Ensayo confesional.

Colegio Alemán de Valparaíso[pic 1]

Programa Humanidades

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Abstract

En este ensayo confesional se hará una reflexión sobre como el ser humano reacciona frente a un cambio en su vida, de como se ve envuelto y como reflexiona en torno a ella. La idea principal que guía este ensayo es la forma en como el personaje principal desarrolla esta problemática desde su propia experiencia. El mismo alude y compara  los distintos casos como por ejemplo, “el extranjero” de Albert Camus y también la sociedad del siglo xx.

“El error es mirar lo de ayer con ojos de hoy,

querer que las cosas vuelvan a ser igual

cuando tú ya no eres el mismo.”

Marwan

  Bueno aquí estoy, sentada en el mismo lugar desde que llegue. Siempre en el mismo espacio, a la misma hora y con las mismas cosas. Confieso que este lugar me recuerda a mi antigua casa, es por eso que siempre vuelvo al mismo lugar. Es aquí donde empiezo a recordar y a imaginarme cosas, mi mente vuela alto, toda mi creatividad y lucidez sale a flote. Siempre a la misma hora me levanto a la cocina para comer alguna cosa, es ahí donde me encuentro con madre. Podría decirse que mi madre es de las típicas que preguntan: ¿y cómo estuvo tu día? ¿Qué almorzaste? Bla bla bla… las mismas cosas que toda la gente común te pregunta a diario, donde tú siempre respondes lo mismo que el día anterior y que todos los otros días. Solemos tener una pequeña charla, pero algo no muy complejo. Luego  de ese pequeño receso, vuelvo a mi lugar de siempre; es ahí donde empiezo a cuestionarme porque me sucedió esto, porque tuve que dejar todo atrás y sacrificar mi propio bienestar por complacer a los otros. Recuerdo  vagamente a esa niña en el patio de la vieja escuela, riendo y jugando tan feliz, que conversaba y que con solo una echar mirada sentía que el mundo estaba a sus pies. Sentía que era su ambiente, era feliz, sentía una conexión especial con todos aquellos que se encontraban en ese lugar. La dulce niña que no tenía mayores preocupaciones y que siempre mantenía una ligera sonrisa en su rostro. A medida que transcurría el tiempo, esa niña fue cambiando poco a poco, su imagen y su conciencia empezaban a desarrollarse y tomar el peso de la vida, cosas mínimas que son parte del proceso de crecer, pero sé que ahora no es lo mismo, nunca un cambio había sido tan brutal, siento que no puedo actuar la misma manera que como lo hacía antes. Ya no vivo en el mismo lugar, ya no me rodea la misma gente, las costumbres son otras, diferentes pensamientos que ameritan un distinto comportamiento. Es ahí donde me pregunto si, ¿habrá sido lo correcto?

 Siempre voy a recordar el momento en que mamá nos contó que nos íbamos a vivir a otro lugar; la verdad es que en ese momento lo tome súper bien, pensaba en mi mente ,hare nuevos amigos, será un nuevo aire, un cambio nos caerá bien a todos. Será una buena oportunidad en la vida. Siempre le dije a mi mama que la apoyaba, que no me importaba lo que hiciera, que la iba apoyar en sus proyectos (sabiendo que mi vida iba a cambiar pero en ese entonces no me importaba), ya que soy una persona  que piensa más en el resto que en sí misma. Creo que es porque los que capricornio somos así. En fin, ahora es donde me cuestiono que no fue una buena decisión. Me encuentro en un ambiente completamente extraño, con gente que miro pero no sé lo que piensa ni cuáles son sus intenciones, de a poco me voy integrando, sin embargo siento que algo me falta, algo que tenía antes, pero que ya no tengo. Siempre he sido una persona más bien reservada, no obstante, en este momento siento que estoy más reservada que nunca. Pretendo fingir a mi persona que todo está bien pero no es así. Teniendo ansias todo el tiempo de volver a lo que era, engañándome a mí misma de que soy feliz con esta nueva vida, pero sé que no es así. Hago esfuerzos por tratar de encajar y controlar esta situación, sin embargo, cada vez se me hace más difícil, no puedo seguir así. A veces pienso, ¿Qué pasaría si este cambio no habría sucedido? ¿Qué sería de mi persona? ¿Me comportaría igual manera? , son preguntas que jamás me podre contestar porque no tienen una respuesta exacta, sino que en cualquier minuto pueden variar.

 A veces me pongo a pensar y recuerdo un libro llamado “El Extranjero” que me presto mi abuela hace un par de años, si mal no recuerdo en la portada aparecían dos manos, una más clara que la otra, era un libro tan antiguo que se llegaba a desarmar solo, pero bueno eso es lo de menos, su contenido es lo que importa en este minuto. Recuerdo que el protagonista era un hombre el cual era indiferente ante todo, recuerdo que hasta la muerte de su madre ni siquiera lo entristeció, sino que el hombre se molestó porque lo vio como un trámite que lo saco de su rutina. El libro en su minuto me pareció extraño, hasta un poco aburrido pero ahora que lo pienso, este libro tiene mucha relación con lo me cuestiono en estos días. Cuando pienso en la actitud que tomo el personaje me pregunto: ¿Cómo rayos el personaje principal vivía por inercia, todo lo hacía solo por hacerlo, no expresaba ningún sentimiento de ningún tipo, ni odio, ni repugnancia, ni felicidad, ni amor, simplemente indiferente ante todo y todos? ¿Cómo es que un hombre puede llegar a ese nivel? .Poniéndolo en el contexto en el que fue escrita, la obra deja más que claro que la sociedad de ese tiempo estaba pésimo. Albert Camus expuso una obra cuyo trasfondo aparece el rostro desgarrado de una Europa herida y violentada por dos guerras mundiales. Pintó una historia gris donde el paisaje está oscurecido, donde el hombre tiene ese sentimiento de profunda apatía por todo lo que le rodea, posee carencia de valores de hombre, degradado por el absurdo de su propio destino, ni el matrimonio, ni la amistad, ni la superación personal, ni la muerte de una madre, nada tenía la suficiente importancia ya que la angustia existencial de este antihéroe inundaba todo su ser. Desde el principio y durante toda la novela, Camus describe un personaje que no comparte la cotidianidad del código moral de sus contemporáneos, reconoce claramente la fatalidad de estar adscrito a una época, por lo que decide no ser un factor de la reproducción de un sistema al modo como lo hacen los demás; y, por el contrario, con su actitud asegura su pequeño espacio de felicidad en una época en la que la culpa sirve de fundamento irracional para la cohesión social. Meursault es el único hombre en el texto que puede reconocerse como tal y se erige como un ser que, pese a todas las imposiciones del sistema, puede oponerse al árido e incoherente discurso de la institucionalidad que todos los miembros de la sociedad aceptan sin protestar, en estas condiciones, representa la rebeldía en contra de todo lo que implique el sometimiento a una moral externa que deje de lado la conciencia personal del instante y adelante una tarea sistemática de reducir al hombre a una cotidianidad de códigos que le convierten en un simple maniquí del poder.

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