FACULTAD DE PSICOLOGÍA, RELACIONES INDUSTRIALES Y CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN

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FACULTAD DE PSICOLOGÍA, RELACIONES INDUSTRIALES Y CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN

ESCUELA PROFESIONAL DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN

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 El “Quijote para Empresarios” es un libro de ayuda y reflexión para personas que manejen o tiene a cargo una institución. Bernardo Ahlborn relaciona fragmentos de la mejor obra de Cervantes “El Quijote” con la vida empresarial. .Bernardo Ahlborn relaciona a Don quijote con el hemisferio derecho y a Sancho con el hemisferio izquierdo, dando como resultado de tal combinación al ejecutivo, que debe de tener desarrollado por igual los dos puntos: intuición y capacidad. El Quijote en esta oportunidad es analizado como un buen ejecutivo. Entre las cualidades que reflejaba, una muy importante era su capacidad de transmitir y conectar con Sancho, incluso en los momentos más complicados y de mayor estrés.

Se analiza la importancia de la inteligencia interpersonal como herramienta de de la relación que tenemos con las personas que integran nuestro entorno. Don Quijote, pese a su obvia demencia, transmitía confianza hacia los demás, siempre buscaba el diálogo y la interacción con los pobladores. También se observa la valoración que tenía Don Quijote sobre las demás personas, característica que obligatoriamente debe poseer un ejecutivo o empresario para su relación con sus colaboradores.

Debido a que el empresario debe de generar iniciativas entre los miembros que componen una organización, y tener la sensibilidad necesaria para generar confianza entre las personas con las que se trabaja, la capacidad de generar autoridad moral es uno de puntos que puede extraerse y ser más aplicable a la práctica cotidiana; la autoridad formal es aquella que provoca que los integrantes de los equipos trabajen para cubrir el expediente, pero cuando un líder se gana la autoridad frente a su equipo, adquiere credibilidad y en ese caso las personas están dispuestas a ir un poco más allá e implicarse en el proyecto más de lo que harían comúnmente.

En esta primera parte también surgen comparaciones.

Todos los empresarios tienen un rasgo en común: todos llevan la sangre del Quijote en sus venas. Son hombres locos que persiguen sus sueños e ideales, aunque sus vecinos los critiquen e intenten detener. No importa cuán realistas sean los empresarios, todos tienen un ideal y este mismo el que les impulsa y permite arriesgarlo todo día a día. Es mejor optar por ser un creativo optimista a pesar de la firmeza de la realidad (sin olvidar la misma realidad, claro) a ver el mercado a través de vaso de medio vacío con la actitud de una presa cuya máxima meta es sobrevivir, no dominar o triunfar.

En el segundo compendio de lecciones analizamos las variantes de la inteligencia emocional en forma de lecciones o puntos que siguen un proceso de mejora personal. Estas lecciones resultan del diario “trajín” de relacionarse con todo tipo de personas que, siempre mostrarán dos caras de la moneda respecto a nuestras ideas.

¿Qué gana un empresario al someter todas sus ideas a la crítica de otra persona, mucho menos emprendedora que él? Lo primero, y más básico, es un primer filtro para sus ideas: si la empresa no soporta la tormenta de objeciones que un Sancho puede ofrecer, es muy poco probable que resista los embates del libre mercado; en segundo lugar, y un poco más importante, pone al empresario en relación con otra persona, lo obliga a construir un discurso que no sólo le haga sentido a él mismo, sino que le haga sentido a sus interlocutores, quienes a la hora de la verdad serán los que se convertirán en proveedores, inversionistas y clientes.

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