Etica Profesional
Enviado por Dannyhuacon • 31 de Julio de 2013 • 2.036 Palabras (9 Páginas) • 301 Visitas
Etica Profesional
El discernimiento en la toma de decisiones
Introducción
En este ensayo no trataremos exclusivamente de la ética profesional, ni todo lo que abarca hacer el “bien” de un ser humano, menos aún exhortando por la ética que cada una cree y lleva consigo. Sino que todo se envolverá en lo que abarca el discernimiento.
Pero ¿Qué quiere decir esta palabra? Es la distinción y diferencia por medio de los sentidos o la inteligencia una cosa de otra u otras, especialmente el bien y el mal.
El término discernimiento tiene un sentido preciso en la tradición cristiana, designa la búsqueda de la vocación divina en la que cada uno es llamado a conformarse para la mayor gloria de Dios y la Salvación de su vida, en conceptos más claros; no es más que la capacidad de decidir entre la verdad y el error, el bien y el mal. El discernimiento es el proceso de hacer una cuidadosa distinción en nuestro pensamiento acerca de la verdad. En otras palabras, la capacidad de pensar con discernimiento es sinónimo de una capacidad de pensar bíblicamente. San Ignacio de Loyola propone a los cristianos un método de discernimiento que apela la experiencia del sentir interior.
El discernimiento en la vida profesional no se parece al discernimiento espiritual en la tradición cristiana. Concierne en primer lugar al individuo que realiza la acción, es este quien delibera, incluso al tomar una decisión de un grupo.
Se debe de distinguir antes de empezar, la diferencia entre del interés general y el bien común; el primero refiere a la colectividad que forma un todo y la segunda refiere a la comunidad que une la singularidad y la libertad de cada uno de sus miembros.ñ
Desarrollo
Si ponemos a describir de acuerdo al Nuevo Testamento en la tradición cristiana, el discernimiento no es opcional para el creyente – es necesario. La clave para una vida sin claudicar recae en la capacidad del ejercicio del discernimiento en todos los ámbitos de su vida.
Para San Ignacio, el discernimiento de espíritus es optar y, en concreto, optar por el reinado de Dios. Aprender a vivir la vida haciendo opciones en la línea más humanizante y humanizadora. Es un proceso cuyo fin es elegir, en oración, entre caminos buenos, solamente lo que más conduce al servicio y alabanza de nuestro Señor, y a nuestra salvación. El discernimiento supone el Principio y Fundamento ignaciano, la indiferencia frente a la vida larga o vida corta, honor o deshonor. Se discierne los espíritus sin cargar la balanza.
El discernimiento en la vida profesional, tanto como el discernimiento ignaciano postulan que el individuo es libre en sus opciones fundamentales, en conciencia. Este camino nos llevara a umbral de la decisión; ella es su destino y establece su exigencia. No tiene como ambición las cosas que desee él(profesional), sino a favor de la vocación propia en el puesto de servicio de los demás.
La preparación para la toma de decisiones es un proceso que intenta reunir varios elementos: elementos emocionales, métodos de la razón, juego de la imaginación al azar, se lo suele comparar como un casino donde las opciones están al frente tuyo y debes escoger en el menor tiempo posible, en las tradiciones que la sociedad ha proyectado y en las actitudes morales.
Además, conlleva un tipo específico de comportamiento en donde la elección tiene una finalidad con cierta intencionalidad, incluyendo valoraciones éticas específicas. Dicha finalidad comprende una jerarquía de valores que el actor ordena, ya que se guía por objetivos y metas.
El sociólogo Saint Simon argumentó sobre este meollo que no todas las decisiones son del mismo tipo, pues algunas son de carácter estratégico, por ejemplo, un directivo acorde con su función en la empresa, tendrá mayor responsabilidad en la toma de decisiones que la que tiene un operario. También hay decisiones que son más importantes que otras, aunque las tome el mismo individuo, ya que, no siempre jugamos el mismo rol, pues en ocasiones tenemos mayor responsabilidad sobre ciertos actos que en otros (1947).
Max Weber los clasificó en cuatro etapas: según él la forma más antigua de actuar es la tradicional, se imita lo que siempre se ha hecho, lo que el vecino hace, este lo hace porque da comprender que está correcto. La segunda manera de actuar es la afectiva. El sentimiento no reflexiona ni sobre los objetivos ni sobre los medios, se decide en la inmediatez de las emociones. Y claro, quien no se ha dejado llevar por las emociones, donde muchas veces no nos importa nuestro bienestar, sino el de nuestros seres queridos.
Al parecer, la mejor forma de actuar en este siglo, es la llamada racional con respecto a un objetivo. Consiste en ponerse a pensar más que cualquier matemático la distancia y el tiempo entre el objetivo y los medios necesarios para alcanzarlo. Y en cualquier situación que nos encontremos, por ejemplo “trabajando”, ¿Por qué lo hacemos?, por el sueldo, porque nos gusta o quizás porque nos toca, y es que en los momentos en el que el jefe te inserta en una situación de labor que no conoces /maquinista-administrador/, nos alegramos y al mismo tiempo nos estresamos porque pensamos si lo que vayamos a hacer lo haremos mal o lo haremos bien, perjudicando la confianza que tenemos con nuestro jefe. -Se puede constatar que valores, sentimientos y convencionalismos sociales se deslizan en la selección de los medios-
La decisión final la tiene el mismo individuo tras sus sentimientos, sus valores y su racionalidad, esta selección individual de medios y los objetivos denota el coeficiente intelectual. Por ejemplo, cuando las personas quieren trabajar y se sienten frustrados por no poder ejercerlos, sin embargo no toman la decisión de buscarlo, ni de estudiar. Poner en orden los valores, sentimientos y hábitos consiste en situarlos en relación con un sujeto en singular que determina en última instancia su puesto en el mundo. Esto se debe al análisis que hacemos en nuestro entorno y actuamos de acuerdo a nuestro parecer, esto abarca aspectos referentes al medio ambiente técnico, económico, jurídico y político, es decir, nuestras decisiones al momento de elegir un “trabajo”, va de acuerdo al ingreso económico, al tiempo-espacio que le dediquemos y a las afiliaciones,
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