Etica Y Deontologia
Enviado por AbrahamTosco • 11 de Noviembre de 2014 • 2.586 Palabras (11 Páginas) • 187 Visitas
INTRODUCCIÓN.
Los ingenieros de la República Bolivariana de Venezuela al igual que los médicos, abogados, contadores y demás profesionales de la nación, cuentan con su propio organismo de carácter público que vela y respalda por el cumplimiento de sus derechos y deberes en el ejercicio de su profesión.
Este cuerpo moral es el Colegio de Ingenieros de Venezuela, el cual por ser de carácter público, tiene personalidad jurídica y patrimonio propio, con todos los derechos, obligaciones, poderes y atribuciones que le señala la Ley.
De esta manera puede llegar a actuar no solo como un ente defensor de los intereses morales y profesionales de sus agremiados, sino también como un asesor del Gobierno en asuntos relacionados a estas profesiones; promulgando así el desarrollo de la ciencia y de la tecnología en nuestro país.
Para lograr esto cuenta con el apoyo de varias fundaciones y con una estructura administrativa que regula todas las actividades programadas en beneficio de sus agremiados. Dichos aspectos se analizarán de manera detallada durante el desarrollo del presente trabajo.
COLEGIO DE INGENIEROS DE VENEZUELA.
El Colegio de Ingenieros de Venezuela es un cuerpo moral de carácter público y, como tal, tiene personalidad jurídica y patrimonio propio, con todos los derechos, obligaciones, poderes y atribuciones que le señala la ley; su sede está en la Capital de la República Bolivariana de Venezuela.
ORÍGENES DEL COLEGIO DE INGENIEROS DE VENEZUELA.
El Colegio de Ingenieros de Venezuela tiene una tradición gloriosa que remonta a los años de la Independencia y cuyo más alto representante es Antonio José de Sucre, el Gran Mariscal de Ayacucho, y el Cuerpo de Ingenieros Militares que con él abrazaron la causa republicana. Después vendrá a sumarse otra de las grandes glorias venezolanas en el campo de la ciencia de la matemática. Juan Manuel Cajigal, primer presidente del Colegio y fundador de la célebre Academia de la que egresaron los primeros ingenieros formados en la República: nombres tan eximios como los de Rafael María Baralt, orgullo de las Letras de América; Manuel María Urbaneja, Olegario Meneses, Juan José Aguerrevere, integran la primera promoción de jóvenes puestos al amparo del sabio Cajigal. Seguirán otras promociones sobre cuyos hombros reposará la ingente tarea de construir físicamente una nación bajo las peores condiciones de una Venezuela destrozada por la guerra y sumida en la miseria.
El Colegio de Ingenieros de Venezuela se instala el 28 de Octubre de 1861, en virtud del Decreto del Presidente de la República Manuel Felipe Tovar, de fecha 24 de Octubre de 1860, en el cual a la vez reglamenta a la Academia de Matemáticas y se crea el Colegio de Ingenieros; en este acto estaban presentes 22 ingenieros de los 61 que inicialmente habrían de integrarlo, pues eran muy pocos los hombres consagrados a esta profesión, que en el curso de nuestra historia se han identificado con todas las tareas del desarrollo de Venezuela. En el Art. 45 de dicho decreto se expresa lo siguiente: "Todos los Ingenieros de la República constituirán un Cuerpo que se denominará "Colegio de Ingenieros", que el Gobierno toma bajo su protección y al servicio de éste como órgano de consulta, adscrito al Ministerio de Guerra y Marina hasta el año 1881, en el cual fue adscrito al Ministerio de Educación, pasando así a integrarse a las organizaciones civiles.
Desde entonces, es largo el camino andado, que culmina con más de 120.000 ingenieros, arquitectos y profesionales afines que hoy integran el CIV.
La creación del Colegio de Ingenieros obedece a recomendación efectuada por el Ing. Olegario Meneses en informe elaborado en el año 1844 y acogida por el Ministerio de Guerra y Marina. El Acta de la Junta preparatoria del Colegio de Ingenieros, la cual se efectuó el 27 de octubre, día anterior a su instalación, la cual se efectuó en la sede del Colegio de Santa María, situado entre la Esq. de Veroes a Jesuitas. El Director es el Comandante de Ingenieros Juan José Aguerrevere y como Secretario el Teniente de Ingenieros, Francisco de Paula Acosta.
El colegio surgió como un organismo puramente científico, dependiente del Estado y al servicio de éste como órgano de consulta, adscrito al Ministerio de Guerra y Marina, pues el ejercicio de la ingeniería constituyó siempre una actividad de carácter militar hasta el año 1881, en que fue adscrito al Ministerio de Educación, pasando así a integrarse a las organizaciones nacionales, sobre todo en los sucesivos períodos presidenciales de Guzmán Blanco y de los seguidores de su partido, durante la más activa etapa en el ramo de la administración pública en el siglo XX. De ese tiempo quedan como nombres de gran brillo, los de Tébar, fundador del Ministerio de Obras Públicas, Juan Hurtado Enrique y Luciano Urdaneta, los arquitectos de mayor renombre del Guzmancismo, muchas de cuyas obras aún perduran; Vicente Marcano, el gran químico venezolano del pasado siglo; los hermanos Nevett, Roberto García, Alfredo Jahn y Adolfo Ernst, de origen alemán, quien rindió en Venezuela toda su obra de científico naturalista.
En 1922, después de un período de relativa calma, el CIV fue reactivado bajo la iniciativa de Germán Jiménez, ingeniero de la era de los ferrocarriles en Venezuela, el ingeniero Vicente Lecuna, quien más tarde habría de convertirse en el más insigne historiador de la vida y obra de Bolívar. En esa fecha discute finalmente aprueba el primer proyecto de Ley de Ejercicio de la Ingeniería, estatuto en el que se establece la facultad del CIV para formular los aranceles de honorarios profesionales y velar por los más altos intereses generales del gremio, que lo convierte en fiel celador de la ética profesional. A partir de ese momento se inicia una etapa de crecimiento del CIV y su importancia se consolida sin desmayo en resguardo del crédito profesional y de la aplicación rigurosa de las mejoras técnicas en las obras públicas y privadas y a él se debe en gran medida la introducción de las modernas ciencias y de los más avanzados procedimientos que han dado como fruto la grandiosa Venezuela de nuestros días, con sus audaces autopistas y viaductos, las gigantescas obras hidráulicas, las empinadas edificaciones y los grandes complejos industriales en proceso y en formación.
El CIV había vagado de un sitio a otro sin residencia propia, primero en el Colegio de Sta. María donde se instaló, luego en la Cámara de Comercio, en cuyos salones se reinstaló en 1922, para fijarse finalmente en la vieja casa de la Universidad Central. Por último adquiere asiento propio en su edificio de Parque los Caobos, donde se instaló en 1941, cuando se inauguró su nueva sede, iniciada en
...