Epístolas Literarias En Prosa Y Verso
Enviado por GAbiSitaGab • 4 de Julio de 2012 • 297 Palabras (2 Páginas) • 1.084 Visitas
En el Humanismo renacentista, la epístola se transformó en un género literario ensayístico, dignificado por un estilo exigente y formal, muy a menudo provisto de intención didáctica o moral, pero otras veces consagrado a una mera función distractiva.
También recibe el nombre de "epístola" la composición poética en la que el autor se dirige a un receptor bien determinado, real o imaginario, que se considera ausente; la forma métrica habitual de este tipo de poemas es el terceto encadenado o el verso blanco.
Se prodigaron las epístolas en prosa y en verso, en línea con el afán comunicativo y abierto que tenían ambos género y su afinidad con los ideales de la estética renacentista. No siempre tenían por qué tener un destinatario, pues podía ser ficticio, un mero pretexto para el desahogo personal.
Petrarca, aislado en los siglos oscuros, escribió cartas a escritores paganos y cristianos de la Antigüedad para sentirse menos solo (a Cicerón y a San Agustín); Erasmo compuso cientos de epístolas; los humanistas españoles (Hernando del Pulgar, con sus Letras, o fray Antonio de Guevara, con sus Epístolas familiares) contribuyeron también al género.
Tal forma tomaron también, ya en el siglo XVII, las Cartas filológicas de Francisco Cascales.
En el siglo XVIII fue un género muy cultivado: Montesquieu lo utilizó como recurso literario para la crítica socio-política en sus Cartas persas, que José de Cadalso imitó en sus Cartas marruecas. Entre las de otros ilustrados españoles destacan las humorísticas (y un poco escabrosas y escatológicas) Cartas de Juan del Encina de José Francisco de Isla y el Epistolario de Leandro Fernández de Moratín.
En el siglo XIX español el maestro indiscutible del género es Juan Valera. Rafael Díez de la Cortina hizo una famosa gran colección, Modelos para cartas (1899) que ya iba por la vigésimo sexta impresión en 1908.
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