una madre infectada a su bebé durante el parto.

¿Quién tiene riesgo de contraer clamidia?

Toda persona sexualmente activa puede ser infectada con clamidia. Es una ETS muy común, especialmente en la gente joven. Se calcula que 1 de cada 15 mujeres sexualmente activas de 14 a 19 años tiene clamidia.

Los jóvenes sexualmente activos tienen un riesgo mayor de contraer clamidia debido a una combinación de razones conductuales y biológicas. Los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (HSH) también están en peligro de contraer esta infección debido a que la clamidia puede transmitirse durante las relaciones sexuales orales o anales.

¿Cuáles son los síntomas de la clamidia?

La clamidia se conoce como una enfermedad "silenciosa" porque la mayoría de las personas infectadas no tiene síntomas. Si estos se manifiestan, es posible que lo hagan varias semanas después del contagio. Incluso cuando no causa síntomas, la clamidia puede dañar los órganos genitales de la mujer.

En las mujeres, la bacteria infecta inicialmente el cuello uterino (la estructura que conecta la vagina o vía del parto con el útero o matriz) o la uretra (el conducto urinario). Algunas mujeres infectadas tienen flujo vaginal anormal o una sensación de ardor al orinar. Las infecciones que no se tratan pueden propagarse al útero y a las trompas de Falopio (los conductos que transportan los óvulos desde los ovarios hasta el útero), y causar enfermedad inflamatoria pélvica (EIP). La EIP puede ser silenciosa o causar síntomas como dolor abdominal y pélvico. Aun cuando la EIP no presente síntomas inicialmente, puede causar infertilidad y otras complicaciones más adelante.

Algunos hombres infectados presentan secreción del pene o una sensación de ardor al orinar. También puede ocurrir dolor e inflamación de uno o ambos testículos, aunque esto es menos común.

La clamidia también puede infectar el recto en hombres y mujeres, ya sea a través de la penetración anal o posiblemente por la propagación de la bacteria desde el cuello uterino y la vagina. Aunque a menudo estas infecciones no presentan síntomas, pueden causar dolor en el recto, secreción o sangrado.

Enfermedad inflamatoria pélvica:

La enfermedad inflamatoria pélvica es el término general que se utiliza para referirse a infecciones que se presentan en el útero, las trompas de Falopio y otros órganos genitales internos y que causa síntomas como dolor en el abdomen inferior. Es una complicación grave de ciertas enfermedades de transmisión sexual, especialmente de la infección por clamidia y de la gonorrea. La EIP puede afectar las trompas de Falopio y los tejidos del útero, los ovarios y las áreas circundantes. La EIP puede provocar consecuencias graves que incluyen infertilidad, embarazo ectópico, formación de abscesos y dolor pélvico crónico.

¿Qué tan frecuente es la EIP?

Se estima que anualmente en los Estados Unidos más de 750,000 mujeres han sufrido alguna vez de EIP aguda. De 10 a 15% de estas mujeres podrían quedar infértiles a consecuencia de una EIP. Una gran proporción de los embarazos ectópicos que se presentan cada año son el resultado de una EIP.

Entre más parejas sexuales tenga una mujer, mayor es el riesgo que tiene de contraer EIP. Asimismo, una mujer cuya pareja sexual tenga más de una pareja sexual enfrenta un mayor riesgo de contraer esta enfermedad debido a que potencialmente está expuesta a más agentes infecciosos.

¿Cómo contraen las mujeres la EIP?

La EIP se presenta cuando las bacterias pasan de la vagina o el cuello uterino (la abertura al útero) de la mujer a sus otros órganos reproductores. Diversos tipos de organismos pueden causar la EIP, pero muchos casos están asociados a las gonorreas y la clamidia, dos enfermedades de transmisión sexual bacterianas muy frecuentes. Haber sufrido alguna vez de EIP aumenta el riesgo de que ocurra otra vez debido a que los órganos reproductores pueden haber sufrido daños la primera vez que se presentó la infección.

Las mujeres sexualmente activas que están en edad de procrear son las que están expuestas a un mayor riesgo, y las mujeres que tienen menos de 25 años de edad tienen mayor probabilidad de contraer EIP que las mujeres mayores de esta edad. Esto se debe a que el cuello uterino de las adolescentes y mujeres jóvenes no está completamente formado, lo que aumenta su susceptibilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual relacionadas con la EIP.

Entre más parejas sexuales tenga una mujer, mayor es el riesgo que tiene de contraer EIP. Asimismo, una mujer cuya pareja sexual tenga más de una pareja sexual enfrenta un mayor riesgo de contraer esta enfermedad debido a que potencialmente está expuesta a más agentes infecciosos.

Las mujeres que usan duchas vaginales tienen un riesgo más alto de contraer EIP que las mujeres que no las utilizan. Pueden tener un riesgo levemente mayor de contraer la EIP durante el tiempo cercano a la inserción del dispositivo que las mujeres que utilizan otros métodos anticonceptivos o las mujeres que no utilizan ninguno. Sin embargo, el riesgo se reduce significativamente si a una mujer se le hacen pruebas de detección de enfermedades de transmisión sexual, y en caso de ser necesario, se le administra el tratamiento indicado antes de la inserción

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