Ensayos sobre economía mexicana
Enviado por vero95sa • 2 de Agosto de 2013 • Ensayo • 2.640 Palabras (11 Páginas) • 577 Visitas
David Ibarra Muñoz ,“Ensayos sobre economía mexicana”, Fondo de Cultura Económica,
México, 2005
Presentación de Rolando Cordera Campos.
Profesor Titular C de Tiempo Completo
Centro de Estudios Globales y de Alternativas para el Desarrollo de México
Facultad de Economía, UNAM
El cambio de los paradigmas ordenadores de la vida social es global pero no simétrico: unos los crean,
recrean, imponen, mientras otros los reciben, adoptan y, siempre con dificultad, tratan de adaptarlos y
de adaptarse al cambio del mundo. La velocidad y la calidad de esta adaptación, cuando se da,
determinan el destino y el contenido de los desarrollos nacionales. Cuando la adaptación se confunde
con adopción resignada no hay asimilación productiva ni inscripción creativa en los nuevos mundos.
Hay indigestión conceptual e ideológica y pasividad política, aunque los nuevos paradigmas sean
recibidos con un curioso sentido de pertenencia por parte de los que mandan y gobiernan.
Sin una adaptación imaginativa e ideosincrática de los postulados globales, los Estados y las
sociedades de las naciones subdesarrolladas o en desarrollo no pueden modular el cambio y encarar a
tiempo las dislocaciones que toda mudanza provoca. Como no hay fin de la historia, cuando lo anterior
se impone las naciones se precipitan a momentos críticos, de destrucción institucional sin sustitución
oportuna, así como de reproducción ampliada de la desigualdad y la pobreza.
El estancamiento se apodera del horizonte social y el “trialismo” como lo ha llamado Enrique Hernández
Laos avasalla el desempeño económico. A falta de ideas fuerza e imaginación política y sociológica se
acude a la mitomanía y entonces, como dijera Simone de Beauvoir, “la cosa se poner grave”
Superar este estancamiento estabilizador que ha inundado la política y bloqueado la circulación de las
ideas, es para David Ibarra el máximo reto que hoy encara México en su larga y costosa transición.
Conforma también el desafío mayor a su compromiso político e intelectual.
Del cambio paradigmático global al extravío ideológico nacional; del vuelco productivo y financiero tumultuoso
que produjo la globalización mexicana, la realmente existente y no la que anida en las mentes de sus
oficiantes, al cuasi estancamiento económico; de la portentosa movilidad social desde la periferia,
protagonizada por India y China, Corea, España e Irlanda, (en alguna medida también Chile), a la
consolidación entre nosotros de la desigualdad como costumbre nacional y no como “mal público”; de la brutal
bifurcación laboral y el abandono de los jóvenes, a la devastación rural y agrícola y la sobre explotación de la
mujer campesina, que se queda en la tierra mientras sus hombres se “mudan por mejorar”. De esto y más
dan cuenta magistral los Ensayos que aquí invitamos a leer.
Como reto y desafío permanentes ha vivido Ibarra estos años de riesgo y cambio. Así lo muestra esta
rica colección de ensayos con la que en más de un sentido cierra un ciclo de reflexión e intervención
pública, y se apresta a iniciar otro, como seguramente lo hará la nación toda, aunque lo tenga que
hacer en medio de la bruma verbal propiciada por el desatino permanente del cambio sin rumbo en que
nos metió la alternancia.
Los Ensayos de David Ibarra son una convocatoria al debate, pero también invitan a la celebración
reflexiva: contar en estos tiempos opacos con la presencia activa y provocadora de nuestro maestro es
un auténtico bien público. La lectura de sus textos debe entenderse como el disfrute puntual y
aprovechado de una oferta que es para todos. O debería serlo.
El esfuerzo de construcción paradigmática se da en e los centros, nos dice Ibarra. Sin embargo,
acotaría yo, precisamente por la intensidad de la globalización y sus reconfiguraciones, cuyo estudio es
el telón de fondo de este libro, cada vez es mas claro que fuera de los centros del poder y la riqueza
mundiales se gestan reacciones y visiones que pueden dar lugar a fórmulas ambiciosas de políticas y
estrategias. Esta expansión intelectual, propicia la emergencia de nuevas emulsiones conceptuales e
ideológicas, probablemente tan poderosas y robustas como las que en su momento desplegaron Raúl
Prebisch y sus compañeros de la “orden del desarrollo” y de quienes David Ibarra es digno sucesor y
empeñoso renovador.
Con su obra, Ibarra da continuidad creativa a las ideas de la CEPAL inspiradas por Prebisch, Furtado,
Pinto y Vúskovic, entre otros, a la vez que recoge y enriquece el esfuerzo crítico que en estos años de
crisis y mutación acelerada de nuestra estructuras realizaron Josué Sáenz y Víctor Urquidi en nuestro
medio. Dar lugar a una economía política a la altura de la época, crítica a la vez que analítica, fincada
en las lecciones duras de la historia e inspirada por una expresa intencionalidad política resumida en la
idea fuerza del desarrollo con equidad y democracia, es la misión que Ibarra ha hecho suya en estos
lustros de incesante exploración discursiva. En su caso, esta reflexión desemboca de modo cada día
más claro en una firme inserción en la reforma de la política y de la economía a través de la lucha de
ideas.
Los cambios nacionales que David Ibarra desmenuza en estos Ensayos sobre la economía mexicana
son muchos y profundos. No son, como bien señala en sus páginas introductorias de la “transición sin
desarrollo (I y II)”, fruto de la casualidad o dictados de las leyes de la naturaleza o de la economía. En
todos los casos, son parte de la voluntad del poder o condensan sus omisiones, en muchos casos
voluntarias. Así, estas mutaciones como gusta llamarlas, sólo pueden comprenderse mediante una
economía política que sin renunciar al análisis, ni olvidar el detalle y el rigor, tampoco puede
desprenderse del compromiso político con la democracia y la justicia social. Son estos compromisos los
que, sin tapujos ni preciosismos, inspiran el trabajo que comentamos.
David Ibarra es, en todo esto, un consumado y admirable maestro. Sabe y gusta de rebatir y debatir,
cultiva el respeto intelectual que no confunde con la condescendencia o el rechazo por la callada.
Desde “Mercados, desarrollo y política económica” (1970) hasta que empezó su nuevo y entusiasta
ciclo como intelectual publico, al
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