Ensayo Mejoras Para La Receta De La Educación

Mejoras para la receta de la Educación

La educación, al igual que muchas otras cosas en la vida, trabaja como cadenas. Me refiero a que las funciones de cada individuo involucrado en la educación de otro, es responsable del éxito o del fracaso del mismo por igual. Es cierto que el rigor y la disciplina, como menciona Ramón A. Cruz en su lectura, son los ingredientes efectivos para la educación de nuestros niños, pero el gobierno no es el único responsable de que por alguna razón estos dos factores estén ausentes en nuestras escuelas. Cualquier proyecto de ley que pretenda mejorar el rendimiento del sistema escolar público, aún tomando en cuenta todos los factores que lo afectan tanto positivo como negativamente no garantizaría una mejoría notable. El maestro que se para frente al salón de clases, más allá de tener uno o varios títulos, tiene que servir de guía para sus estudiantes. Tiene que tener pasión y visión para poder llevar a su estudiantado por el camino correcto.

Los padres, por otro lado, tienen que trabajar en equipo con los maestros para lograr que sus hijos se apasionen de igual manera por sus estudios; por su futuro. En el sistema escolar público nos encontramos con varias vertientes. Tenemos al maestro que le exige a sus estudiantes como se supone y que al final de su jornada se gana el respeto de ellos. Tenemos al maestro que se dice llamar maestro porque además de tener un título, sus influencias políticas lo colocaron en el puesto, pero sólo le importa ganarse un salario. Por otro lado, tenemos al padre responsable que se sienta con sus hijos a revisar sus tareas a medida que supervisa cada labor que realizan, premiándolos cuando se lo han ganado. Y tenemos al padre que ve la escuela como un cuido de 8:00am a 3:00pm. El mismo que ve al maestro como su enemigo cuando este pretende sacar el máximo potencial de su hijo o cuando el estudiante no ha sido merecedor de que el maestro lo ayude a mejorar calificaciones y el padre entiende que es responsabilidad del maestro únicamente. Posiblemente, el mismo padre que se sorprende cuando le notifican que su hijo tiene problemas de conducta en la escuela porque evidentemente tampoco existe supervisión en el hogar. ¿Hacia dónde me dirijo con todo esto? A que la educación es trabajo de todos y que la misma comienza en el hogar. ¿Cómo se puede aplicar el rigor y la disciplina en las escuelas si en el hogar estos dos conceptos muchas veces no existen? ¿Cómo podríamos lograr que el estudiante se interese más por sus estudios y al mismo tiempo se exija al máximo, si sus padres le exigen el mínimo?

Por otra parte, los maestros deben estar claros en cuanto a sus responsabilidades y a la figura que representan frente a cada uno de sus alumnos en el salón de clases. La mediocridad no puede aceptarse por ninguna de las partes que forman el sistema educativo. Cuando escuchamos a un coro, solo escuchamos la voz del grupo

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