Estado Y Nacion

Introducción

1. El hombre y el mundo.- 2. Sociedad y Comunidad.- 3. Estado y Nación.- 4. Estado y Derecho.- 5. Proceso de formación del Estado.- 6. Formas de Estado tradicionales.- 7. Nuevas tipologías.- 8. Estructura del Estado.- 9. Formas de Gobierno.- 10. Estado y globalización.- Bibliografía

1. El hombre y el mundo

El hombre es un ser indigente, es decir, lleno de carencias y necesidades que no puede Satisfacer por sí solo, sin el concurso de los demás hombres. De allí, su naturaleza social. El hombre no puede vivir aislado. Necesita vivir en sociedad para satisfacer sus necesidades, para llegar a ser, en Indispensable interacción con los demás hombres, el proyecto de ser único que cada uno de nosotros es. Necesita de sus semejantes para la búsqueda del bien común.

Asimismo, además de la relación ínter subjetiva que debe prevalecer entre los hombres, también se establece una relación sujeto-objeto con la naturaleza para dominarla y colocarla a su servicio y al de todos los hombres. Cuando el hombre invierte la naturaleza de la relación que debe tener con el otro y con los objetos, se deshumaniza, se cosifica, da lugar a procesos de alineación.

2. Sociedad y Comunidad

La búsqueda del bien común lleva al hombre a relacionarse con sus semejantes constituyendo

sociedades y comunidades. Con frecuencia se utilizan como conceptos sinónimos, o con contendidos distintos a los que aquí utilizamos. Ambas son producto de la convivencia. La comunidad más vinculada a lo biológico, al estar juntos y la sociedad más relacionada con la voluntad, con la razón. Son “realidades ético-sociales y auténticamente humanas, no sólo biológicas”.1

Dice Maritain que “en una comunidad, el objeto es un hecho que precede las determinaciones de la inteligencia y voluntad humanas y que actúa independientemente de ellas para crear una psiquis común inconsciente, sentimientos y estados psicológicos y costumbres comunes. Pero en una sociedad el objeto es una tarea a realizar o un fin que alcanzar, el cual depende de las determinaciones de la inteligencia y voluntad humanas, estando precedido por la actividad –sea decisión, o al menos consentimiento- de la razón de los individuos”.2

De tal manera, que el hombre vive en comunidades y sociedades. Separamos dichos conceptos sólo a fines de distinguirlos conceptualmente, porque dada la propia naturaleza humana, en la realidad siempre conseguiremos en las sociedades vínculos de carácter comunitario, como en las comunidades, relaciones de tipo societario. Por supuesto, cuando en una sociedad existen lazos de carácter comunitario, por estar éstos mucho más vinculados a lo afectivo, a lo biológico, a lo intrínsecamente humano que los de índole societaria, contaremos con una sociedad más unida en torno a sus fines y seguramente más solidaria.

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3. Estado y Nación

A medida que el hombre va desarrollando el proyecto que está llamado a ser, las necesidades

crecientes que ello implica, lo llevan a relacionarse con un mayor número de personas. De tal

manera, que va creando las más diversas y complejas formas de sociedades, las cuales dan lugar tanto a las relaciones societarias que le son propias, como al surgimiento de vínculos de carácter comunitario, los cuales a su vez generan nuevas relaciones de tipo societario.

Por un lado, se conformarán sociedades con fines específicos, limitadas en su objeto y por otra parte, tendremos la sociedad política cuyos fines más generales involucran a todos los hombres que las conforman. Se trata del pueblo organizado. A su vez, la relación con un creciente número de hombres da lugar a la conformación de comunidades, también cada vez más complejas.

Históricamente, la sociedad precede al Estado. El hombre primitivo podía satisfacer todas sus necesidades a través de diversas formas de organización social que constituía en el ámbito de la familia, el clan o la tribu. Posteriormente, formó sociedades cada vez más complejas, pasando por la aldea, la ciudad estado, el estado estamental (siglos XI a XVI), el estado absolutista (siglo XVII y XVIII), hasta conformarse el estado liberal burgués (siglo XIX), el estado totalitario (siglo XX), el estado social de derecho (siglo XX), para luego apuntar hacia la creación de una

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