El Estado Nación
Enviado por suzyoppa • 15 de Enero de 2014 • Ensayo • 3.313 Palabras (14 Páginas) • 207 Visitas
Estado nación
"Según algunas escuelas de la ciencia política, un Estado-nación se caracteriza por tener un territorio claramente delimitado, una población constante, si bien no fija, y un gobierno.1 Otros atributos importantes desde siempre son un ejército permanente y un cuerpo de representación diplomática, esto es, una política exterior.[cita requerida]
El Estado Nación se crea, históricamente, mediante el tratado de Westfalia, al final de la guerra de los 30 años (1648).
Es algo difícil de definir pero para que te des una idea muy amplia de lo que es está el artículo de Wikipedia.
Lo que sí es muy importante destacar es que un Estado tiene que contar con soberanía, dentro de su territorio/límites/fronteras y reconocimiento internacional, para que sea considerado como tal.
Ahora Nación no es igual a Estado, para mí un Estado Nación es un Estado (país) que tiene una sola nación dentro de su territorio y que está en armonía y correspondencia con esa nación.
Nación se refiere más a la población, a la gente que habita en un Estado, o sea es un grupo de personas que comparte características (pero no limitado a), como cultura, tradiciones, lengua, religión, etnia, un pasado histórico en común etc. Hay muchos países que tienen muchas naciones, como el caso de España, lo que causa muchos conflictos, porque no todas las naciones se corresponden e identifican con el Estado.
Es muy complicado y revuelto, pero así es no hay una definición precisa, y lo que es peor, mucho debate.
La Guerra de Crimea, 1853-1856
La Guerra de Crimea es un dramático conflicto entre el Imperio Zarista y el Imperio Turco, apoyado por Francia e Inglaterra. Una guerra que frenó los deseos expansionistas de la Rusia Imperial hacia el Mediterráneo y Oriente Medio y que permitió sobrevivir al moribundo Imperio Turco. La Guerra de Crimea es también una guerra marcada por batallas sangrientas y por errores militares, como la famosa “Carga de la Brigada Ligera”, durante la Batalla de Balaclava, quizás el más famoso error militar de la historia moderna. Pero, además de eso, es el culmen de la última cruzada que pretendió recuperar los Santos Lugares.
Tradicionalmente el Imperio Ruso se consideraba sucesor del Imperio Bizantino, o Imperio Romano de Oriente, imperio que los zares rusos soñaban con restablecer algún día, avanzando para ello hacia el Mediterráneo y recuperando para la fe ortodoxa los Santos Lugares de Palestina y Jerusalén, que se hallaban desde la Edad Media en poder de los turcos. El Imperio Turco no había sabido adaptarse a la modernidad del siglo XIX y sus vastos territorios eran una codiciada presa para varias potencias, entre ellas Rusia, que bajo el zar Nicolás I tomó la decisión de declarar la guerra a los débiles turcos y capturar el estrecho del Bósforo, liberando también Grecia y los Balcanes.
En 1853 el zar Nicolás I exigió al Sultán turco que le cediera la protección sobre todos los ortodoxos que habitaban el Imperio Otomano. Obviamente el Sultán se negó a aceptar esta desmedida petición y con esta excusa estalló la guerra ruso-turca. Tras romperse las negociaciones el Sultán turco fue el primero en atacar a los ejércitos Rusos en el frente del Danubio, pero los rusos eran tremendamente superiores en entrenamiento y armamento y destrozaron a los turcos, hundiendo su flota en la batalla de Sinop, el 30 de noviembre de 1853. La pérdida de su flota dejaba a Turquía indefensa y permitía a los rusos desembarcar a placer en cualquier lugar de sus costas.
El rápido avance ruso ante los débiles turcos y su fulgurante invasión de Moldavia y Valaquia motivaron la preocupación de las otras potencias europeas, temerosas de que el equilibrio de potencias que gobernaba Europa se rompiera a favor de los rusos con la ocupación por parte de éstos de los vastos territorios del Imperio Turco. Napoleón III de Francia se consideraba “protector” de los cristianos católicos dentro del Imperio Turco y, como tal, pidió a Rusia que retirara sus tropas y entablara negociaciones de paz con Turquía. Francia y el Reino Unido, interesado a su vez en “proteger” al Imperio Otomano, enviaron una flota hacia el estrecho de los Dardanelos para obligar a Rusia a negociar una salida al conflicto. Los representantes de las grandes potencias de Europa se reunieron en Viena para llegar a un acuerdo sobre el conflicto y obligar a Rusia a ceder algo de terreno, impidiendo así la debacle total del Imperio Turco. Es decir, Francia e Inglaterra querían una parte del enorme pastel que conformaban los vastos territorios del Imperio Turco y que trataba de comerse Rusia por si sola. Las propuestas de acuerdo rusas fueron aceptadas por Austria y Prusia, pero rechazadas por Turquía, el Reino Unido y Francia. Una vez rotas las conversaciones sólo quedaba una salida al conflicto: la guerra total
El 25 de Marzo de 1854 la coalición entre Francia, el Reino Unido y el Reino de Piamonte declaran la guerra a Rusia y mandan un cuerpo expedicionario a la península de Gallípoli, en Turquía, para ayudar a los turcos a recuperar los territorios perdidos en el Danubio. Las tropas expedicionarias avanzaran exitosamente hasta Bulgaria, obligando a los rusos a abandonar el sitio de la ciudad de Silistria, pero luego se verán frenados ante la ciudad de Dobrudja, donde la enfermedad de “el cólera” diezmará su ejército.
Viendo que no podían avanzar más en ese frente y buscando un golpe de efecto que obligara a Rusia a firmar la paz, los aliados se lanzaron a la audaz invasión de la península de Crimea, en suelo ruso y defendida por la ciudad-fortaleza de Sebastopol. La colación franco-británica desembarcó un ejercito de 59.000 hombres en Crimea que derrotó a los ejércitos rusos que defendían la península en la “batalla de Alma”, avanzando tras esta victoria hacia Sebastopol, la cual pusieron bajo asedio. Los aliados se habían conformado con la victoria de Alma y ni siquiera intentaron tomar al asalto Sebastopol después de la victoria, limitándose a atrincherarse frente a la ciudad, con lo cual los rusos tuvieron tiempo de sobra para preparar las defensas y organizar fuerzas de rescate encargadas de liberar a la ciudad de su asedio.
El primer intento ruso de romper el asedio de Sebastopol se saldó con la “Batalla de Balaclava”, librada el 25 de Octubre de 1854, batalla en la que se produjo la famosísima “Carga de la Brigada Ligera”, en la que los 600 hombres de la Brigada de Caballería Ligera se equivocaron de dirección en su avance y cargaron por error hacia las posiciones rusas a través de un estrecho valle dominado en sus alturas por las baterías de cañones rusas, las cuales dispararon desde
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