Ensayo El Diablo

A Giovanni Papini se le puede acusar de muchas cosas en su vida, pero respecto a su obra literaria jamás se le podrá acusar de falta de pasión. Y es precisamente ese apasionamiento suyo unido a su erudición lo que le distingue como el gran escritor de su época. Características que por cierto le valieron la admiración de algunos, pero también el desprecio de otros cuantos, y más aún cuando trataba temas tan sensibles para la Iglesia Católica (y el mundo cristiano en general) como ocurre en este libro, El Diablo, condenado por L’Osservatore Romano en el número 119 de esa publicación en el que advertía a los lectores católicos la naturaleza y el contenido de la obra cuestionada.

En este extenso y documentado análisis que realiza Papini sobre Satanás, desarrolla el tema desde tres puntos esenciales que él mismo se encarga de enumerar en la presentación que hace de su libro: Las verdaderas causas de la rebelión de Lucifer, las verdaderas relaciones entre Dios y el Diablo y la posibilidad de que a través del ser humano Satanás vuelva a su primer estado celestial librando a la humanidad del mal.

Para dar cuerpo a sus conjeturas, Papini consulta las sagradas escrituras, a los padres de la iglesia y las obras de numerosos filósofos, artistas y poetas cristianos, desarrollando a partir de estos textos los tres puntos bases de su estudio. En esta obra el escritor toscano expone con elocuencia y audacia sus propias convicciones respecto a la figura de Satanás y el rol que históricamente ha jugado en el cristianismo, y de paso, se presenta a sí mismo y a su obra como “el primer libro sobre el Diablo escrito por un cristiano y de acuerdo con el más profundo sentido de cristianismo”. Dentro de esa definición se encuentra una de sus conclusiones más audaces y que seguramente es la que ha sacado más ronchas tras la publicación del texto: “Los cristianos -sostiene Papini- no se han mostrado lo suficientemente cristianos hacia Satanás”, a lo que añade “Un verdadero cristiano no debe ser malvado ni siquiera con los malvados; no debe ser injusto ni siquiera con los injustos; no debe ser cruel ni siquiera con los crueles, sino que debe ser, con el Tentador del Mal, un tentador del Bien”. Y no confundirse, este libro no es una apología al Diablo ni al Mal como algunos han pretendido presentarlo, y tampoco tiene un carácter redentor, este libro está escrito desde un punto de vista profundamente cristiano, y propone -a los interesados en teología y cristianos en general- una reflexión sobre las reales motivaciones que llevaron a Lucifer a revelarse contra su creador, exponiendo además ejemplos de su relación con la humanidad y con el arte en general, y lo compara hacia el final de la obra con el equivalente al Diablo en otras religiones.

Para el autor de Un Hombre Fracasado, el Diablo es necesario para Dios, ya que sin el Mal el Bien no es posible, y cierra esta observación con la sentencia: “El Diablo es odio; pero hasta su odio -y

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