Estudiante aun, sin muchos logros, pero con ansia de exito

Estudiante aun, sin muchos logros, pero con ansia de exito, con expectativa a un futuro agradable, pero con desinterés me dirigí aquel día a una prueba de conocimiento, sin mucha hambre de victoria y sin algún deseo que se confabule a la labor. aquel día que recuerdo bien diose paso al nacimiento de un poeta.

Llegue tarde, aun no daban comienzo al suplicio y al parecer todo iniciaría algo tarde, era reconocido estudiante de matemáticas entre los mios, sin embargo solo acepte ir al concurso en compromiso a un docente que consideraba un amigo. Salude a todo mundo mientras esperaba algo impaciente, algunos ya entraban calentando asientos para la batalla, recibían su carnet que identificaba el lugar de estudio del que procedías más tu nombre, ya preparado para entrar asome la vista hacia la puerta y una extraña pero agradable sensación entumio mis ojos, dos miradas perdidas se encontraron en un sola, era una chica, no recuerdo haberla visto alguna vez, pero solo importo con que singular atracción nos veíamos, se hizo costumbre, volvía la mirada cada cierto tiempo hacia ella, y como si se avisaran, nuestros ojos volvían a encontrarse cada vez.

Entré al salón, al área de pelea, nos repartieron el boletín de preguntas, los asientos eran algo incomodos, aun acomodandome comencé el examen, a los pocos minutos de iniciada la prueba, la volví a ver, entro a nuestra aula...

Incline mi cabeza y mi cuerpo para poder verla y que ella me viera, un tanto exagerado, cayó mi lapicero al suelo, me extendí para cogerlo y resbale algo brusco, de inmediato el guardián del examen se dirigió a mi, al parecer pensando que me encontraba en actitud sospechosa de plagio.

-Usted intenta plagiar-dijo educadamente.

Con creatividad y decidido a objetar le respondi,

-claro que no profesor, solo que me desconcentro su alumna.

Con un gesto gracioso y una sonrisa en el rostro, el educador sugirió.

-entonces tendré que pedir que se retire para evitar alguna otra distracción

Ya con todos expectantes del suceso me atreví a decir

-al contrario, quizá esa distracción se convierta en inspiración

Escuche risas, en ningún momento la observaba, solo miraba al maestro.

-jajaja-una carcajada pícara del profesor se escucho-esta bien entonces te la presentaré, para que así sepas a quien tienes que sorprender con los resultados de tu examen.

-no, no haga eso, no forcemos nada, sabré su nombre cuando ella quiera saber el mío...

Todo se maquinó en mi brillante mente, el hecho de verla me hacia pensar cosas extraordinarias, quizá por tener la mente de un niño soñador, lo único cierto fue que ninguno sabia el nombre del otro.

en mi memoria puedo recordar alguna sonrisa que intercambiamos aquel día, que sin volver a verla, extrañe las miradas y los gestos. No la volví a ver, algunas cosas se olvidan, otras cuando las vas olvidando reviven en sueños de cama, y simplemente otras no tienen olvido.

...