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Etica Y Vida Profesional


Enviado por   •  11 de Octubre de 2014  •  611 Palabras (3 Páginas)  •  311 Visitas

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El servicio social de las profesiones

Con base en el legado de una tradición de autores que han escrito sobre la naturaleza

de la práctica profesional y de la ética que la sustenta, el filósofo utilitarista norteamericano

Michael D. Bayles condensó en tres principios las características necesarias (aunque quizás

no suficientes) que brindan identidad propia a las profesiones (1981).

1

En primer lugar, la

actividad profesional no puede ser llevada a cabo si se prescinde de un entrenamiento

extensivo que trae consigo un constante ajuste disciplinar. Toda profesión demanda que el

profesional se amolde o ajuste a la dinámica normativa que le es propia a esa profesión

como actividad particular. En el lenguaje coloquial solemos usar la expresión no dar el

ancho para expresar que alguien no se ajusta a la demanda que una determinada práctica le

exige. Si seguimos la misma idea de esta metáfora, podemos pensar en la profesión como

un traje de vestir.2

Por lo regular, los trajes y nuestra vestimenta cotidiana tienen una cierta

confección y unos cortes fijos que no están sujetos a cambiar de tamaño según vaya

cambiando la medida de nuestro cuerpo. Por el contrario, son nuestros cuerpos los que deben continuamente adaptarse a la medida de la ropa que vestimos, independientemente

de que esté o no hecha para nosotros. Del mismo modo, las profesiones surgen para ser

practicadas por el profesionista o profesional. Pero no es la profesión la que se adecua a la

psique (motivaciones, creencias, deseos, etc.) del profesionista o del profesional, sino a la

inversa. Se podría decir incluso que, en el caso de un profesionista cuya actividad es en

verdad profesional, es la formación de su carácter, (formación regulada por la norma y la

medida de la profesión), lo que le confiere esa específica identidad. La profesión, en suma,

demanda la posesión de habilidades y facultades que sólo un entrenamiento constante y

capacitado puede proveer.

En segundo lugar, y vinculado estrechamente con lo anterior, toda práctica

profesional encierra de una u otra forma un componente intelectual significativo en la

medida en que se subraya la posesión de saberes. Un profesional tiene que saber, en tanto

profesional de una actividad, más que otras personas sobre la actividad misma que profesa.

Lo que un profesional hace realmente es ejercer o practicar los saberes que tiene. Así,

mientras que su acreditación como profesional necesariamente lleva de suyo que profese

para otros –para resolver las necesidades de sus clientes o pacientes, por decir lo menos–,

es natural concluir que de un profesional se espera que sepa lo que otros que no profesan

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