Ensayo Cumbre De La Tierra
Enviado por marinams • 14 de Febrero de 2013 • 1.867 Palabras (8 Páginas) • 850 Visitas
Introducción
Este ensayo se realiza con la finalidad de dar a conocer un tema que es muy importante el mismo es La Cumbre de la Tierra celebrada del 26 de agosto al 4 de septiembre de 2002 en Johannesburgo (África del Sur). También se le dice Cumbre Mundial del desarrollo sostenible organizada por la ONU, con la asistencia de más de un centenar de Jefes de Estado y de alrededor de 60 000 personas, incluidos los delegados, los representantes de ONG, los periodistas y las empresas. Este encuentro pretendía ofrecer un discurso ecologista como parte de la labor de concienciación sobre la importancia del desarrollo sostenible, para que todas las personas puedan satisfacer sus necesidades presentes y futuras, sin dañar el medio ambiente. Se constituyó como un instrumento de coordinación entre distintos actores de la sociedad internacional con el propósito de incentivar a la población internacional, y que la protección ambiental sea compatible con el crecimiento económico, y el desarrollo social, mediante la suma de los esfuerzos y de las capacidades de las partes involucradas.
Cumbre de la Tierra
La Cumbre de Johannesburgo es una gran oportunidad para que el mundo avance hacia un futuro sostenible, en que la gente pueda satisfacer sus necesidades sin perjudicar el medio ambiente. El desarrollo sostenible es un llamamiento a adoptar un enfoque diferente del desarrollo y otra clase de cooperación internacional; reconoce que las decisiones que se adoptan en una parte del mundo pueden afectar a los habitantes de otras regiones; requiere medidas con visión de largo plazo para promover las condiciones mundiales que apoyen el progreso y los beneficios para todos.
La guía para el logro del desarrollo sostenible se adoptó hace diez años en la Cumbre de Río. Pero todavía queda mucho camino por andar. En la Cumbre de Johannesburgo se espera salvar la brecha que separa de su puesta en práctica con propuestas de medidas concretas.
En consecuencia, se refiere al desarrollo sostenible, que satisfaga las necesidades de la gente de hoy en día y de las generaciones futuras. No es una conferencia sobre la pobreza sino una conferencia sobre la clase de desarrollo que deben procurar alcanzar tanto las naciones en desarrollo como las desarrolladas. Sin embargo, la pobreza, el consumo excesivo y las formas de vida insostenibles fueron las grandes preocupaciones de la Cumbre de Johannesburgo. Por lo tanto, el desarrollo sostenible procura abordar esas preocupaciones mediante medidas que promuevan el crecimiento económico y el desarrollo social y, además, la protección del medio ambiente.
Por consiguiente, esta cumbre no es sólo la continuación de la Cumbre para la Tierra celebrada en Río; tampoco de la reciente Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo celebrada en Monterrey. Se basa en los logros de ambas conferencias, pero también procura lograr los objetivos convenidos en muchas conferencias -incluidos los aprobados por los líderes mundiales en la Cumbre del Milenio- con la guía del principio rector del desarrollo sostenible.
Por lo que el objetivo de esta cumbre es de Instar a los países desarrollados a alcanzar los niveles intencionalmente convenidos de asistencia oficial al desarrollo, apoyar la creación de alianzas regionales fuertes para promover la cooperación internacional, afirmar que el sector privado también tiene el deber de contribuir al desarrollo sostenible, y por último llamar a crear instituciones internacionales y multilaterales más eficientes, democráticas y responsables.
La reunión, a la que asistieron miles de personas en representación de gobiernos, empresas y organizaciones no gubernamentales, fue convocada para dar respuesta al problema de conciliar las urgencias del desarrollo económico con la necesidad de mantener habitable el planeta para las generaciones futuras. Pero más que eso, fue un escenario para dar rienda suelta a las frustraciones de los países pobres y subdesarrollados por la incapacidad de la comunidad internacional, y especialmente de las grandes potencias, para reaccionar contra el deterioro ecológico y sus múltiples manifestaciones (contaminación, calentamiento global, pérdida de especies, incendios forestales y otras catástrofes) que amenazan cada día más la supervivencia del hombre sobre la Tierra.
Con la firma de un Plan de Acción para frenar ese deterioro y al mismo tiempo combatir la pobreza, los líderes mundiales reunidos bajo el auspicio de las Naciones Unidas volvieron a expresar en el papel (como lo habían hecho en la primera cumbre, realizada hace diez años en Río de Janeiro) lo que muchos de ellos no están cumpliendo. Según dicho plan, la comunidad internacional se comprometió a reducir a la mitad, de aquí al 2015, el número de personas sin acceso al agua potable, y a aumentar el uso de energías renovables, aunque no precisaron en qué porcentajes ni en qué fechas. Con razón el documento fue calificado de insuficiente por la Unión Europea y agudizó el escepticismo de los ecologistas.
Junto con el aludido Plan de Acción fue aprobada la Declaración de Johannesburgo, un compendio de buenas intenciones que recuerda la Declaración de Río. Se habla allí de la protección del medio ambiente, de la solidaridad internacional y otras bellezas, pero faltan los pactos específicos, los calendarios y las metas concretas que los organizadores de la cumbre hubieran querido cristalizar pero que algunos países, con Estados Unidos a la cabeza, buscaron evitar a toda costa.
Algo positivo, sin embargo, salió de la cumbre. Con los anuncios de Canadá y Rusia de que ratificarán pronto el Protocolo de Kioto contra el cambio climático, se puede decir que la comunidad internacional ya pudo reunir los gases necesarios para dar vigencia a ese importante instrumento. Kioto fue una de las palabras claves de esta macro reunión, pues por un
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