Escucha Tu Cuerpo

Escucha a tu cuerpo

Silvio Martín Ramos Álvarez

Facultad de Teatro

Hoy no tengo Internet ni teléfono ni televisión. No se debe a que no haya pagado y mucho a menos a una decisión personal, sino a una falla generalizada en mi colonia. Pero quise aprovechar este tiempo para reflexionar en cierto aspecto de la vida, puesto que estos momentos de libre de distracciones son muy útiles para ello.

El cuerpo humano es la base de todo lo que comprendemos por vida. No porque el ser humano sea el único ser vivo de este planeta, ni porque comparta una visión bíblica: el hombre como un ser superior designado para reinar sobre todas las criaturas; sino porque todo lo estudiado sobre la vida ha sido desde perspectiva como especie y todo lo experimentado por cada uno de nosotros ocurre a través de los que llega a nuestro cuerpo y a nuestra mente.

Toda experiencia humana es organoléptica – pasa a través de los sentidos – y una vez procesada, depende también de los sentidos para poder retomarse en la memoria. A mi parecer, es de complicado a imposible formular un pensamiento en un leguaje que no sea la lengua materna o formularlo de manera no verbal, imaginar un color que no existe, o visualizar un movimiento que no ocurra dentro de las tres dimensiones espaciales conocidas.

Lo anterior, lo planteo casi como una tesis: la imaginación depende en parte de lo adquirido previamente a través de los sentidos. Si bien es posible imaginar a una persona desconocida, dicha imagen es una composición de cosas que si hemos visto y experimentado.

Por otra parte, el estado de ánimo, la actitud, el humor y otros factores – sean considerados sinónimos o no – considerados parte de la psicología de cada individuo, se ven afectados por las condiciones del cuerpo, como el estado de salud general, la relación con los factores ambientales y la apreciación de los estímulos a través de los sentidos.

Sobre esto último, un ejemplo sería el contraste entre como se ve afectado el humor de una persona cuando está escuchando la cacofonía del tráfico durante la hora pico, de cuando esta está escuchando música. Dato curioso: cuando una persona esta escuchando su canción favorita el diámetro de sus arterias se amplía hasta en un 25% más que cuando está inactivo.

Pasando a otro tema, consideremos la creatividad: siempre se ha dicho que es una virtud del alma, eso no interesa debatirlo; pero si mencionar que uno de los primeros chispazos de creatividad ocurrieron cuando unos millones de años atrás, algún ancestro tomo una vara con sus manos ocupando su pulgar y la utilizó como herramienta. No importan tanto si fue para extraer alimento o para defenderse, sino que usó una parte de su cuerpo de una forma nueva.

Hoy, antes de regresar a casa, observé a un par de estudiantes de danza. Me pareció asombroso, como con un simple movimiento de hombros creaban una coreografía, la cual sería muy compleja de describir de manera verbal. Es de esas formas propositivas de usar el cuerpo de lo que hablo cuando me refiero a creatividad. La cual obviamente no es la única.

Este tema está conectado con otro: el oído. Mucho de lo que se logra en danza y obviamente en música o en teatro, está relacionado con nuestra capacidad de escuchar. Existe un fenómeno curioso: podemos oír todos los sonidos que llegan a nosotros, siempre que estén dentro del rango de decibeles detectable por el ser humano, pero dependiendo de la interferencia de unos sonidos, de las cualidad particulares de nuestro tímpano y de donde esta puesta nuestra atención, dichos sonidos podríamos escucharlos o no.

Antes de dejar este tema, quiero mencionar otro dato curioso. Hay otro mecanismo de protección dentro de nuestro oído. Este bloquea parte del sonido que podemos recibir, simultáneamente mientras hablamos. Esto ocurre para no ser ensordecidos por nuestras propias voces, porque el nivel de decibeles es un poco más alto de lo tolerable. Para despejar las dudas solo basta con intentar hablar con la cabeza adentro de un objeto contenedor – un embudo, una lata, una cubeta o un cono de cartón – para oír el nivel de nuestra propia voz.

Además de producirse el sonido de la voz, la ganta es el paso de la respiración. Por lo mismo es una parte del cuerpo continuamente está expuesta a los factores exteriores: el aire, el polvo, los contaminantes, los microbios y virus como el de la gripa. Afortunadamente no somos como el personaje alguna vez interpretado por John Tavolta en la película “El chico de la burbuja”, pero sin somos entes biológicos expuestos a muchos factores perjudiciales.

Anticipándome un poco, es notable como cosas como un organismo microscópico puede causar estragos en un organismo mucho más grande y complejo. Obviamente esto sucede por el periodo de vida tan corto de este, lo cual le permite reproducirse más veces, adaptarse más a los cambios, y tomas medidas ofensivas y defensivas más rápidas que su huésped.

Generalmente la gran mayoría de los procesos que ocurren en nuestro cuerpo son automáticos. Solo los movimientos voluntarios suelen depender de nuestra decisiones

...